El Vaticano dio a conocer que la intención de oración del Papa Francisco para este mes de julio de 2022 es: “por una vida eucarística”.
“Oremos para que los católicos pongan en el centro de su vida
la celebración de la Eucaristía, que transforma profundamente las
relaciones humanas y abre al encuentro con Dios y con los hermanos”, pidió el Papa Francisco.
Durante la Solemnidad del Corpus Christi celebrada el pasado 6 de junio,
el Papa Francisco aseguró que “la Eucaristía no es
el premio de los santos, sino el Pan de los pecadores”.
“Es así, con sencillez, que Jesús nos da el mayor
sacramento. El suyo es un gesto humilde de donación, de compartir. En la
culminación de su vida, no reparte pan en abundancia para alimentar a las multitudes,
sino que se parte a sí mismo en la cena de la Pascua con los discípulos”, defendió.
De este modo, “Jesús nos
muestra que el objetivo de la vida es el donarse, que lo más grande es servir. Y hoy encontramos la
grandeza de Dios en un trozo de pan, en una fragilidad que desborda de amor y
de compartir. Fragilidad es precisamente la palabra que me gustaría subrayar”.
Según explicó el Papa, cada vez que recibimos el Pan de Vida, “Jesús viene a dar un nuevo sentido a nuestras
fragilidades. Nos recuerda que a sus ojos somos más valiosos de lo que
pensamos. Nos dice que se complace si compartimos con Él nuestras fragilidades.
Nos repite que su misericordia no teme nuestras miserias”.
“Y, sobre todo, nos cura con amor de aquellas
fragilidades que no podemos curar por nosotros mismos: la de sentir
resentimiento hacia quienes nos han hecho daño; la de distanciarnos de los
demás y aislarnos en nuestro interior; la de llorar sobre nosotros mismos y
quejarnos sin encontrar la paz. Solos no podemos curarlas. Es Él el que nos cura con su
presencia, con su pan, con la Eucaristía”.
“La Eucaristía”, insistió
el Papa, “sana porque nos une a Jesús: nos hace
asimilar su manera de vivir, su capacidad de partirse y entregarse a los
hermanos, de responder al mal con el bien. Nos da el valor de salir de nosotros
mismos y de inclinarnos con amor hacia la fragilidad de los demás. Como hace
Dios con nosotros”.
“Esta es la lógica de la Eucaristía: recibimos a Jesús
que nos ama y sana nuestras fragilidades para amar a los demás y
ayudarles en sus fragilidades”, defendió el Santo Padre.
Redacción ACI Prensa
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