La violencia de estos grupos afecta de forma particular a la comunidad católica
El Papa
Francisco condenó, al finalizar el Angelus, el secuestro de 317 niñas,
estudiantes en el internado GGSS Jangebee, en el noroeste de Nigeria, el pasado
viernes 26 de febrero.
(Agencias/InfoCatólica) Al finalizar el rezo del
Ángelus este domingo 28 de febrero desde el Palacio Apostólico del Vaticano, el
Santo Padre se unió a los Obispos del país africano para condenar «el vil
secuestro» y reclamar la liberación de las 317 niñas «arrancadas de su escuela
en Jangebe, en el noroeste del país. Recemos por estas niñas para que puedan
regresar pronto a casa. Estoy cercano a sus familias y a ellas mismas. Recemos
juntos. Recemos a la Virgen para que las proteja».
Las 317 niñas fueron retenidas
por un grupo de hombres armados, que asaltaron el internado en el que
estudiaban en el Estado de Zamfara, y trasladadas a un lugar desconocido en
motocicletas y vehículos todo terreno.
La policía, que inmediatamente
inició la investigación para su localización y rescate junto con los militares,
lograron localizar a otras 54 niñas que consiguieron escapar.
El Estado de Zamfara es una
zona inestable de Nigeria donde operan diferentes grupos armados, algunos de
los cuales, como Boko Haram, son de corte yihadista y buscan objetivos
políticos, y otros son grupos de delincuentes que hacen del secuestro y el
cobro de rescates su modo de vida.
La violencia de estos grupos
afecta de forma particular a la comunidad católica. Recientemente, el Arzobispo
de Abuya, Mons. Ignacio Ayau Kaigama, expresó a Ayuda a la Iglesia Necesitada
su preocupación por los secuestros y la violencia terrorista contra sacerdotes,
religiosas y fieles católicos en el norte de Nigeria.
También la comunidad internacional ha condenado los
hechos y espera la pronta liberación.
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