10 ASPECTOS DE LA INDUSTRIA PORNO QUE LOS CONSUMIDORES DESCONOCEN Y QUE DE SABERLO NO LO ACEPTARÍAN
Nos han
dicho que hay toneladas de plástico en el océano. En respuesta, los países
están diciendo “no” a las tazas de café de un
solo uso y a las pajitas de plástico no reciclables. También se ha hecho
público que muchas empresas utilizan prácticas laborales poco éticas para
fabricar ropa de moda rápidamente: si se fabrican artículos baratos en China o
Bangladesh, muchos consumidores quieren saber por quién y si esa persona
recibió un salario justo. Entonces, ¿por qué no se
mantienen esos estándares en la industria del porno? La pornografía y su efecto
negativo en las personas están ampliamente denunciados en la comunidad
científica y, sin embargo, vive en esta extraña categoría de
ambivalencia, evitada en la conversación diaria, pero ampliamente aceptada como
un tipo de “autoayuda”, denuncia la asociación norteamericana Fight the New Drug.
En
realidad, la pornografía no agrega nada saludable o positivo a la vida, las
relaciones o el mundo de los consumidores. Es más hay suficientes
elementos para denunciar este lucrativo negocio: desde el tráfico de personas,
al abuso de menores… y, sin duda,
muchos de los consumidores, no solo no saben, si no lo rechazarían si lo
supieran.
1.
LA PORNOGRAFÍA ESTÁ VINCULADA AL TRÁFICO SEXUAL
Quizás el
argumento más convincente para no consumir pornografía es el vínculo directo
entre la industria del porno y el tráfico sexual.
No
estamos hablando solo de niños en Tailandia vendidos como esclavos sexuales o
de una mujer joven engañada en un burdel con la promesa de un trabajo. El
tráfico sexual adopta muchas formas y se puede encontrar en todos los países. A veces, las víctimas son físicamente libres de ir y venir, pero el
traficante las mantiene en servidumbre mediante el fraude, la violencia física
y la intimidación psicológica. Hay
actores porno forzados o coaccionados a realizar actos sexuales en los platós
habituales de pornografía. La pornografía también da carta de ciudadanía al
trauma y al abuso que sufren las víctimas de tráfico sexual mientras están
esclavizadas.
2.
LA PORNOGRAFÍA ESTÁ VINCULADA A LA EXPLOTACIÓN INFANTIL
El año
pasado, un hombre estadounidense que vivía en Filipinas fue arrestado por
abusar de niños en su casa y transmitirlo en vivo a clientes en Estados Unidos,
Canadá, Europa y Australia. La mayoría de las víctimas rescatadas eran menores
de 12 años. Historias similares como esta suceden a diario en todo el mundo.
Existe el género “porno adolescente”, uno de los términos más buscados
en las principales páginas web que ofrecen estos contenidos durante los últimos
cinco años. Los
actores mismos no suelen ser menores de edad, pero el contenido sexualiza el
abuso de menores. Una historia común en esta categoría
involucra a una adolescente que es aprovechada por un hombre mayor. Esta es una fantasía tóxica que alimenta el
abuso real y finalmente lo vuelvo normal.
3.
LA INDUSTRIA DEL PORNO A MENUDO SE APROVECHA DE LOS ACTORES
La
industria del porno no cuida precisamente a sus actores. Por supuesto, muchos
afirman haber tenido experiencias positivas, mientras que muchos denuncian
haber sufrido abusos por parte de otros profesionales de la industria. El mundo
del porno no opera con los estándares y regulaciones habituales de protección
de los actores. Ese es, quizás, el secreto más grande y oscuro
de la industria del porno: no todo lo
que sucede está consensuado.
Una
popular y galardonada actriz porno, Nikki Benz, fue una de las primeras
artistas en hablar sobre su propio abuso y denunciarlo en 2016, y lo hizo al
describir el ataque sorpresa que sufrió mientras filmaba una escena en la que
protagonista masculino le pisoteó la cabeza y la estranguló, incluso después de
que ella gritara “corte” durante la
filmación.
4.
LOS CONSUMIDORES NO PUEDEN SABER REALMENTE SI LA PORNOGRAFÍA QUE SE VE ESTÁ
CONSENSUADA O NO
Mucha
gente cree que si una persona está actuando en una película porno, ese
consentimiento fue confirmado. Esta es una suposición que no
se puede confirmar verdaderamente.
En un
intento por establecer el consentimiento entre actores y productores, muchas
sesiones comienzan y terminan con entrevistas a los actores. En cámara,
describen y aceptan los actos en los que participarán, y una vez finalizada la
filmación, filman un acuerdo en el que todo fue de acuerdo con su
consentimiento o, de lo contrario, el metraje del día se destruirá.
El
problema con estas entrevistas, particularmente las entrevistas finales, es que
los actores intérpretes o ejecutantes han admitido haber mentido en ocasiones.
Desafortunadamente, existen muchos incentivos para hacerlo. Si sienten que han sido abusados durante el rodaje, no sería seguro
abordar esas quejas con su agresor presente en la habitación. Además, aceptar que el
rodaje se realizó de acuerdo con su consentimiento garantiza que se les pague
por el trabajo y permite seguir trabajando en otras películas.
5.
