La Navidad se ha
convirtiendo en una fiesta de angustia y sufrimiento por no tener como centro a
Jesús.
Por: Silvana Ramos | Fuente: Catholic-link.com
No pocas veces la Navidad nos centra en preparar
regalos para nuestros seres queridos. No digo que regalar este mal. Es muy
hermoso tomarse el tiempo para hacer un regalo, un detalle a alguien que nos
importa. Y qué más lindo que tomar en cuenta sus gustos, nuestra historia
juntos, nuestros lazos de amistad, nuestro agradecimiento en la preparación de
este regalo. Qué lindo sería que siempre regalemos así.
Sin embargo hoy nos angustiamos por no cumplir
con todos a los que les “tenemos” que
regalar. Nos angustiamos por no poder comprar todo lo que nuestros hijos nos
pidieron, por no tener un presupuesto infinito para las mil compras de los
adornos, las cenas, los regalos… Finalmente la Navidad se va convirtiendo en
una fiesta de angustia y sufrimiento por lo que no se tiene o por no poder
agradar a todos.
Este video, es un muy buen material para
reflexionar sobre este tema. El
Nacimiento de Jesús es EL REGALO, ese gran
regalo que nos hizo nuestro Padre que nos creó por amor y por amor infinito
entregó a su hijo para la salvación de nuestros pecados.
Por qué de tal manera amó Dios al mundo, que ha
dado a su hijo unigénito, para que todo aquel que en El cree, no se
pierda, más tenga vida eterna. Juan 3,16
Personalmente esta Navidad significa para mí, no
sólo el recuerdo del gran regalo que nos ha hecho el Padre, sino que me ha
permitido reflexionar cómo es que Jesús
es un regalo para mí. Cómo es que su ternura y simpleza de niño anidan
en mi alma.
Es este el gran regalo que tenemos que compartir
con todos. Más allá de un detalle material, el regalo que como católicos le llevamos al mundo es el anuncio de este
nacimiento. El anuncio de un Dios que se hizo hombre, que nació de
una Madre amorosa en el lugar más humilde, que fue frágil y pequeño como cada
uno de nosotros y que dio su vida por amor. Es un Dios que vive hoy, al lado de
cada uno de nosotros, y permanecerá así hasta el fin.
La alegría de la Navidad es una alegría
especial que no es sólo para el día de Navidad, es para toda la vida del
cristiano. Es una alegría serena, tranquila, una alegría que acompaña siempre
al cristiano. Incluso en los momentos difíciles, de dificultad, esta alegría se
convierte en paz. El cristiano no pierde nunca la paz, cuando es un verdadero
cristiano, incluso en los sufrimientos. Esa paz es un don del Señor.
Papa Francisco
Papa Francisco
Los
invito a realizar una dinámica juntos y preguntarnos:
- ¿Considero a Jesús verdaderamente un regalo
en mi vida?
- ¿Cómo la historia de su nacimiento refleja
mi propia historia?
- ¿En qué me estoy centrando en esta Navidad?
- ¿Anuncio con mi vida el regalo que Dios
Padre nos ha hecho?
Les
deseo una muy feliz Navidad y que celebremos con alegría el gran regalo que
Dios nos ha hecho: Un niño envuelto en pañales en
un pesebre.
¡Feliz
Navidad!
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