jueves, 3 de octubre de 2019

LOS LATIDOS DEL CORAZÓN DE DIOS.


“Un corazón grande se llena con poco”. Antonio Porchia (1886-1968) Escritor argentino de origen italiano
Leslie Kiegel es un líder cristiano en Sri Lanka.  Ha estimulado la plantación de más de mil iglesias en una cultura predominantemente musulmana. Un hombre a quien conozco personalmente y que transmite el carácter de Cristo.  Su ministerio ha impactado muchas personas ya que al proclamar el mensaje de Cristo en esa cultura, el mensaje va seguido de señales y milagros.  En un devocional que él compartió en un equipo de trabajo donde estábamos 8 personas, nos relató una experiencia vivida una mañana con una de sus hijas de escasamente 7 años de edad.
Leslie estaba leyendo la Biblia y orando sentado en una poltrona en la sala de su casa mientras tomaba una taza de té. Su hijita entró a la sala de su casa donde él estaba y corriendo llegó y lo abrazó con la ternura de una niña confiada en el amor de su padre. Leslie la besó y le dijo que la amaba y la niña colocó su infantil carita en el pecho de su padre y en unos segundos retiro asombrada su cara del pecho y le preguntó a su padre. ¿Papá que es lo que suena en tu pecho como un tambor?
Leslie, le contestó, es el corazón. Ella peguntó: ¿Qué es el corazón?,  y su padre le explicó en forma sencilla que era una bomba puesta por Dios para impulsar la sangre a través de su cuerpo.
Ella preguntó… ¿Y yo también tengo uno?  Sí, todos tenemos uno.  La niña volvió a colocar su cabeza en el pecho de su padre para seguir oyendo.
“El corazón es un niño: espera lo que desea”. Proverbio ruso
En ese momento, Leslie dice, que él meditó sobre ese  hecho y se sintió a examinar cuando fue la última vez que había él escuchado el corazón de Dios.
Muchas veces, atribulados, angustiados o con muchos planes en nuestra mente se nos olvida poner nuestro cabeza en el pecho de Dios para escuchar los latidos de su corazón.
LA MEJOR PARTE.
La mejor parte de la vida es aprender a escuchar las pulsaciones del corazón de Dios.
“Aconteció que yendo de camino, entró en una aldea; y una mujer llamada Marta le recibió en su casa.
Esta tenía una hermana que se llamaba María, la cual, sentándose a los pies de Jesús, oía su palabra.
Pero Marta se preocupaba con muchos quehaceres, y acercándose, dijo: Señor, ¿no te da cuidado que mi hermana me deje servir sola? Dile, pues, que me ayude.
Respondiendo Jesús, le dijo: Marta, Marta, afanada y turbada estás con muchas cosas.
“Pero sólo una cosa es necesaria; y María ha escogido la buena parte, la cual no le será quitada”. Lucas 10:38-42
La Biblia habla de dos mujeres. Las dos eran hermanas, pero una, Martha estaba muy ocupada con sus presiones diarias y María su hermana escogió escuchar los latidos del corazón de Dios y por ello, Jesús dijo que ella había escogido la mejor parte y no le sería quitada.
En medio de las presiones diarias de la vida y las angustias permanente y las demandas de nuestra existencia necesitamos aprender de María para colocar nuestra cabeza en el pecho de Dios a través de la oración, la meditación y el silencio para captar las pulsaciones de su corazón  y allí en la quietud del alma entender que en su amor profundo y tierno, Dios nos pide tres cosas… Recordar… Reconocer y Probar.
RECUERDE

“Cuando bebas agua, recuerda la fuente”
Proverbio chino
¿No has sabido, no has oído que el Dios eterno es el Señor, el cual creó los confines de la tierra? No desfallece ni se fatiga con cansancio, y su entendimiento no hay quien lo alcance. Isaías 40: 28
Él es Dios, es Señor, Creador, nunca se cansa ni desfallece y su entendimiento trasciende las circunstancias. Cuando nos angustiamos, nos desvelamos y nos preocupamos estamos olvidando que Dios sigue en control de todo.  Nosotros no tenemos el control sino de una mínima parte de nuestra vida. Lo que nosotros no podemos controlar, Dios si puede controlarlo. Fue Él quien controló la tempestad en el mar cuando los discípulos en la embarcación creían que morirían mientras Jesús dormía en la barca.  ÉL se levantó y gritó a la tempestad… “Calla… Enmudece” y la naturaleza le obedeció.
Si hoy escuchamos los latidos de su corazón… desde su corazón él nos dirá, “Me levantaré y reprenderé la tempestad interna de tu mente, tu alma y tus emociones y les diré… Calla… Enmudece” pero Recuerda que sigo teniendo el control del universo y tú eres muy importante en este universo.
RECONOZCA

“El hombre, por lo común, sólo sabe reconocer su felicidad en la medida de la desgracia que ha experimentado”.
Muslih-Ud-Din Saadi (1184-1291) Poeta persa.
Cuando recuerdes quién es Dios entonces reconocerás que: “Él da esfuerzo al cansado y multiplica las fuerzas al que no tiene ningunas”. Isaiás  40:29
Sí, estás cansado o cansada y abatido por las múltiples dificultades que han soplado como vientos inmisericordes, pero necesitas recordar que los recursos divinos son más abundantes que las demandas de la vida.  Cuando ya sentimos que no hay nada de fuerza nos levanta y el poder de su presencia nos revitaliza.  Pero, ¿dónde encuentro esa fuerza?  Escuchando los latidos del corazón de Dios.
PRUEBE.
“La naturaleza tiene perfecciones para demostrar que es imagen de Dios e imperfecciones para probar que sólo es una imagen”. Blaise Pascal (1623-1662) Científico, filósofo y escritor francés.
Cuando recuerdes y reconozcas entonces probarás y la prueba será irrefutable de que sus promesas son reales.
“Los muchachos se fatigan y se cansan, los jóvenes flaquean y caen; más los que esperan en el Señor tendrán nuevas fuerzas, levantarán alas como las águilas correrán y no se cansarán,  caminarán y no se fatigarán”. Isaías 40:30,31
Renovación, vitalidad, fuerza, entusiasmo, una paz que va más allá de nuestro entendimiento y un fuego interno nos levantará en un vuelo raudo, impresionante como el águila. El águila es conocida como el Rey de los aires, capaz de elevarse por encima de las tormentas para planear con majestuosidad, seguridad y belleza.  Cada vez que veo un águila volar me recuerda esta promesa.  Las barreras se caen, los obstáculos se minimizan y la fe crece con belleza y entusiasmo.
¿Cuándo fue la última vez que escuchaste los latidos del corazón de Dios?
¿No te has encontrado con él a solas por estar llorando tus soledades en la noche de tu vida?
¿Por qué no pruebas ahora mismo?
Cuando coloques tu cabeza en el pecho del Maestro te sorprenderás de oír sus latidos del corazón que te dice… Recuerda... Reconoce y Prueba. Y entonces dirás como la hija de Leslie… ¿”Yo también tengo uno”?  Y Dios te dirá…Tú también tienes corazón… porque yo te lo dí para que se enlace con el mío.
Dr. Serafín Contreras Galeano.

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