LA PORNOGRAFÍA PUEDE CONVERTIRSE EN UNA ADICCIÓN U OBSESIÓN
El
consumo continuo de pornografía puede convertirse en un hábito fuerte e
intenso. La pornografía afecta el cerebro,
el cual motiva a hacer cosas humanas naturales que lo ayudan a sobrevivir, como
comer para mantenerse con vida, y una vez comido el cerebro recompensa al
cuerpo con dopamina, una especie de químico que da placer para sentirse bien.
La dopamina fomenta la repetición del buen comportamiento, pero el cerebro no
siempre recompensa las cosas correctas. Cuando una persona está mirando
pornografía, engaña a su cerebro para que bombee dopamina como si estuviera
viendo una pareja potencial.
A medida
que los consumidores de pornografía se vuelven insensibles a las sobrecargas
repetidas de dopamina, buscan ese sentimiento una y otra vez. Es un hábito,
pero puede convertirse en mucho más que eso.
6.
EL CONSUMO DE PORNOGRAFÍA PUEDE ESCALAR A CONTENIDO MÁS EXTREMO
La
pornografía no solo se convierte en un hábito intenso, que quita tiempo y
atención de la vida diaria, sino que también llega a ser un comportamiento que
engancha: una persona que desarrolla un fuerte
hábito de consumir pornografía con el tiempo desarrolla una tolerancia y una
insensibilidad, y para que la dopamina fluya nuevamente, el consumidor busca material más duro o incluso violento, algo que antes
podía considerar como inaceptable o “repugnante”, como pornografía infantil.
7.
LA PORNOGRAFÍA CAMBIA LA FORMA EN QUE LOS CONSUMIDORES VEN A OTRAS PERSONAS
Si cree
que todo lo que ve en su teléfono o computadora a puerta cerrada permanece
oculto, piénselo de nuevo. El consumo de pornografía se filtra en todos los
aspectos de la vida de un consumidor, incluido el cambio de ver a los hombres y
las mujeres en el mundo.
En un
sentido sexual, la pornografía puede alterar las preferencias
sexuales de un consumidor hasta el punto de que una persona ya no pueda
responder sexualmente de la misma manera a su pareja. La investigación también ha encontrado que ver
pornografía afecta las actitudes y creencias hacia las mujeres y las
relaciones. Uno de esos estudios concluyó que “en
promedio, las personas que consumen pornografía con más frecuencia tienen más
probabilidades de mantener actitudes tolerancia a la agresión sexual y participar
en actos reales de agresión sexual”.
Obviamente,
no todos los que ven pornografía se convertirán en agresores o violadores, pero
estos resultados deberían llevarnos a cuestionar su relación con la
pornografía. ¿Cómo pudo pasar esto?
Tanto los hombres como las mujeres son cosificados en la pornografía, simples
cuerpos con un único propósito: dar y recibir placer sexual.
8.
LA PORNOGRAFÍA DEBILITA LA CONFIANZA DE LOS CONSUMIDORES EN SÍ MISMOS
El
consumo de pornografía se ha correlacionado con niveles más altos de
insatisfacción corporal. En un estudio, un grupo de universitarios que
consumían pornografía calificaron cómo se veían a sí mismos en términos de
satisfacción corporal, satisfacción en la relación y bienestar emocional
general. Resulta que los chicos que ven porno tienen
una menor sensación de seguridad emocional. Es más probable que sientan
ansiedad en las relaciones y se retraigan más que los chicos que no consumen
pornografía.
Las mujeres también informan una falta de confianza en sí mismas e
incluso el odio hacia sus cuerpos después de ver pornografía. Esto no es demasiado sorprendente, considerando
cómo la pornografía presenta cuerpos idealizados o mejorados y representaciones
inexactas de la sexualidad, lo que hace que los consumidores masculinos y
femeninos se sientan poco atractivos e inadecuados.
9.
LA PORNOGRAFÍA ES UN VENENO PARA LAS RELACIONES ROMÁNTICAS
Hay un
bulo extendido que afirma que ver pornografía en pareja es útil para las relaciones
románticas. La realidad es todo lo contrario. Los investigadores han
descubierto que el consumo de pornografía hace que muchas personas estén menos
satisfechas con la apariencia física, el desempeño sexual, la curiosidad sexual
y el afecto de su propia pareja. Con el tiempo, los consumidores tienden a ser
menos comprometidos en sus relaciones, menos íntimos con su pareja y menos
satisfechos con su vida romántica y sexual. En otras palabras: ver
contenido sexualmente explícito puede dañar tu vida sexual real.
10.
LA PORNOGRAFÍA ES UNA FANTASÍA Y SIMPLEMENTE NO VALE LA PENA
Como
miembros de la sociedad, valoramos la verdad y los hechos. Esperamos honestidad
en los entornos académicos y no nos gustan los informes falsos, el fraude o la
corrupción. Entonces, ¿por qué se consiente la
pornografía? La investigación ha demostrado claramente cómo construye
fantasías y dice mentiras descaradamente sobre el amor, el cuerpo humano y el
sexo, y sus consecuencias pueden ser dramáticas.
Según la pornografía, las mujeres están ansiosas por tener sexo en
cualquier momento, en cualquier lugar y con cualquier persona. Según la
pornografía, todo lo que los hombres quieren en una relación es sexo, y tienen
derecho a ello, incluso si se requiere la fuerza. La
pornografía promete satisfacción inmediata, excitación sin fin e intimidad
fácil, pero al final, ninguna de las tres es verdad.
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