viernes, 19 de junio de 2020

DESCUBIERTO BASTO COMPLOT ULTRACATÓLICO


(ECOS de la CAVERNA) Entre los grupos católicos radicales o “católicos ortodoxos” (llamados así en medicina por la forma cuadrada de sus cabezas), es común considerar que las medidas impuestas a la Iglesia y a su liturgia con la excusa de la epidemia de COVID-19 son una forma de ensayar actos tiránicos contra la libertad religiosa. La realidad no podría ser más diferente.

Este diario, acudiendo a fuentes habitualmente disparatadas, ha podido confirmar que lo que sucede es justamente lo contrario: las medidas de cuarentena y los disturbios raciales posteriores son, en realidad, parte de una vasta conspiración tradicionalista. El símbolo, de la conspiración, oculto a plena luz del día, es el As de Bastos golpeando una cabeza herética, según la famosa frase de Torquemada: quot capita tot garrotazos.

Los planes de los conspiradores son sibilinos e incluyen preparar una “restauración monárquico-inquisitorial” so capa de protestar contra el racismo o de protegerse contra el virus. De la obligación de llevar la máscara a la costumbre de que las mujeres se pongan el velo en la iglesia, como mandaba San Pablo, solo hay un paso. Los activistas ultracatólicos practican derribando estatuas presuntamente racistas con el fin de entrenarse para tirar por tierra las horrendas iglesias de cemento que, según dijo uno de ellos, “nos quitan la fe”.

Del mismo modo, los supuestos gritos que reclaman “acabar con la policía”, en realidad corresponden a la consigna tradicionalista de “acabar con la Compañía”, es decir, con los jesuitas, orden conocida por su carácter progresista. Incluso los llamamientos a no comer carne encubren el intento de volver a la costumbre de abstenerse de carne los viernes, ya que, según ha averiguado nuestro experto canonista, “comer saltamontes y otros bichos, como dice la niña sueca esa, no incumple la abstinencia”.

Nuestras fuentes han confirmado que la famosa organización yanqui Black Lives Matter no es más que una tapadera de la sociedad secreta ultracatólica llamada Black Sotanas Matter, que en latín significa “La Madre de todas las Sotanas Negras[censurado insulto racista]. Los miembros de esta organización consideran que las corbatas son “un invento de Satanás” y que el camino del infierno está “pavimentado con camisas de cuadros”.

Todo esto, sin embargo, apenas tiene importancia en comparación con el monumental descubrimiento realizado por ECOS de la CAVERNA. Tras una ardua investigación, hemos podido demostrar que la declaración por los manifestantes de una zona autónoma en el centro de la ciudad norteamericana de Seattle, con barricadas y ocupación de una comisaría, no es un mero ejercicio inocente de su libertad democrática.

En efecto, cuando nuestros redactores examinaron una fotografía aérea de esta “zona autónoma”, descubrieron asombrados que tenía una disposición exactamente igual a la del Estado del Vaticano, hasta en los más mínimos detalles. Es inevitable deducir que la supuesta ocupación de ese pequeño barrio es poco más que un ensayo de los ultracatólicos con miras a su verdadero objetivo: una invasión militar del Vaticano a sangre y fuego.

Según hemos podido saber, los conspiradores desean colgar de los pulgares a la mitad de los burócratas vaticanos y, como primer paso, planean asediar el Vaticano a base de novenas, rosarios, escapularios, primeros viernes, cilicios, sacrificios y ayunos. Ninguno de los expertos teólogos jesuitas consultados ha podido aclararnos el significado de esos términos, pero algunos temen que pueda tratarse de armas de destrucción masiva.

Hasta el momento, los dirigentes de la conspiración se mantienen anónimos y solo utilizan nombres en clave de carácter bíblico: “BienaventURados los KE lloran”, “VIGA en el ojo ajeNO” y “vivan san LUIS y san FERNANDO”.

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