El nuevo Directorio para la Catequesis presentado
en el Vaticano reafirmó la enseñanza de la Iglesia de que Dios creó al ser
humano varón y mujer, y en ese sentido rechazó la ideología de género, con el
que la persona niega su propia naturaleza.
Este 25 de junio el Pontificio Consejo para la Promoción de la Nueva
Evangelización publicó el nuevo Directorio para la Catequesis, aprobado por el
Papa Francisco y que sustituye al “Directorio
general para la catequesis” de 1997.
El documento de cerca de 300 páginas alienta la evangelización en el
mundo digital, anima la pastoral con los migrantes y el trabajo a favor del
medio ambiente; y enfatiza el rol de la enseñanza de la Iglesia en la bioética
y frente a la ideología de género.
En ese sentido, en el capítulo “Catequesis y
algunas cuestiones de bioética”, la Santa Sede advirtió que “una difundida orientación de lo que hoy se presenta bajo
la denominación de gender (Ndr: ideología de género), pone en discusión el dato
revelado: ‘hombre y mujer los creó’ (Gn 1,27).
“Según tal posición, la identidad de género, ya no
sería un dato original que la persona debe acoger y llenar de sentido, sino una
construcción social que se decide autónomamente, desvinculada completamente del
sexo biológico. El hombre niega la propia naturaleza y decide creársela él
mismo”.
“Sin embargo, según el relato bíblico de la
creación, el ser humano ha sido creado por Dios como varón y mujer. La Iglesia
es bien consciente de la complejidad de las situaciones personales vividas, a
veces, de manera conflictiva. Ella no juzga a las personas, sino que invita a
acompañarlas siempre, sea cual fuere su situación”.
El documento señala que la Iglesia “es
consciente, sin embargo, desde una perspectiva de fe, que la sexualidad no es
sólo un dato físico, sino una realidad personal, un valor confiado a la
responsabilidad de la persona. De este modo, la identidad sexual y la vivencia
existencial deberán ser una respuesta al llamado original de Dios”.
INVESTIGACIÓN
CIENTÍFICA
En este mismo capítulo, el nuevo Directorio para la Catequesis explicó
que “los principales temas tratados por la bioética
se refieren al inicio de la vida (estatuto del embrión humano, procreación
médicamente asistida…), a su fin (definición de muerte, eutanasia, cuidados
paliativos), a la salud y a la experimentación sobre la persona (ingeniería
genética, biotecnología…)”.
En ese sentido, afirmó que “las cuestiones
de bioética interpelan la catequesis y su función formativa”. Por ello,
alienta a los agentes pastorales a promover “itinerarios
específicos de educación en la fe y en la moral cristiana, en temas como la
vida humana en cuanto don de Dios, el respeto y el desarrollo integral de la
persona, la ciencia y la técnica ordenadas al bien de la persona”.
“En el ámbito católico, la bioética se mueve sobre
el plano racional, inspirándose, sin embargo, en los datos de la Revelación
divina, que fundamenta a su vez la antropología cristiana”, afirmó el nuevo documento.
Además, recordó que la investigación científica y sus aplicaciones no
son “moralmente neutrales, y los criterios de
orientación no se pueden separar de la eficiencia técnica, de su uso o de las
ideologías dominantes”.
En ese sentido, indicó que el científico “debe
ser consciente que no todo lo que es técnicamente posible es moralmente
admisible” y que “una acción técnicamente
eficaz podría estar en contradicción con la dignidad de la persona”.
También señaló que es importante distinguir “entre
intervención terapéutica y manipulación. Para corregir las anomalías genéticas,
la terapia será lícita si promueve el bien de la persona, sin menoscabar su
identidad e integridad, sólo así se defiende la naturaleza humana”.
“La intervención terapéutica sobre las líneas
somáticas es conforme a la dignidad de la persona, mientras aquel sobre las
líneas germinales, manipulando la identidad de la especie humana es
incompatible con el respeto a la persona”, advirtió.
Asimismo, llamó a “prestar mucha atención a
los experimentos genéticos, en particular al riesgo de la eugenesia” por
ser una práctica discriminatoria; así como a “las
posibilidades técnicas de la llamada ingeniería genética”, que “tocan el núcleo mismo de la antropología en la concreta
posibilidad de manipularse y autodefinirse, según la filosofía denominada
transhumanismo, dando vida a individuos con un patrimonio genético diverso y
determinado por el propio querer”.
Finalmente, este capítulo presenta una lista de los grandes criterios de
la bioética. “La catequesis –indicó– educa a los
catequistas en la formación de una conciencia sobre las preguntas de la vida,
poniendo atención especial sobre los desafíos que plantean los desarrollos
científicos y tecnológicos y evidenciando los elementos fundamentales para el
anuncio de la fe”.
Estos elementos fundamentales son:
- Dios es la referencia inicial y última de la
vida, desde su concepción hasta la muerte natural;
- la persona es siempre unidad de cuerpo y
espíritu;
- la ciencia está al servicio de la persona;
- la vida se respeta en cualquier situación, ya que
está redimida por el misterio pascual de Cristo.
Redacción ACI Prensa
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