El Papa Francisco animó a los cristianos a salir a la calle a anunciar
la Pascua, la resurrección del Señor, y a emplear para ello esta antigua
fórmula utilizada por los apóstoles y por los primeros cristianos: “¡Verdaderamente el Señor ha resucitado!”.
Antes del rezo del Regina Coeli en la Plaza de San Pedro del Vaticano
este lunes 2 de abril, el Pontífice reflexionó sobre las palabras del ángel que
se encontraba en el interior del sepulcro donde había estado Jesús: “Ha resucitado”, fue lo que les dijo a las mujeres
que habían acudido al sepulcro.
“Los evangelistas señalan que este primer anuncio
fue realizado por ángeles, es decir, mensajeros de Dios. En esa presencia
angélica hay un significado: del mismo modo que la anunciación de la
Encarnación del Verbo la realizó un ángel, Gabriel, así para la primera vez que
se anuncia la Resurrección no bastaba con la palabra humana”.
Explicó que “se necesitaba a un ser superior
para comunicar una realidad tan desconcertante, tan increíble que tal vez
ningún hombre se hubiera atrevido a pronunciarla”.
“Tras este primer anuncio –continuó el Santo
Padre–, la comunidad de los discípulos comenzó a repetir: ‘Verdaderamente el
Señor ha resucitado y se ha aparecido a Simón’, pero el primer anuncio requería
de una inteligencia superior a la humana”.
El Papa invitó a repetir en Pascua: “Verdaderamente
el Señor ha resucitado”, y animó a los presentes en la plaza a repetirlo
tres veces.
Francisco destacó el carácter familiar de la fiesta de Pascua: “Es un día de fiesta, de celebración vivida habitualmente
con la familia. Es una jornada familiar. Después de haber celebrado la Pascua,
hay necesidad de reunirse con los seres queridos, con los amigos, para
festejarla”.
“Porque la fraternidad es el fruto de la Pascua de
Cristo que, con su muerte y resurrección, ha derrotado el pecado que separaba
al hombre de Dios, al hombre de sí mismo, y al hombre de sus hermanos”.
Subrayó que “Jesús ha derrumbado el muro de
división entre los hombres y ha restablecido la paz, comenzando a tejer la red
de una nueva fraternidad”.
En este sentido, hizo un llamado a redescubrir la fraternidad “tal y como era vivida en las primeras comunidades
cristianas. No puede haber una verdadera comunión y un compromiso para el bien
común y la justicia social sin la fraternidad y sin compartir. Sin compartir de
forma fraterna no se puede realizar una auténtica comunidad eclesial o civil”.
“La Pascua de Cristo ha hecho explotar en el mundo
la novedad del diálogo y de la relación, novedad que para los cristianos se
convierte en responsabilidad. De hecho, Jesús dijo: ‘Por esto todos sabrán que
sois mis discípulos: si tenéis amor los unos por los otros’”.
Por este motivo, “no podemos recluirnos en
lo privado, en nuestro grupo, sino que estamos llamados a hacernos cargo del
bien común, a ayudar a los hermanos, especialmente a aquellos que son débiles y
marginados. Sólo la fraternidad puede garantizar una paz duradera, puede
derrotar las tensiones y las guerras, puede extirpar la corrupción y la
criminalidad”.
El Papa finalizó pidiendo a la Virgen María, “que
en este tiempo pascual invocamos con el título de Reina del Cielo, nos sostenga
con su oración”.
Redacción ACI
Prensa
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