Las 29 preguntas más comunes con las respuestas que te harán comprender mejor el sentido de la cuaresma.
¿QUÉ ES LA CUARESMA?
Llamamos
Cuaresma al período de cuarenta días (quadragesima) reservado a la preparación
de la Pascua, y señalado por la última preparación de los catecúmenos que
deberían recibir en ella el bautismo.
¿DESDE CUÁNDO SE VIVE
LA CUARESMA?
Desde el
siglo IV se manifiesta la tendencia a constituirla en tiempo de penitencia y de
renovación para toda la Iglesia, con la práctica del ayuno y de la abstinencia.
Conservada con bastante vigor, al menos en un principio, en las iglesias de
oriente, la práctica penitencial de la Cuaresma ha sido cada vez más aligerada
en occidente, pero debe observarse un espíritu penitencial y de conversión.
¿POR QUÉ LA CUARESMA EN
LA IGLESIA CATÓLICA?
“La Iglesia se une todos los años, durante los cuarenta días de la Gran
Cuaresma, al Misterio de Jesús en el desierto” (n. 540).
¿CUÁL ES, POR TANTO, EL
ESPÍRITU DE LA CUARESMA?
Debe ser
como un retiro colectivo de cuarenta días, durante los cuales la Iglesia,
proponiendo a sus fieles el ejemplo de Cristo en su retiro al desierto, se
prepara para la celebración de las solemnidades pascuales, con la purificación
del corazón, una práctica perfecta de la vida cristiana y una actitud
penitencial.
¿QUÉ ES LA PENITENCIA?
La
penitencia, traducción latina de la palabra griega metanoia que en la Biblia
significa la conversión (literalmente el cambio de espíritu) del pecador,
designa todo un conjunto de actos interiores y exteriores dirigidos a la
reparación del pecado cometido, y el estado de cosas que resulta de ello para
el pecador.
Literalmente
cambio de vida, se dice del acto del pecador que vuelve a Dios después de haber
estado alejado de Él, o del incrédulo que alcanza la fe.
¿QUÉ MANIFESTACIONES
TIENE LA PENITENCIA?
“La penitencia interior del cristiano puede tener expresiones muy
variadas. La Escritura y los Padres insisten sobre todo en tres formas: el
AYUNO, la oración, la limosna, que expresan la conversión con relación a sí
mismo, con relación a Dios y con relación a los demás. Junto a la purificación
radical operada por el Bautismo o por el martirio, citan, como medio de obtener
el perdón de los pecados, los esfuerzos realizados para reconciliarse con el
prójimo, las lágrimas de penitencia, la preocupación por la salvación del
prójimo, la intercesión de los santos y la práctica de la caridad "que
cubre multitud de pecados" (1 Pedro,
4,8.).” (Catecismo Iglesia Católica, n.
1434).
¿ESTAMOS OBLIGADOS A
HACER PENITENCIA?
“Todos los fieles, cada uno a su modo, están obligados por la ley divina
a hacer penitencia; sin embargo, para que todos se unan en alguna práctica
común de penitencia, se han fijado unos días penitenciales en los que se
dediquen los fieles de manera especial a la oración, realicen obras de piedad y
de caridad y se nieguen a sí mismos, cumpliendo con mayor fidelidad sus propias
obligaciones y, sobre todo, observando el ayuno y la abstinencia.” (Código de Derecho Canónico, cánon 1249).
¿CUÁLES SON LOS DÍAS Y
TIEMPOS PENITENCIALES?
“En la Iglesia universal, son días y tiempos penitenciales todos los
viernes del año y el tiempo de cuaresma.” (Código
de Derecho Canónico, cánon 1250).
¿QUÉ DEBE HACERSE TODOS
LOS VIERNES DEL AÑO?
En
recuerdo del día en que murió Jesucristo en la Santa Cruz, “todos los viernes, a no ser que coincidan con una
solemnidad, debe guardarse la abstinencia de carne, o de otro alimento que haya
determinado la Conferencia Episcopal; ayuno y abstinencia se guardarán el
miércoles de Ceniza y el Viernes Santo.” (Código de Derecho Canónico,
cánon 1251).
¿CUÁNDO ES CUARESMA?
