La rebeldía y el
fanatismo están a un solo paso en la adolescencia, una etapa en la que la
vulnerabilidad de los jóvenes puede convertirlos en víctimas de ideologías
radicales, alertan los psiquiatras, que analizan cómo el sistema
educativo puede actuar, a veces, como “vivero” de fanatismos nacionalistas o
religiosos. Un experto asegura que un 5 % de los jóvenes a nivel global podrían
desarrollar estas conductas.
Durante las Jornadas
“Fanatismo, Identidad y Adolescencia", organizadas por los hospitales Niño
Jesús y Clínico San Carlos, junto a la Asociación Psicoanalítica de Madrid,
expertos clínicos han debatido en torno a esa etapa de construcción de la
identidad, que puede adquirir una dimensión conflictiva. Lo cuenta la agencia Efe.
BÚSQUEDA DE IDENTIDAD Y NOTORIEDAD
¿Cuáles son las
razones por las que un adolescente llega a ser fanático, identificándose con el
Ejército Islámico, por ejemplo? “La cosa es mucho más simple de lo que se
piensa”, explica el
psiquiatra Manuel de Miguel, coordinador de estas jornadas, quien recuerda que
durante la adolescencia se construye lo que seremos más adelante. “Es una etapa muy especial,
pero también muy angustiosa para los jóvenes”.
Durante ese periodo, “son víctimas muy propicias para cualquier
tipo de ideología, se llenan de signos de identidad, se hacen tatuajes,
y a veces la mayor parte de las atrocidades que pueden cometer los adolescentes
tienen por objeto la búsqueda de la notoriedad”.
Para el experto, es “absolutamente fácil”
encontrar ideas terroristas o de pertenencia a un club o una
secta, “y en la adolescencia los jóvenes son especialmente sensibles a
adscribirse a ese tipo de aspectos ideológicos o de pertenencia a sectas que
vayan a reforzar su identidad y que les
haga sentirse más fuertes e importantes“.
“Es
importante transmitir a la sociedad estas situaciones de riesgo, en momentos
como el que estamos viendo y que vemos cómo los sistemas educativos se convierten en viveros de fanatismo
nacionalista o de fanatismo religioso, que van a condicionar sus vidas”, opina.
PREVENCIÓN Y ORIENTACIÓN
Y el riesgo es alto para los
menores que se sienten frágiles, advierte el especialista, quien plantea la
necesidad de acercarse a ellos con un “lenguaje
natural y comprensivo”, porque “a
veces son más accesibles de lo que se piensa, especialmente cuando todas estas
cosas no se han consolidado todavía”.
“¿Cómo
atajar estas conductas? Hay que estar
muy atentos desde el cariño, la comprensión, para tratar de orientarles,
porque es un momento fundamental la adolescencia, y se puede hacer muchísimo”, propone.
Durante su intervención en el
congreso, el psiquiatra francés Alain Braconnier, del Centro Phillipe Paumelle
de Paris, ha expuesto que “la adolescencia puede
ser un periodo clave en la
consolidación de las vías hacia la violencia y el fanatismo porque
muchos de los fenómenos psíquicos específicos de la adolescencia lo facilitan”.
“En
el proceso de metamorfosis hacia una nueva identidad deben pasar,
necesariamente, por la idealización apasionada y rompedora de nuevos modelos
(de ideas, relaciones) que rechazan con
violencia lo que anteriormente han aceptado y que ahora les parece un
sometimiento alienante a figuras familiares bruscamente desvalorizadas”, ha explicado Braconnier.
La prevención desde el inicio
de la adolescencia es esencial para evitar los riesgos más graves de caer en
esas situaciones extremas, que se dan ya entre los 18 y
los 22 años, una vez pasado ese período pues es “cuando se enfrentan con el éxito o el fracaso de la
construcción de su identidad”,
explica el doctor De Miguel.
“Es
cuando se dan las crisis más graves y psicóticas, como el suicidio o las salidas aberrantes hacia
movimientos que se adscriben de manera definitiva, como las sectas o los grupos
terroristas“.
EL SISTEMA EDUCATIVO, POSIBLE VIVERO DE FANÁTICOS
Para el especialista, es
difícil saber cuántos jóvenes desarrollan esas conductas, aunque estima que
podría aproximarse al cinco por ciento de la población global de jóvenes. El
médico advierte de la importancia del sistema
educativo, que “en algunos territorios se convierte en vivero de
fanáticos”.
Para este experto, poco ayuda
la “diversificación del estado español y de las
materias curriculares” en el sistema
educativo. “Tengo la idea de que muchas veces en las escuelas hay enseñanzas muy sesgadas, donde se fanatiza
más que se integra“, ha opinado el psiquiatra.
A su juicio, es preciso “trasladar al sistema educativo la responsabilidad ética
y técnica, para que los profesionales sepan con lo que están jugando y lo que
están construyendo, que es algo más que individuos con conocimientos técnicos,
sino también identidades en las que
están influyendo“.
Secretaría RIES
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