CUANDO LLEGA LA DIFICULTAD Y LAS PRUEBAS, EN LOS MOMENTOS DE ANGUSTIA, DE DUDA O ENFERMEDAD, ES BUENO DECIR AL SEÑOR QUE SEGUIMOS CREYENDO EN EL.
1. Señor, Tú siempre me has dado la fuerza
necesaria, y, aunque débil, creo en Ti.
2. Señor, Tú siempre me has dado la paz de
cada día, y, aunque angustiado, creo en Ti.
3. Señor, Tú siempre me has guardado en la
prueba, y, aunque estoy en ella, creo en Ti.
4. Señor, Tu siempre has alumbrado mis
tinieblas, y, aunque no tengo luz, creo en Ti.
Amen.
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