¿ES PECADO HACERSE TATUAJES O PONERSE PIERCINGS?
Un cristiano
católico debe reflexionar las cosas antes de llevarlas a cabo.
Por: P. Modesto Lule msp | Fuente: ModestoLule.com
Por: P. Modesto Lule msp | Fuente: ModestoLule.com
El tatuaje no es una
práctica moderna. En Egipto y Libia se han encontrado momias con
tatuajes que datan de cientos de años antes de Cristo, y lo mismo ha sucedido
en Sudamérica. Muchas de las imágenes que dichas momias tienen grabadas están
directamente relacionadas con la adoración de dioses paganos. El investigador
Steve Gilbert señala: “El tatuaje no abstracto más
antiguo que se conoce representa a Bes, que según la mitología egipcia es la
lasciva deidad de la diversión”. Los adoradores paganos, como por
ejemplo los egipcios, se tatuaban los nombres o los símbolos de sus dioses en
el pecho o en los brazos. Ante estos casos en el pasado algunos me preguntan:
¿Es pecado hacerse
tatuajes?
En la Biblia, en el Antiguo
Testamento, Dios prohibía a su pueblo hacerse tatuajes:
«No se hagan heridas en el cuerpo por causa de un muerto. No
se hagan ninguna clase de tatuaje. Yo soy el Señor». (Lev.
19, 28) También podemos decir que prohibía hacerse heridas: «Ustedes son los hijos del Señor su Dios. No se hagan
heridas en el cuerpo». (Deut. 14, 1) Con estos versículos podemos
preguntarnos si es pecado ponerse aretes en el cuerpo de forma exagerada o
hacerse cortes en la piel con la mera intención de llamar la atención. Pero
antes de responder si es pecado o no, analicemos un poco más estos casos.
El tatuaje fue redescubierto por los europeos cuando
entraron en contacto con los indios americanos y polinesios en la época de las
grandes exploraciones. La misma palabra tatuaje (tattoo) fue introducida en la
lengua inglesa y en otras europeas provenientes de Tahiti, donde fue recogido
por la expedición de James Cook en 1769. Con el paso del tiempo y el aumento de
personas tatuadas, tanto Indios y polinesios, y más tarde europeos en el
extranjero, atrajeron mucho interés en exhibiciones, ferias y circos de Europa
y Estados Unidos, durante los siglos XVIII y XIX.
El primer implemento eléctrico para tatuar fue
patentado en los Estados Unidos en 1891. Los Estados Unidos se convirtieron en
un centro de influencia en tatuajes. Y no es algo solamente de aquel tiempo,
consideramos que en la actualidad siguen con el mismo perfil.
Ante la pregunta de si es pecado tatuarse o
ponerse aretes por todas partes, respondemos que no es pecado. Nadie hasta el
momento me ha llegado confesando ese pecado. Pero un cristiano
católico debe reflexionar las cosas antes de llevarlas a cabo. En
este caso se deben considerar algunas cosas, como por ejemplo la salud. Deben
tener en cuenta que pueden contagiarse de enfermedades como el SIDA y el
Hepatitis C. Esta última fue la causa por la que en Estados Unidos de
Norteamérica prohibieron hacerse tatuajes allá en el 1961 por el brote de esta
enfermedad propagada por la poca higiene al hacerse los tatuajes. Otra cosa que
debe tener en cuenta un cristiano, es que no debemos marcarnos con imágenes que
ofendan a los demás ni con aquello que contradiga nuestra religión. Muchos
pueden decirse católicos y marcarse con imágenes de mujeres semidesnudas o con
consignas groseras, satánicas y todo aquello que ofende la religión. El otro
motivo es el verse impedidos por cierto tiempo de donar sangre. Muchas veces
donando sangre podemos salvar una vida pero al estar tatuados nos vemos
imposibilitados para esto ya sea por la contaminación que al tinta provoca en
la sangre o también por contagiarse de alguna enfermedad.
Una de las cosas muy personales por las cuales
yo les cuestionaría sería: ¿por qué te quieres tatuar? ¿Es vanidad? ¿Cuánto vas a gastar en dicho tatuaje, ese
dinero no lo puedes usar para algo más productivo? O ¿quieres llamar la
atención de otros? Porque al final, eso a mi modo de ver, sería la única
intención de hacerse un tatuaje: Sólo por llamar la atención de otros. La
persona no se siente contenta con su cuerpo, con su imagen y busca ponerse algo
para sentirse realizado. Pareciera ser que no somos felices con lo que somos o
tenemos. Pareciera ser entonces que no nos sentimos amados por los demás, nos sentimos
rechazados. Creo que debemos analizar muy bien las cosas antes de hacerlas.
Como cristiano católico debemos buscar vivir nuestra religión en todos los
aspectos, y recordar que nuestro cuerpo es un regalo de Dios y corresponde
cuidarlo y amarlo, no maltratarlo.
