Hace unos días nos llegó esta carta y dijimos ¡qué lindo es saber que hay hombres que también esperan con ilusión la llegada de su esposa! Que han decidido preparar su corazón, orar por esa otra persona y confiar en Dios.
La vocación al matrimonio es
un tema que muchas veces parece preocupar o interesar solo a las mujeres, pero
no es así (y esta carta es prueba de ello). Los hombres también desean un
amor puro, santo y verdadero.
Sin más introducción, te
compartimos la carta que este valiente hombre quizo compartir con nosotros. ¡Cuéntanos en los comentarios qué te parece!
HOLA AMADA DÍA:
«Te escribo esta carta a pesar
de no conocerte todavía, aunque eso no me impide pensar en ti. Estoy seguro de
que algún día la leerás, quizás te la entregué luego de nuestro compromiso o un
día antes de nuestra boda.
Pero bueno, eso aún no lo
tengo decidido todavía. Solo quiero que sepas que te pienso. Sí, te pienso a pesar de no conocerte, anhelo verte a pesar de no saber
cómo eres.
No sé cómo te llamas, tampoco
sé qué haces o en qué trabajas, si estudias o no. Aún no sé qué te apasiona,
qué te causa alegría o tristeza. Tampoco sé cuáles son tus sueños y planes en
la vida.
Supongo que todo eso lo sabré
cuando llegue la hora de conocerte, cuando Dios nos cruce en el camino de la
vida. Lo único que sé en este momento, es que ya te he escogido.
PREPARARÉ MI CORAZÓN PARA TU LLEGADA
Quizás suena absurdo, pero no
lo es. Ya lo tengo decidido, te esperaré y te seré fiel a pesar de no conocerte
aún, me prepararé para ti.
Solo para ti mi futura esposa.
Mientras tanto, le pediré a Dios por ti, pediré que te cuide, te llene de
bendiciones y te ayudé a cumplir todas esas metas y sueños que deseas alcanzar
para gloria de Él, bienestar tuyo y de los que te rodean.
Rezo
por ti, para que tengas hambre y sed de Dios. Ya que solamente amando a
Dios es posible amar a los demás de una forma correcta, pura y honesta.
No sabes cuánto anhelo
conocerte. Saber qué tipo de música te gusta o cuáles son tus flores favoritas.
Anhelo saber de qué color son tus ojos, esos ojos tuyos en los que algún día
veré mi reflejo.
Sueño con esa primera cita en
la que pueda saber más de ti, en la que te pueda hacer reír y llevarte a pasear
al centró de la ciudad. También anhelo rezar junto a ti y así pedirle a Dios
que me ayude a amarte correctamente.
Seguiré esperando a que llegue
esa etapa que tanto anhelo y por la que tanto me preparo. Mientras tanto rezo y
seguiré rezando también por mí. Para llegar a
ser un buen novio, un buen esposo y un buen padre.
REZO POR MI CONVERSIÓN SINCERA Y COMPLETA A
DIOS
Rezó para poder amarle a Él y
así recibir su gracia de amor y obediencia. Porque solo con su ayuda podré
guardarme para ti, para entregarte todo mi amor y todo mi ser fielmente.
También tienes que saber que
todo esto lo pido porque soy muy frágil aún, soy débil y muy limitado. Me
seguiré esforzando y preparando para ti amada mía.
Para poder ser digno de ti y
entregarte toda mi vida y todo mi amor. Un amor puro, respetuoso y dulce, que
sé que también requerirá de muchos sacrificios, porque así es el verdadero
amor.
Estoy convencido de que
preparando mi corazón para ti, podré hacerte verdaderamente feliz. Porque la felicidad y el amor verdadero vienen solo de Dios y no de este
mundo.
Este mundo de hoy tan
individualista en el que cada quien actúa según su propio interés, pensando
solo en sí mismo y en nadie mas. Este mundo en el que cada quien tiene su
propia verdad sobre todo e imagina que lo material puede llenar los vacíos del
alma.
ESTE MUNDO EN EL QUE TANTO USAMOS LA PALABRA AMOR
PERO NO SABEMOS SU SIGNIFICADO
Porque una cosa es enamorarse,
y otra muy distinta es amar de
verdad. El amor no es envidioso, no pretende dañar, lastimar,
herir, sabotear o chantajear.
Todo lo contrario, el amor
verdadero sana las heridas, se entrega sin condiciones, lo da todo, hasta la
vida si es necesario solo para que la persona amada siga adelante.
Sabes, a veces contemplo el
firmamento y en mi mente le pregunto a Dios por ti. ¿Dónde
estarás?, ¿qué harás en este instante? También, cuando fallo, cuando
caigo, miro al cielo y le pido perdón a Dios por haberle fallado.
Guardo un amor inmensamente
grande por ti. Rezo cada día para que cuando Dios nos junte yo pueda amarte
como Él quiera que te ame, pueda llevarte al altar y prometerte en su presencia
te voy a amarte toda la vida.
CUÍDATE, YO SEGUIRÉ REZANDO A DIOS POR TI
Seguiré siendo fiel a esta
promesa de esperarte. Y mientras llega el momento de conocerte, seguiré soñando
con verte vestida de blanco. ¡Espero con ansias convertirme
en tu compañero de vida y de camino hacia el cielo!
Espero que tú también reces
por mí. Aquí termina mi carta, me despido por el momento, te esperaré amor mío,
aunque en el plan de Dios todavía falten años para que nos encontremos.
Aquí estaré.
Atentamente, tu futuro esposo.
Artículo elaborado por Edgar Ivan Hernández.
Escrito por Lector invitado
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