La semana pasada hablábamos en Cochabamba,
Bolivia acerca del “paraíso
terrenal” de los pueblos prehispánicos. Al finalizar, nos objetaron que
nuestro discurso era “reaccionario",
“provocador", etc. Y nos alegramos.
Porque la verdad siempre lo
es.
Hoy sale un nuevo artículo que
aquí reproducimos sobre los sacrificios humanos de niños perpretados en Perú,
pocos años antes de la llegada de España a estas tierras americanas.
Es que los brutos de ayer y
los aborteros de hoy sólo se diferencian en el modo de matar.
Que
no te la cuenten…
P. Javier
Olivera Ravasi
Arqueólogos encontraron lo que sería el mayor sacrificio de niños de
América, y quizá del mundo. Un hallazgo macabro que fue descubierto en la costa norte del
Perú.
El sacrificio de los 140 niños y 200 llamas jóvenes habría
ocurrido durante la celebración de un ritual indígena, hace 550 años,
en un acantilado, al pie del océano Pacífico, en la que era la capital del Imperio Chimú.
El hallazgo no solo no tiene
precedentes en América y sus otras culturas precolombinas, como los mayas, incas o aztecas,
sino en todo el mundo.
Esta investigación es llevada
a cabo por un grupo interdiciplinario conformado por científicos y arqueólogos
de la Universidad Tulane (EEUU)
y la Universidad de Trujillo (Perú)
y el explorador peruano Gabriel Prieto. El proyecto es financiado por National Geographic Society.
“Personalmente,
no lo esperaba. Y creo que nadie más se lo podría haber imaginado", dice Verano,
un antropólogo, a National Geographic.
Los restos fueron encontrados en el distrito Huanchaco, en el norte de
Perú, en un antiguo sitio de sacrificios conocido como Huanchaquito-Las Llamas, que está
sobre un acantilado, donde ahora existe un complejo de viviendas. Y muy cerca
de allí, a menos de un kilómetro, se encuentra Chan Chan, Patrimonio
Mundial por la UNESCO, que fue el centro administrativo de la
pueblo chimú.
La civilización Chimú controló
un territorio que se extendió por más de mil kilómetros entre Perú y Ecuador,
por toda la costa del Pacífico. Solo
el imperio Inca superó a los Chimú en extensión y poderío.
Los primeros restos fueron hallados en Huanchaquito-Las
Llamas en 2011: 42 niños y 76 llamas. Prieto, nativo del lugar, excavaba un templo de 3500 años de
antigüedad cuando por coincidencia, como ocurre en la mayoría de estos casos,
residentes de la zona le alertaron sobre restos humanos que habían emergido
como consecuencia de la erosión en una dunas cercanas.
Al finalizar las excavaciones
en el 2016, la cifra de restos
humanos subió a 140, todos niños, y 200 llamas jóvenes. Gracias a
la técnica del radiocarbono, determinaron que los sacrificios
ocurrieron entre 1400 y 1450, un poco antes de la llegada de Colón a América en 1492.
Según las
investigaciones, a los niños les sacaron su corazón, probablemente como
parte del ritual. Esto lo sugiere evidencias que muestran cortes en los
esternones y dislocación de las costillas. Por otra parte, fueron encontrado
los restos de dos adultos, que quizá hicieron parte del evento del sacrificio y
que luego fueron asesinados.
Las edades de los niños van desde los 5 hasta los 14 años. Casi
todos fueron sepultados mirando hacia el mar, en dirección al oeste. La llamas,
por su parte, fueron enterradas mirando hacia el este, en dirección a los picos
de los Andes.
Los arqueólogos pudieron,
mediante a un análisis de las huellas, reconstruir cómo fue parte de la
procesión ritual: a las llamas y a
los niños se les guió al sitio y en el centro del lugar fueron masacrados y
luego sepultados. Si la evidencia es concluyente, según los
científicos, este sería el mayor
sacrificio de niños del que se tenga registro en la historia mundial.
El mayor sacrificio del que se
tiene conocimiento hasta el momento ocurrió en el Templo Mayor en la capital azteca de
Tenochtitlán donde asesinaron a 42 niños.
Según las investigaciones, los
cortes realizados a los niños y a las llamas fueron hechos por una o varios
manos expertas.
“Se trata de un sacrificio en forma de ritual,
y es muy sistemático“, dice Verano.
El sacrificio humano ha existido
en muchos pueblos y civilizaciones alrededor del mundo. Se cree que estas prácticas tienen un rol
importante en el control de la población por parte de las elites
dominantes.
Sin embargo, de los
sacrificios masivos de niños se tienen pocos registros. Y los investigadores no
han podido determinar con certeza las causas por las que fueron mascarados.
Aunque existen algunas hipótesis.
Haagen Klaus, un profesor de
antropología en la George Mason University (EEUU), miembro del proyecto Las
Llamas, cree que las sociedades precolombinas
recurrían al sacrificio de los niños cuando los sacrificios de adultos no
eran suficiente para ahuyentar fenómenos climáticos como las sequías.
“La gente sacrifica aquello que considera más
preciado. Es posible que hayan visto que el sacrificio de los adultos no era
eficaz. Quizás era necesario pensar en un nuevo tipo de víctima para los
sacrificios“, explica Klaus.
“Existe la idea
de que los sacrificios de forma ritual son contractuales, que se realizan para
obtener algo de las deidades sobrenaturales. Pero en realidad es un intento mucho más complicado de negociación con
esas fuerzas sobrenaturales y su manipulación por parte de los vivos“, añade en entrevista a National Geographic.
Se cree también que los niños
provenían de distintas poblaciones y grupos étnicos del imperio Chimú.
“Las Llamas ya es un lugar único en el mundo,
y hace que uno se pregunte cuántos otros sitios como este puede haber en el
área para futuras investigaciones. Esto podría tratarse solamente de la
punta del iceberg", concluye Prieto.
Fuente:
Diario Ámbito Financiero
Javier Olivera
Ravasi
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