6 criterios básicos para poder practicar el ayuno adecuadamente.
Por: n/a | Fuente: LaVerdadCatolica.org
El ayuno es solo parte de
este trabajo espiritual que todo cristiano debe hacer si quiere llegar a la
santidad propuesta por Jesucristo.
EL AYUNO NOS AYUDA EN DOS ÁREAS DE NUESTRA VIDA
Por un lado, es la forma como la voluntad se
entrena con la renuncia a cosas buenas, para en su momento poder rechazar las
malas.
Por otro lado, ejerce una acción misteriosa, que
permite al alma abrirse de una manera particular a la gracia y a la presencia
de Dios, es decir, el alma toma más gusto por las cosas de Dios.
Cuando nos privamos de cualquier cosa que está
en relación con nuestros apetitos, especialmente con el placer (comer, beber,
ver, oír, sentir), estamos acostumbrando a nuestra voluntad a recibir órdenes directamente de nosotros y no de nuestras pasiones. Nos
lleva a ser dueños de nosotros mismos.
De esta manera, una persona habituada a ayunar
será una persona habituada a la renuncia, y tendrá sometidas sus pasiones a la
voluntad, de manera que el cuerpo come, duerme, y hace lo que la voluntad le
indica.
SI
LA VOLUNTAD ESTÁ ORIENTADA A DIOS, BUSCARÁ EVITAR TODO LO QUE LO SEPARA DE DIOS
Y ORIENTARÁ TODAS SUS ACCIONES A ÉL.
Por otro lado, como te decía, el Ayuno,
especialmente el de la comida, nos abre de una manera misteriosa a la presencia
de Dios. Parecería como si el hambre corporal se fuera convirtiendo en hambre
de Dios.
Ahora bien, para que esto se realice, el Ayuno
debe estar unido a la oración. Sin oración el Ayuno se convierte en dieta o en
estoicismo, que poco o nada ayuda a la vida espiritual.
Algunas personas quieren ayunar, pero nunca se
encuentran con fuerzas para hacerlo. Aquí ofrecemos 6 elementos
prácticos que pueden serte de
utilidad para iniciarte y crecer en este ejercicio espiritual en la medida de
tus posibilidades:
1.- EL AYUNO DEBE SER PROGRESIVO.
Es decir hay que comenzar por lo poco y poco a
poco progresar en él. Empieza entonces con pequeñas renuncias, como negarte un
café, un vaso de agua, un dulce, un postre, un programa de televisión, etc.
Esto irá poco a poco aumentando tu capacidad de renuncia. (abstinencia)
2.- INICIA EL AYUNO CON UN BUEN RATO DE ORACIÓN.
Te recomiendo prepararlo desde un día antes… por
la noche haz un buen rato de oración y ofrece a Dios el día de Ayuno.
Pide a Dios la gracia que estás necesitando o el
sentido que quisieras ver fortalecido con tu Ayuno.
Durante todo el día de Ayuno, dedica el mayor
tiempo que puedas a la oración. Es conveniente que se escoja un salmo el día
anterior y alguna frase del salmo para repetirlo durante todo el día de Ayuno,
como: “Señor tú eres mi fuerza y mi victoria”, o
alguna frase del mismo salmo.
Regresa durante el día al salmo y ten el mayor
tiempo de oración que puedas… substituye el alimento corporal con alimento
espiritual.
3.- ES MUY CONVENIENTE QUE INICIES TU AYUNO CON LA
EUCARISTÍA.
Busca una Iglesia en donde puedas comulgar en la
mañana, en caso que no puedas en la mañana, hazlo en la tarde al salir de tu
trabajo. Si no se puede, haz al menos una comunión espiritual.
4.- EL AYUNO ECLESIÁSTICO
Es a lo que nos invita a vivir la Iglesia en los
días prefijados de Ayuno (Miércoles de ceniza y Viernes Santo). Este consiste
en desayunar un pan y un café, no tomar nada entre comidas, comer ligero
(procurando que te quedes con un poco de hambre) y finalmente por la noche lo
mismo un pan y un café.
5.- HACER MEDIO AYUNO
Consiste en solo un café en la mañana, nada
entre comidas y una comida ligera. Solo agua todo el día. Por la tarde puede
tomar una cucharada de miel, sobre todo si tienes un trabajo que requiera mucho
desgaste de energía.
6.- AYUNO DE PAN Y AGUA
Finalmente podrás aspirar a este tipo de ayuno
que consiste en comer solo pan y agua. Lo mismo, puedes tomar una cucharada de
miel a media mañana y a media tarde para recuperar energía.
Recuerda, que es una obra del Espíritu, por lo
que no esperes resultados como si a cada acción hubiera una reacción.
A veces un pequeño esfuerzo de nuestra parte
corresponde a una gracia inmensa de Dios y viceversa, un gran esfuerzo humano y
pocos resultados espirituales. Dios sabe cómo, y en qué momento darnos las
gracias.
De lo que si puedes estar seguro es que al iniciarte en el ayuno te abrirás a la santidad y tu vida cambiará RADICALMENTE. El Ayuno es el camino a la perfección cristiana. Ánimo.
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