STEPHEN ROSSETTI HA SIDO EXORCISTA 12 AÑOS Y AHORA FORMA A LOS SACERDOTES PARA ESTE MINISTERIO.
Tras 12 años como exorcista en la Archidiócesis de Washington, en pleno corazón de Occidente, y otros tanto entrenando a exorcistas y los equipos de laicos que ayudan a los sacerdotes en los exorcistas, el padre Stephen J. Rossetti tiene un gran conocimiento sobre los demonios y sus formas de actuar.
Sus
cientos de sesiones de exorcismos y
oraciones de liberación han permitido a este sacerdote tener un conocimiento
exhaustivo del enemigo. Y por ello, alerta a los
creyentes sobre el infierno, y el sufrimiento que allí espera al que llega.
El padre
Rossetti, uno de los grandes expertos en Psicología en la Iglesia en EEUU y
profesor en la Universidad Católica de América, se centra en Catholic Exorcism
en los demonios y su relación con el infierno, todo ello mediante experiencias que ha experimentado en sus años de exorcista.
“Los demonios quieren
aferrarse a su gente poseída. Una y otra vez durante un exorcismo se quejan y
dicen que no quieren irse, como hicieron en una sesión hace un par de semanas. Me recuerda a los
demonios "Legión" que le suplicaron a Jesús, mientras los exorcizaba,
que pudieran entrar en los cerdos. Al parecer, no quieren volver al infierno”, explica este religioso.
Sin
embargo, el padre Rossetti recuerda que “el
infierno es el lugar que ellos mismos crearon”. Y afirma esto por un
hecho bien conocido entre los exorcistas y que ocurrió durante una sesión. “El sacerdote estaba ordenando a los demonios que
regresaran al infierno, el lugar que dijo que Dios había hecho para ellos. El
demonio respondió: ‘Estúpido sacerdote. Dios no creó el infierno. Nunca hubiera pensado en
un lugar así. Lo hicimos nosotros’. Por eso el infierno es tan
horrible; fue hecho por demonios”, relata.
El padre
Rossetti señala también en el curso de un exorcismo a menudo es muy difícil
expulsar a los demonios pues “se aferran
tenazmente”. Durante una
sesión –explica- “un demonio pidió hacer un trato
conmigo; esperaba quedarse un poco más. Le respondí: ‘¿Quieres un trato? Te
daré un trato. Te vas. Ese es el trato’. El demonio se fue esa tarde’”.
Según su
experiencia, pero también la de cualquier exorcista que se haya enfrentado a
casos graves, “los demonios intentarán todos los trucos del libro
para quedarse. Se esconderán y te harán pensar que se han ido.
Intentarán evitar que el poseído asista a las sesiones. En las sesiones mismas
rogarán y suplicarán, o, a la inversa, actuarán como si no les molestara nada.
Una de sus frases favoritas es: ‘nunca nos iremos". Pero se van”.
Pero
además, el padre Rossetti cuenta que “los demonios
actúan como bestias desesperadas que enfrentan su propia destrucción. Se
agitarán y gritarán. Todavía puedo escuchar las palabras del propio
Lucifer cuando fue expulsado personalmente por la Virgen María. Gritó,
"Noooooooo" tres veces. Y luego se fue”.
Y para
concluir alerta de un hecho muy serio: “Lucifer y
sus secuaces mismos, no Dios, hicieron el infierno. Es un lugar indescriptiblemente
horrible. Los demonios hacen todo lo que pueden para evitar volver”.
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