El Obispo de Matagalpa (Nicaragua), Mons. Rolando José Álvarez Lagos, ofreció a los fieles una serie de mensajes que explican por qué la Santa Eucaristía tiene un gran poder de exorcismo.
A inicios de septiembre, Mons. Álvarez anunció en su cuenta de Twitter
que ofrecería a los fieles una serie de tuits para explicar el poder de
exorcismo que tiene la celebración de la Eucaristía.
“Cállate, y sal de él». Y el demonio, arrojándole
en medio, salió…” (Lc. 4,31-37). A partir de hoy
empezaré a tuitear explicando brevemente el poder de exorcismo que tiene la
Santa Eucaristía. Gloria a Dios. Mons. Rolando José.
— Monseñor Rolando José
Alvarez L. (@DiocesisdeMat) September 2, 2021
El Prelado inició citando el pasaje del Evangelio de Lucas (Lc.
4,31-37), que narra cómo Jesús reprende y expulsa un demonio del cuerpo de un
hombre que se encontraba en la sinagoga de Cafarnaún, en Galilea, donde estaba
predicando.
A continuación, Mons. Álvarez afirmó que un gran poder de exorcismo se
manifiesta desde el inicio de la celebración de la Misa.
“En el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu
Santo. Es el mayor y poderoso exorcismo que existe. Es la Trinidad Santísima.
Los infiernos no sólo son destruidos, sino aniquilados. Dios tiene Poder. A El
confiémonos”, escribió.
El Prelado aseguró que las palabras que el sacerdote dirige luego a los
fieles para invocar sobre ellos la gracia divina, también tienen un poder “incalculable” que expulsa a todos los demonios ya
vencidos por Dios.
“Ahora se desea e invoca sobre los fieles: la
Gracia de Nuestro Señor Jesucristo, el Amor del Padre y la Comunión del
Espíritu Santo. Es un Poder Trinitario incalculable que exorciza, manda a los
infiernos a los demonios, vencidos por el Poder Eterno de Dios”, indicó.
Finalmente, el Prelado señaló que el acto penitencial también es
poderoso contra el espíritu del mal, pues permite que los exorcistas entren “con Poder y con Gloria al exorcismo”, y eviten el
acecho del demonio.
“Reconozcamos nuestros pecados. Es lo primero que
debe hacer el exorcista, para que el enemigo no lo sorprenda. Y entrar con
Poder y con Gloria al exorcismo. Por eso, todos como santo pueblo de Dios que
somos, reconocemos nuestros pecados y le pedimos perdón al Señor”, concluyó.
POR CYNTHIA PÉREZ
| ACI Prensa
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