Mientras una familia se
encontraba en un panteón de Aguascalientes (México) hace unos días para
arreglar la tumba de la madre de uno de ellos, encontraron un bulto rojo
enterrado al lado de ésta, que resultó ser un “amarre” hecho con dos
muñecos vudú que tenían la fotografía con alfileres de la mujer que realizó la
brujería y el hombre para quien iba dirigido, junto con el corazón de algún animal.
De acuerdo con el portal La Neta Noticias, todos los objetos estaban
amarrados con listones rojos: además de los
muñecos, había un colibrí muerto con una carta que contenía los deseos de la mujer
para que su “amado” permaneciera bajo cualquier circunstancia a su lado. La
carta rezaba:
“SOY TU DUEÑA”
“Yo
Mireya López, te ato a ti, Alejandro Berra para que no te puedas dormir, te falte el aire, que no encuentres tranquilidad
con nada y con nadie. Aunque pienses en otra sólo quieras estar conmigo
y sólo pienses en venir a mí, a mi cama y a mi cuerpo; el único lugar donde
tendrás paz”.
“Conjuro aquí a todos los poderes de la tierra y
los muertos, a la Santa Muerte, a la
cual te tengo consagrado y entregado, para que te amarren a mí para
siempre; cuerpo y espíritu para que no vivas sin mí y te sientas atraído a mí…
sientas morirte por mí”.
Además, en la carta Mireya se
pronuncia como la dueña de Alejandro y dice que éste obedecerá sólo sus órdenes
y le dará todo lo que quiera. Y decreta que éste peleará con su madre, hermanos
e hijos, para estar sólo con ella. Al parecer el hombre es adinerado, ya que
menciona que su dinero y pertenencias serán sólo de ella. “Yo soy tu dueña y tú eres y serás, en obediencia, todo
lo que yo pida me lo darás, rápidamente… Antes morirás que irte de mi lado”.
PIDE LA MUERTE DE NIÑOS
En un tercer bulto se
encontraba la figura de la Santa Muerte y, dentro de ella, las fotografías de dos niños, aparentemente hijos del hombre para
quien iba dirigido el amarre, junto con otra carta, en la que pide que éstos
mueran.
“Por
los dioses te invoco amo de la muerte… Satanás,
escucha mi llamado… que el ángel de la muerte tome sus vidas, ya sea por
enfermedad o accidente. Que odien a su padre, Alejandro Berra y se odien entre
ellos. Que mueran como perros
abandonados, que su padre nunca quiera estar con ustedes y se sienta
desesperado al estar con ustedes. Él es mío y todo lo que tiene me pertenece”, dice.
PRÁCTICAS CONTRARIAS A LA RELIGIÓN
La fe cristiana considera
condenable el ejercicio de la brujería y hechicería, así como toda forma de
ocultismo, siguiendo la tradición bíblica que contempla todas estas prácticas
como muestras de idolatría. De
esta forma, constituyen
un pecado grave contra el primer
mandamiento, al hacer caer
al ser humano en la superstición.
Tal como recuerda el Catecismo
de la Iglesia Católica en el n. 2117, “todas las
prácticas de magia o de hechicería mediante las que se pretende domesticar potencias ocultas para
ponerlas a su servicio y obtener un poder sobrenatural sobre el prójimo —aunque
sea para procurar la salud—, son gravemente
contrarias a la virtud de la religión”.
De esta forma, el Magisterio
de la Iglesia reprueba toda práctica mágica. Sin embargo, añade una valoración
todavía más negativa si las intenciones son dañinas: “estas prácticas son más
condenables aún cuando van acompañadas de una intención de dañar a otro,
recurran o no a la intervención de los demonios”.
Secretaría RIES
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