Con motivo de la fiesta del Sagrado Corazón de Jesús, a celebrarse este año el 24 de junio, te compartimos la oración para que consagres a tu familia a los Santísimos Corazones de Jesús y de la Virgen María.
En el mes de junio de 1675, a través de una serie de revelaciones, Jesús
le pidió a Santa Margarita de Alacoque que “el
primer viernes después de la octava del Corpus [Christi] se celebre una fiesta
especial para honrar a mi Corazón”.
Además, Jesús le pidió “que se comulgue dicho
día para pedirle perdón y reparar los ultrajes por Él recibidos durante el
tiempo que ha permanecido expuesto en los altares”.
En sus escritos, Santa Margarita nos dejó como legado una serie de
enseñanzas de Jesús como que “solo el corazón humilde puede
entrar en el Sagrado Corazón de Jesús, conversar con Él, amarle y ser amado de
Él”.
Asimismo, el Señor Jesús le pidió a Santa Margarita de Alacoque que
proclame al mundo las 12 promesas que concedería a los devotos que se consagren
a su Sagrado Corazón. Entre ellas, Cristo prometió poner paz en las familias y
asistir a cada uno de sus hijos en la vida y al morir.
Por esta razón, muchos católicos suelen acudir a sus parroquias para
prepararse espiritualmente para que llegada la fiesta del Sagrado Corazón de
Jesús, consagren a sus familias a los Corazones de Jesús y de su Madre María
Santísima.
En esta fecha especial, que como dijo San Juan Pablo II “recuerda el misterio del Amor que Dios alberga por los
hombres de todos los tiempos”, consagre a su familia a los Corazones de
Jesús y María con esta oración:
ORACIÓN
DE CONSAGRACIÓN A LOS CORAZONES DE JESÚS Y MARÍA
Santísimos corazones de Jesús y María, unidos en el
amor perfecto, como nos miráis con misericordia y cariño, consagramos nuestros corazones,
nuestras vidas, y nuestras familias a Vosotros.
Conocemos que el ejemplo bello de Vuestro hogar en
Nazaret fue un modelo para cada una de nuestras familias. Esperamos
obtener, con Vuestra ayuda, la unión y el amor fuerte y perdurable que os disteis.
Que nuestro hogar sea lleno de gozo. Que el afecto
sincero, la paciencia, la tolerancia, y el respeto mutuo sean dados libremente
a todos.
Que nuestras oraciones incluyan las necesidades de
los otros, no solamente las nuestras. Y que siempre estemos cerca de los
sacramentos.
Bendecid a todos los presentes y también a los
ausentes, tantos los difuntos como los vivientes; que la paz esté con nosotros,
y cuando seamos probados, conceded la resignación cristiana a la voluntad de
Dios.
Mantened nuestras familias cerca de Vuestros
Corazones; que Vuestra protección especial esté siempre con nosotros.
Sagrados Corazones de Jesús y María, escuchad
nuestra oración. Amén.
POR CYNTHIA PÉREZ |
ACI Prensa
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