¿QUÉ PALABRAS PUEDEN CONSOLARNOS MÁS QUE LAS QUE DIOS MISMO NOS OFRECE?
LÉELOS TRANQUILA Y DEVOTAMENTE Y LAS NUBES SE
DISIPARÁN, DICE EL PADRE BROOM
"Nuestro estado interior puede compararse al
tiempo atmosférico: un cambio constante", dice el padre Ed Broom, de los
Oblatos de la Virgen María, a quien en su parroquia californiana de San Pedro
Chanel, en Hawaiian Gardens, conocen cariñosamente como el Padre Escobita. Tras estudiar siete
años en Roma, fue ordenado sacerdote por
Juan Pablo II en 1986 y es un experto, teórico y práctico, en
espiritualidad ignaciana. En alguna ocasión hemos recogido en ReL sus consejos, por ejemplo sobre la pureza,
sobre cómo "controlar la lengua"
o sobre diversas formas de consagrarse a la Virgen María.
Esos cambios temperamentales que nos hacen ver hoy la vida color de rosa
y mañana solamente en tonos grises, cuando no negros, son abordados por los Ejercicios Espirituales de San Ignacio de
Loyola. En el párrafo 317 (regla cuarta de discernimiento) define esos
momentos de "desolación espiritual" como
"oscuridad del ánima, turbación en ella, moción
a las cosas bajas y terrenas, inquietud de varias agitaciones y tentaciones,
moviendo a infidencia, sin esperanza, sin amor, hallándose toda perezosa,
tibia, triste y como separada de su Criador y Señor".
¿Cómo salir de ese estado? El padre Broom propone en su blog diez pasajes de las Sagradas Escrituras "para cuando las nubes bajan, la lluvia te golpea y
sientes que estás en un túnel largo, oscuro y húmedo que no parece tener
salida".
"Nunca lo olvides", dice: "Con la ayuda de Dios podemos salir y escapar
de las situaciones más desoladoras, tristes y desesperantes. Que la
Palabra de Dios sea tu luz, tu apoyo, tu fortaleza y tu fundamento".
1. EL SALMO 23
-"El Señor es mi pastor, nada me
falta: en verdes praderas me hace recostar; me conduce hacia fuentes
tranquilas y repara mis fuerzas; me guía por el sendero justo, por el
honor de su nombre. Aunque camine por cañadas oscuras, nada temo, porque
tú vas conmigo: tu vara y tu cayado me sosiegan. Preparas una mesa ante
mí, enfrente de mis enemigos; me unges la cabeza con perfume, y mi copa
rebosa. Tu bondad y tu misericordia me acompañan todos los días de mi
vida, y habitaré en la casa del Señor por años sin término" (Salmo 23).
"Reza despacio devotamente el más célebre
salmo de la Biblia: una vez, dos veces, tantas veces como quieras, comenzando
por las palabras: 'El Señor es mi
pastor, nada me falta'. ¡El Señor hará que brille la luz en tu
oscuridad!"
2. LA PROMESA QUE CIERRA MATEO
-"Sabed que yo estoy con vosotros todos los
días, hasta el final de los tiempos" (Mt 28, 20).
"Son las últimas palabras del Señor Jesús en
la tierra antes de ascender a los Cielos para sentarse a la derecha de Dios
Padre. Cuando estamos desolados, sentimos que estamos solos; que nadie está ahí
para mí; que nadie se preocupa por mí. ¡No es así! El Señor prometió estar con nosotros siempre, incluso hasta el fin
del mundo".
3. UNA DE LAS FRASES FAVORITAS DE JUAN PABLO II
-"No tengáis miedo" (Mt 14, 27), "No
temáis" (Mt 28, 10).
"Una y otra vez, Jesús le recuerda a los
Apóstoles y a nosotros que no tengamos miedo, sino que confiemos, que pongamos
toda nuestra confianza en Él. Además de estas consoladoras palabras de Jesús,
están las palabras que Jesús le dijo a Santa
Faustina que pintase en la imagen de la Divina Misericordia: 'Jesús, en Ti confío'. Que el Señor
haga desaparecer tus miedos si confías completamente en su Amor, su Presencia y
su Amistad".
4. DESCANSA EN ÉL TU CARGA
-"Venid a mí todos los que estáis cansados y
agobiados, y yo os aliviaré. Tomad mi yugo sobre vosotros y aprended de mí, que
soy manso y humilde de corazón, y encontraréis descanso para vuestras almas.
Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera" (Mt 11, 28-30).
