En un artículo
titulado “Golpe al cepillo de la iglesia”, Jordi Pérez Colomé ha
relatado en el diario El País cómo crece el asalto a templos católicos
de España para sustraer dinero de la limosna y joyas ofrecidas a las vírgenes.
Como señala el redactor, en ocasiones puntuales se roban también sagrarios con
hostias consagradas, destinados a rituales de magia negra. La
vulnerabilidad de los templos rurales los convierte en una presa fácil.
El robo contra el patrimonio,
explica, es más excepcional. Sin embargo, el asalto a iglesias tiene a veces
otro motivo: la profanación. El vandalismo va desde pintadas a decapitación de
figuras o robo de hostias. Las causas pueden tener orígenes distintos: juegos de rol, ritos de iniciación en bandas juveniles o incluso misas
negras.
Pablo Delclaux, director del
secretariado de la Comisión Episcopal de Patrimonio de la Conferencia
Episcopal, sospecha del satanismo por los robos anuales que se dan en Toledo: “En mi diócesis veo casos de robos de sagrarios una, dos o tres veces al año”.
Vicente Jara, experto de la Red Iberoamericana de Estudio de las Sectas
(RIES), no cree sin embargo que el satanismo deba ser causa de preocupación: “Los grupos satánicos son muy escasos y muy móviles. Si quieren formas sagradas lo más fácil es
que conozcan a alguien que tenga acceso y las comercialice”, dice. El método de venta no es sencillo: los
compradores requieren de un vídeo donde se vea que realmente han sido
consagradas.
Las profanaciones son aún más
difíciles de contabilizar. Si el párroco se avergüenza o le da pereza puede no
denunciar asaltos. Jara recuerda un caso reciente en Madrid: “Se llevaron los collares de una Virgen en una capilla
lateral –dice–. Para la señora que abre esa parroquia, el hecho de ver a su
Virgen María tirada por el suelo, rota la mano y sin sus collares, es el
soponcio de su vida. Ese tipo de cosas lleva a mucho secretismo”. Si al caso se hubiera sumado una profanación, el
deseo de ocultar hubiera sido mayor: “Si hay sacrilegio, se tiende a decir que aquí no ha pasado nada”, añade Jara.
En Italia, tal como ha
aparecido en algunas ocasiones en InfoRIES (la última vez con motivo de sucesos en Sicilia, motivo de
preocupación para los exorcistas), son más frecuentes los ataques a iglesias
con profanación para fines esotéricos y satánicos.
Secretaría RIES
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