Seguir a CRISTO significa ser fiel a su palabra y a su amor misericordioso e infinito.
Por: Marlon José Navarrete Espinoza | Fuente:
Catholic.net
El hogar no solamente es una casa común sino el
santuario de una familia, su refugio donde encuentra seguridad y protección
cada miembro que la integra. El ser humano no es una isla, no es un animal
solitario, es un ser que vive y necesita de la comunidad, del acompañamiento,
de la presencia cercana de quienes ama y a la vez le aman.
En la ruta de las ideologías totalitarias
siempre ha estado el plan de eliminar la santidad en las familias, porque un
hogar sin una familia no es un hogar verdadero, es sólo una casa. La meta para
llegar a su hegemonía absoluta sobre la humanidad fue la eliminación de la
libertad individual para ser convertidos en masa sin criterio ni poder de
pensamiento o decisión y al suprimir esta libertad se está bloqueando la
decisión libre de las personas de formar una familia, por tanto al impedir la
creación de familias, se destruyen los hogares presentes y futuros, entonces al
aniquilar los hogares se somete a la esclavitud civil de las personas frente al
gran amo y señor del estado como único ser que puede y debe controlar de forma
absolutamente centralizada la vida de todas las personas bajo el efecto
opresivo de su dominio total y completo, avasallante y demoledor de la
conciencia humana.
Las ideologías anti vida como el aborto, la
eutanasia, el feminismo, el machismo y la ideología de género últimamente; no
tienen de fondo nada diferente, aunque sí de forma en sus objetivos, con las
viejas ideologías del fascismo, el marxismo comunista y el socialismo moderno.
De fondo pretenden imponerse por la fuerza segregando y purgando a todo el que
no comulga con sus postulados, usando como medio de propagación los medios de
comunicación masivos, psicología social para conducir la opinión colectiva, el
dinero y el poder político.
De forma difieren porque persiguen resultados
diferentes, pero igual moralmente incorrectos, injustificables e inaceptables.
Lo moralmente ilícito o ilegítimo no quiere decir que civilmente, por medio de
leyes manipuladas, sea beneficioso para la superación y la felicidad de
cualquier sociedad. Las leyes y el derecho son para buscar el bien colectivo y
su convivencia pacífica, no para dividir, enfrentar, confrontar posiciones y
polarizar a los pueblos que de hecho bajo todas estas expresiones totalitarias,
siempre se han sentido amenazados e intimidados.
La imposición por la fuerza anulando el debate
de ideas, pasando con total irrespeto e irreverencia por las opiniones y
pensamientos contrarios, sobre todo los de puntos de vista religiosos, de su forma de demostrar menosprecio por la libertad de
pensamiento.
Este es el camino que todas estas ideologías han
seguido para implantar su semilla del mal en el mundo. No debemos olvidar o
hacer a un lado que en la antigüedad; los imperios, los reinados o monarquías,
hacían exactamente lo mismo. Usaban a sus ciudadanos como objetos para
reafirmar su supremacía señorial, a la vez que forzaban a las personas a adorar
su figura con idolatría y vasallaje. La misma historia con diferentes
protagonistas, una diferencia de intereses e intenciones, pero un mismo fin de
dominación completa.
Particularmente la iglesia católica ha sido el
objetivo principal de su trinchera de ataques, ya que los católicos somos los
que más nos oponemos a sus inclinaciones doctrinales pecaminosas y malignas que
ponen en peligro la vida del hombre y su subsistencia con dignidad.
Dios es custodio de nuestra felicidad y plenitud
sin tenernos cautivos, sino que nos deja ir en libertad para decidir si vamos
de la mano con ÉL o si por el contrario, elegimos el mal camino a como naturalmente
la humanidad está siempre inclinada a escoger para auto destruirse en el
esclavizador cautiverio de la maldad y la perversidad. Así como el amor no está
condicionado a existir solamente durante la brillante y esplendorosa belleza
pasajera de la plenitud en la juventud, sino para toda la vida en buenas y
malas; así mismo también DIOS no nos quiere
atados al dolor o el sufrimiento como consecuencia de nuestras malas
decisiones, sobre todo para no ser manipulados a conveniencia de tanta
ideología embustera, demagoga y mentirosa o seamos reemplazados cuando ya nos
consideran inservibles como objetos descartables, que es exactamente como la
sociedad moderna trata a todo lo que le rodea.