La
Cuaresma comienza el Miércoles de ceniza y concluye inmediatamente antes de la
Misa Vespertina in Coena Domini. (jueves santo). Todo este período forma una
unidad, pudiéndose distinguir los siguientes elementos:
1) El Miércoles de ceniza,
2) Los domingos, agrupados en el binomio, I-II; III,
IV y V; y el Domingo de Ramos de la Pasión del Señor,
3) La Misa Crismal y
4)
Las ferias.
¿QUÉ ES EL MIÉRCOLES DE
CENIZA?
Es el
principio de la Cuaresma; un día especialmente penitencial, en el que manifestamos
nuestro deseo personal de CONVERSIÓN a Dios.
Al
acercarnos a los templos a que nos impongan la ceniza, expresamos con humildad
y sinceridad de corazón, que deseamos convertirnos y creer de verdad en el
Evangelio.
¿CUÁNDO TIENE ORIGEN LA
PRÁCTICA DE LA CENIZA?
El origen
de la imposición de la ceniza pertenece a la estructura de la penitencia
canónica. Empieza a ser obligatorio para toda la comunidad cristiana a partir
del siglo X. El liturgia actual, conserva los elementos tradicionales: imposición
de la ceniza y ayuno riguroso.
¿CUÁNDO SE BENDICE E
IMPONE LA CENIZA?
La
bendición e imposición de la ceniza tiene lugar dentro de la Misa, después de
la homilía; aunque en circunstancias especiales, se puede hacer dentro de una
celebración de la Palabra. Las fórmulas de imposición de la ceniza se inspiran
en la Escritura: Gn, 3, 19 y Mc 1, 15.
¿DE DÓNDE PROVIENE LA
CENIZA?
La ceniza
procede de los ramos bendecidos el Domingo de la Pasión del Señor, del año
anterior, siguiendo una costumbre que se remonta al siglo XII. La fórmula de
bendición hace relación a la condición pecadora de quienes la recibirán.
¿CUÁL ES EL SIMBOLISMO
DE LA CENIZA?
El simbolismo de la ceniza es el siguiente:
a) Condición
débil y caduca del hombre, que camina hacia la muerte;
b)
Situación pecadora del hombre;
c) Oración
y súplica ardiente para que el Señor acuda en su ayuda;
d)
Resurrección, ya que el hombre está destinado a participar en el triunfo de
Cristo;
¿A QUÉ NOS INVITA LA
IGLESIA EN LA CUARESMA?
la
Iglesia persiste en invitarnos a hacer de este tiempo como un retiro espiritual
en el que el esfuerzo de meditación y de oración debe estar sostenido por un
esfuerzo de mortificación personal cuya medida, a partir de este mínimo, es
dejada a la libertad generosidad de cada uno.
¿QUÉ DEBE SEGUIRSE DE
VIVIR LA CUARESMA?
Si se
vive bien la Cuaresma, deberá lograrse una auténtica y profunda CONVERSIÓN
personal, preparándonos, de este modo, para la fiesta más grande del año: el
Domingo de la Resurrección del Señor.
¿QUÉ ES LA CONVERSIÓN?
Convertirse
es reconciliarse con Dios, apartarse del mal, para establecer la amistad con el
Creador.
Supone e
incluye la Confesión (ver el impreso Guía de la Confesión) de todos y cada uno
de nuestros pecados.
Una vez
en gracia (sin conciencia de pecado mortal), hemos de proponernos cambiar desde
dentro (en actitudes) todo aquello que no agrada a Dios.
¿POR QUÉ SE DICE QUE LA
CUARESMA ES UN “TIEMPO FUERTE” Y UN TIEMPO PENITENCIAL?
“Los tiempos y los días de penitencia a lo largo del año litúrgico (el
tiempo de CUARESMA, cada viernes en memoria de la muerte del Señor) son
momentos fuertes de la práctica penitencial de la Iglesia. Estos tiempos son
particularmente apropiados para los ejercicios espirituales, las liturgias
penitenciales, las peregrinaciones como signo de penitencia, las privaciones
voluntarias como el ayuno y la limosna, la comunicación cristiana de bienes
(obras caritativas y misioneras).” (Catecismo
Iglesia Católica, n. 1438)
¿CÓMO CONCRETAR MI
DESEO DE CONVERSIÓN?
