-LA HUMILDAD: “soy débil y pequeña”.
-LA
CONFIANZA EN DIOS: “Señor, confío en Ti”.
-EL
CELO: “todo por mi Dios”.
-EL
ABANDONO: Durante el gozo o el sufrimiento:
“¡Sí, Padre!”.
“… mi director que es Jesús, me enseña a no llevar cuentas de mis actos,
Él me enseña a hacerlo todo por amor, a no negarle nada, a estar contenta
cuando él me ofrece una ocasión de demostrarle que le amo; pero esta se hace en
la paz, en el abandono, es Jesús quien lo hace todo y yo no hago nada.”
Un
sacerdote decía que la Infancia Espiritual consiste en vivir en la permanente
maravilla de las obras de Dios, ¡Dios nos conceda
la gracia de vivir en ese estado sin importar la vocación a la que estemos
llamados!
***
Les dejo
uno de los poemas más conocidos de esta Santa, y que me encanta mucho porque se
nota el amor desmedido hacia Cristo y porque también me recuerda la chiquitud
cuando en grupo cantámos "No vivo yo más
Cristo vive en mí, para mí el morir es vivir, ¡para mí el vivir es
Cristo!".
"Vivo sin vivir en mí y tan alta vida espero que muero porque no
muero. Vivo ya fuera de mí después que muero de amor, porque vivo en el Señor, que
me quiso para sí; cuando el corazón le di puso en mí este letrero: <<Que
muero porque no muero.>>
Esta divina unión, y el amor con que yo vivo, hace a mi Dios mi cautivo y
libre mi corazón; y causa en mí tal pasión ver a mi Dios prisionero, que muero
porque no muero.
¡Ay, qué larga es esta vida! ¡Qué duros estos destierros, esta cárcel y
estos hierros en que está el alma metida!
Sólo esperar la salida me causa un dolor tan fiero, que muero porque no
muero.
Acaba ya de dejarme, vida, no me seas molesta; porque muriendo, ¿qué
resta, sino vivir y gozarme?
No dejes de consolarme, muerte, que así te requiero; que muero porque no
muero".
Sam MV
No hay comentarios:
Publicar un comentario