Hablando claro y sin vacilaciones, sin doble
moral ni miedo de expresar mi opinión sincera, debo decir obligadamente que la
ideología de género amenaza la sobrevivencia de la humanidad no solo como una
tiranía filosófica sino como poder político aplastante de los legítimos y
verdaderos únicos dos géneros naturales de la creación como es el hombre y la
mujer. Esta ideología es depravada y con degeneración total, inmoral e injusta,
está corrompiendo al mundo civilizado y lo lleva a la perdición y destrucción
social. Esta doctrina fuertemente pecaminosa no puede jamás ser bendecida por DIOS, basta leer la biblia para descubrir que el Señor
aborrece estas inmoralidades y lo ofenden profundamente. Por tanto como
cristianos y católicos no debemos aceptar ni consentir estas ideas
avasalladoras de la civilización y la fe cristiana, si es que en realidad, nos
confesamos como creyentes en Jesucristo y decimos amar a DIOS.
En cuanto al aborto que hasta se está lanzando
como un nuevo derecho humano, me parece el colmo de la cultura de violencia en
las altas esferas políticas y de organizaciones mundiales que se supone
velarían por el bienestar de la vida humana. Muy al contrario con imponer la
doctrina del aborto en el mundo lo que hacen fomentar el desprecio por la vida.
El aborto es un genocidio gigantesco y el más largo de la historia, contra
seres indefensos que no tiene voz para defenderse ni opción de ser protegidos
incluso por quien debería cuidarlo como es la propia madre y su médico. Es
inconcebible hasta dónde ha llegado tan bajo el valor del humano.
Vayamos a la eutanasia y simplemente puedo decir
que prefieren mejor matar al enfermo que gastar dinero en alargarle la vida lo
más posible. Para eso es la medicina, es para curar no matar más rápido y
ahorrar recursos que se desperdiciarían y usarlos en otros enfermos que no son
terminales. Si caminamos bajo este principio anti vida entonces los médicos y
la ciencia médica pierden su razón de ser y existir. La vida se defiende hasta
el último suspiro con todo lo que esté al alcance sin vacilar en cuidarla por
mucho que cueste. Nadie les ha dado poder a los médicos para decidir quién vive
y quién muere. La medicina es para alargar la vida, no acortarla.
Ya de por sí las familias se encontraban
amenazadas con desintegraciones en su seno por los divorcios en aumento,
infidelidades en los matrimonios con separaciones dolorosas, enfermedad
incurable de algún miembro, conflictos irreconciliables que no tienen fin,
desempleo de los padres que conllevan a crisis económica por no cubrir con
gastos mínimos de mantener el hogar más las infaltables deudas que obligan a
tantos a emigrar para buscar mejor vida. Todos estos y otros factores unidos
son una conspiración global perfecta para aniquilar los hogares felices.
Todas las ideologías
totalitarias y dictatoriales tienen el mismo objetivo de destruir la familia.
Si una corriente de pensamiento logra imponerse
sobre todo con principios de dominación mundial para acabar con cualquier
disidencia u oposición razonable; lo primero que busca es eliminar los hogares
tradicionales, puesto que un hogar con familias desintegradas y divididas no es
en realidad un hogar; es solamente una casa más. A continuación lo que
más persiguen y logran con mucho éxito todas estas ideologías, es que la gente
aparte a DIOS de sus vidas para ser marginado y
excluido de la conciencia social al hacer creer que DIOS
no es necesario ni indispensable para hacer lo que tú quieres y como o cuándo o
de qué modo quieras hacerlo sin importarte. Relativizan la moral y la verdad
para que cada quién pueda acomodarla a sus intereses y así es como DIOS se va diluyendo entre tanta doctrina confusa y va
poco a poco desapareciendo o haciéndose menos indispensable y mucho menos
importante para vivir. De ahí que las sociedades otrora muy cristianas y
devotas, hoy son ateas en su mayoría.
Los católicos no podemos consentir o ser
complacientes con estas ideologías anti vida y por tanto contrarias a la
voluntad de DIOS. Se han atrincherado en los
poderes mundiales con mucho dinero y respaldo político masivo, lo que las hace
más peligrosas. No puede ser que las personas que van a misa los domingos y que
rezan el rosario sean la gente mala, que los templos sean saqueados y quemados
impunemente o que está equivocada y ellos sean los héroes y dueños de la razón
como de la verdad. Los cristianos católicos debemos rechazar con firmeza y sin
vacilaciones estas ideologías anti familia y anti sociedad.
Seguir a CRISTO significa
ser fiel a su palabra y a su amor misericordioso e infinito.
De
rodillas ante el Divino Niño y Santa María Virgen, Nuestra Señora del Carmen.
Ing.
Marlon José Navarrete Espinoza.
Managua,
19 de Julio de 2021. Año de San José.
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