En su discurso al recibir el premio Nobel, madre Teresa agradeció a Dios “por el regalo de la paz, que nos recuerda que hemos sido creados para vivir en esa paz, y que Jesús se hizo hombre para traernos esa buena noticia a los pobres”.
También
afirmó que “el más grande destructor de la paz es
el aborto”, porque “si una madre puede matar a su propio hijo, ¿qué falta para
que yo te mate a ti y tú me mates a mí? No hay nada en el medio”.
El 17 de
octubre de 1979 santa Teresa de Calcuta recibió el premio Nobel de la Paz como
reconocimiento a su ayuda humanitaria y obra en favor de los más pobres entre
los pobres, el carisma que marcó toda su vida.
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