"Repite devotamente estas palabras y el peso
de tus penas, la carga de tu cruz y la oscuridad de tu pesadumbre y tu
desolación se disiparán como se
esfuma una nube ante la luz del sol".
5. LA PREGUNTA CLAVE
-"Si Dios está con nosotros, ¿quién estará
contra nosotros?" (Rom 8, 31)
"Estas breves palabras tienen el poder de
aliviar las cruces más pesadas, por la sencilla razón de que sabemos que el
Señor es quien manda y Él puede hacer lo que quiera. Cualquier cosa que el Señor haga siempre es para nuestro bien,
para nuestro progreso espiritual y para la salvación de nuestra alma
inmortal".
6. ÉL SÍ PUEDE
-"Para Dios nada hay imposible" (Lc 1, 37).
"Estas breves palabras fueron dirigidas a la Santísima Virgen María por el Arcángel San Gabriel, referidas a la
concepción virginal de Jesús en el vientre de María. Hundidos en la nube densa
de la desolación, creemos que estamos perdidos y que nada puede librarnos de
ese horrible estado interior. ¡Es justo al revés! La Palabra de Dios nos
recuerda que absolutamente nada es
imposible para Dios. Él puede mover las montañas más altas de nuestro
desánimo y nuestra desolación es una décima de segundo si confiamos en
Él".
7. CONSEJO DE SAN PEDRO
-"Descargad en él todo vuestro agobio, porque
él cuida de vosotros" (I Ped 5, 7).
"Una vez más, solo unas pocas palabras nos
ofrecen una consolación y una fuerza infinitas. El Señor nos manda que
descarguemos, que nos despojemos de lastre, que nos liberemos del peso del
desánimo que nos aplasta. Dáselo todo
al Señor Jesús y Él resolverá los escenarios más difíciles y complicados".
8. TU LIBERTADOR
-"El Señor me ha enviado para proclamar la
amnistía a los cautivos" (Is 61, 1), "[Jesús lee a Isaías en la
sinagoga:] El Espíritu del Señor me ha enviado a proclamar a los cautivos la
libertad" (Lc 4, 18).
"Jesús citó este pasaje del Shakespeare de la Biblia (el profeta Isaías) en los inicios de Su
predicación. Cuando estamos en desolación o desánimo, podemos sentirnos como
atados, como encadenados, como con grilletes, como si fuéramos esclavos reales de nuestro estado interior de
oscuridad. Jesús el Salvador, el Redentor, el Liberador, puede aplastar
y destruir nuestro estado de esclavitud interior, en el que con frecuencia
consiste nuestro desánimo. Siempre podemos rezar: ¡'Líbrame, Señor; Señor,
libérame; rompe, Señor, las cadenas que me esclavizan!'".
9. CADA DÍA TIENE SU AFÁN
-"No andéis agobiados pensando qué vais a
comer, o qué vais a beber, o con qué os vais a vestir. Los paganos se
afanan por esas cosas. Ya sabe vuestro Padre celestial que tenéis necesidad de
todo eso. Buscad sobre todo el reino de Dios y su justicia; y todo esto se
os dará por añadidura" (Mt 6, 31-33).
"Buena parte de nuestra desolación y desánimo
proviene de una falta de confianza en
Dios y de una inquietud inútil e innecesaria. Estas palabras de Jesús,
confortadoras, consoladoras y estimulantes, pueden devolverte al camino recto
de confiar en Su amor y en el plan de la Divina Providencia para tu vida".
10. ELLA NUNCA FALLA
-"Alégrate [María], llena de gracia, el Señor
está contigo" (Lc 1, 28).
"Estas palabras del Ave María que vienen del
Arcángel Gabriel pueden ser poderosísimas en medio de las noches oscuras, de
los túneles negros, de las tempestades interiores que todos experimentamos.
Reza pausadamente y con confianza y esperanza el Ave María, y María, que es verdaderamente 'vida, dulzura
y esperanza nuestra' (Salve), acudirá presta a rescatarnos y llevarnos
al Sagrado Corazón de Jesús, nuestro verdadero refugio en nuestras
tribulaciones, aflicciones y desolaciones más profundas".
* * *
"¡Pido a Dios, y es mi más firme
esperanza", concluye el padre Broom, "que cuando
estés atravesando ese tiempo doloroso y difícil de la desolación y el desánimo,
la lectura silenciosa, tranquila,
confiada y devota de estos pasajes bíblicos disipará de tu corazón esas
nubes densas, y experimentarás y sentirás la luz y el calor del amor infinito
de Dios y el abrazo tierno de María!"
Publicado en ReL el 15 de diciembre de 2019 y
actualizado.
C.L.
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