De diversas maneras, pero siempre realizando obras de conversión, como
son, por ejemplo:
1. Acudir al Sacramento de la Reconciliación
(Sacramento de la Penitencia o Confesión) y hacer una buena confesión: clara,
concisa, concreta y completa.
2.
Superar las divisiones,
perdonando y crecer en espíritu fraterno.
3. Practicando las Obras de Misericordia.
¿CUÁLES SON LAS OBRAS
DE MISERICORDIA?
Las Obras de Misericordia espirituales son:
Enseñar al que no sabe.
Dar buen consejo al que lo necesita.
Corregir al que yerra.
Perdonar las injurias.
Consolar al triste.
Sufrir con paciencia las adversidades y flaquezas del prójimo.
Rogar a Dios por los vivos y los muertos
Las Obras de Misericordia corporales son:
Visitar al enfermo.
Dar de comer al hambriento.
Dar de beber al sediento.
Socorrer al cautivo.
Vestir al desnudo.
Dar posada al peregrino.
Enterrar a los muertos.
¿QUÉ OBLIGACIONES TIENE
UN CATÓLICO EN CUARESMA?
Hay que
cumplir con el precepto del AYUNO y la ABSTINENCIA, así como con el de la
CONFESIÓN y COMUNIÓN anual.
¿EN QUÉ CONSISTE EL AYUNO?
El AYUNO
consiste en hacer una sola comida al día, aunque se puede comer algo menos de
lo acostumbrado por la mañana y la noche. No se debe comer nada entre los
alimentos principales, salvo caso de enfermedad.
¿A QUIÉN OBLIGA EL
AYUNO?
Obliga
vivir la ley del ayuno, a todos los mayores de edad, hasta que tengan cumplido
cincuenta y nueve años. (cfr. CIC, c. 1252).
¿QUÉ ES LA ABSTINENCIA?
Se llama
abstinencia a privarse de comer carne (roja o blanca y sus derivados).
¿A QUIÉN OBLIGA LA
ABSTINENCIA?
La ley de
la abstinencia obliga a los que han cumplido catorce años.(cfr. CIC, c. 1252).
¿PUEDE CAMBIARSE LA
PRÁCTICA DEL AYUNO Y LA ABSTINENCIA?
“La Conferencia Episcopal puede determinar con más detalle el modo de
observar el ayuno y la abstinencia, así como sustituirlos en todo o en parte
por otras formas de penitencia, sobre todo por obras de caridad y prácticas de
piedad.” (Código
de Derecho Canónico, cánon 1253).
¿QUÉ ES LO QUE IMPORTA
DE FONDO DEL AYUNO Y LA ABSTINECIA?
Debe
cuidarse el no vivir el ayuno o la abstinencia como unos mínimos, sino como una
manera concreta con la que nuestra Santa Madre Iglesia nos ayuda a crecer en el
verdadero espíritu de penitencia.
¿QUÉ ASPECTOS
PASTORALES CONVIENE RESALTAR EN LA CUARESMA?
El tiempo
de Cuaresma es un tiempo litúrgico fuerte, en el que toda la Iglesia se prepara
para la celebración de las fiestas pascuales. La Pascua del Señor, el Bautismo
y la invitación a la reconciliación, mediante el Sacramento de la Penitencia,
son sus grandes coordenadas.
Se sugiere utilizar como medios de acción pastoral:
1) La catequesis del Misterio Pascual y de los
sacramentos;
2) La exposición y celebración abundante de la
Palabra de Dios, como lo aconseja vivamente el cánon. 767, & 3, 3).
3) La participación, de ser posible diaria, en la
liturgia cuaresmal, en las celebraciones penitenciales y, sobre todo, en la
recepción del sacramento de la penitencia: “son momentos
fuertes en la práctica penitencial de la Iglesia” (CEC, n. 1438),
haciendo notar que “junto a las consecuencias
sociales del pecado, detesta el mismo pecado en cuanto es ofensa a Dios”; y,
4) El fomento de los ejercicios espirituales, las
peregrinaciones, como signo de penitencia, las privaciones voluntarias como el
ayuno y la limosna y las obras caritativas y misioneras.
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