En la Biblia encontramos: «¿No
saben ustedes que su cuerpo es templo del Espíritu Santo que Dios les ha dado,
y que el Espíritu Santo vive en ustedes? Ustedes no son sus propios dueños, porque Dios los ha
comprado. Por eso deben honrar a Dios en el cuerpo». (1 Cor. 6, 19-20)
Dios nos ama con tatuajes o sin tatuajes, eso no
se duda. Pero tratemos de reflexionar nuestras acciones antes de hacerlas para
que siempre por medio de ellas demos un buen testimonio del nombre cristiano.
No solamente con la predicación se anuncia a Cristo, también con nuestras
actitudes damos razón del Evangelio. Que de hoy en adelante tus actitudes
correspondan siempre a la de un hijo de Dios. Si ya tienes tatuajes, pues no
hay más que cargarlos, pero si no tienes, mejor piensa bien las cosas. No
recomiendes a otros a hacerlos. Hazles reflexionar para que no lo hagan.
¿ES DEMONIACO HACERSE UN TATUAJE O UN PIERCING? EL
PADRE FORTEA RESPONDE
Toda
intervención irreversible en el cuerpo debe ser realmente conveniente y razonable.
Por: David Ramos | Fuente: ACI Prensa
Por: David Ramos | Fuente: ACI Prensa
El famoso teólogo español José Antonio Fortea,
autor del tratado de demonología Summa Daemoniaca, abordó recientemente la
inquietud de si hacerse un tatuaje permanente en la piel, o un piercing
(perforación), es demoníaco.
“Hay personas que preguntan
si los tatuajes o los piercings son algo demoniaco. La respuesta es ‘no’. Solo
es demoniaco aquello que tiene una relación directa con el demonio”, dijo a
ACI Prensa.
El P. Fortea explicó que “tatuar el cuerpo, como ponerse un piercing, no es una ofensa a Dios.
No hay ninguna voluntad de ofenderle”.
Incluso en casos en los que la tinta para tatuar
pueda haber sido, como hacen algunos, consagrada al demonio, esto no
necesariamente afectaría a quien se hace el tatuaje sin saberlo. "Consagrar la tinta al demonio es simplemente que
esa persona invoca al demonio. Si se invoca al demonio pueden suceder cosas
malas -físicas o espirituales-, pero no es infalible. Dios puede poner su mano
para detener esa acción del demonio", señaló.
Sin embargo, precisó, “hay
que recordar a los jóvenes que el cuerpo es una obra de Dios. Y que una cosa es
poner algo encima de ese cuerpo y otra practicar en él reformas irreparables”.
“No hay nada malo en pintar
algo sobre el cuerpo si eso va a desaparecer al cabo de unos días o semanas. Es
el hecho de la irreversibilidad lo que hace que el sentido común se pregunte si
es algo adecuado”, precisó.
El sacerdote español destacó que “no importa lo artístico o bello que pueda parecer un
tatuaje, la piel en cualquiera de los colores y tonos otorgados por Dios a sus
hijos será siempre mucho más bella”.
“Es curioso que entre la
gente muy cristiana –de todas las confesiones– apenas si se dan tatuajes, pues la conciencia avisa de
que eso no es adecuado”.
El P. Fortea añadió luego que si bien “es cierto que algunos pueblos han tenido la costumbre de
hacerse tatuajes como un modo de mostrar su etnia o grupo religioso”, con
el tiempo estas costumbres “han sido abandonadas”.
“Porque la razón indica que
el cuerpo, joven o anciano, posee una mayor o menor belleza en sí mismo.
Mientras que la acción irreversible del ser humano suele ser un aditamento que
no mejora la simple y sencilla belleza del cuerpo mismo”.
“Si alguien me consulta si mi juicio sobre el tatuaje cambia
si se tatúan rostros de Jesús, de la Virgen, crucifijos o cosas similares, la
respuesta es ‘no’. En una casa puedo realizar los cambios que desee, porque es
una obra humana. Lo mismo en un vestido: en él puedo realizar las reformas que
considere convenientes. Pero el cuerpo humano es algo divino. Toda intervención
irreversible en el cuerpo debe ser realmente conveniente y razonable”, añadió.
El sacerdote lamentó que “veo a algunas personas que se tatúan motivos de una vulgaridad
increíble. Veo a individuos que pagan para dibujar sobre su cuerpo cosas muy
feas y con un dibujo que no tiene ninguna belleza”.
Aún así, señaló, “por
muy estético que sea un tatuaje, hay que recordar que es como si escogiera una
ropa para mí con la obligación de llevar siempre esa ropa hasta el último día
de mi vida”.
“La recta razón indica que
no es una buena decisión”, concluyó.
Artículo originalmente
publicado en ACI Prensa
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