jueves, 9 de junio de 2016

¿QUÉ HACER CUANDO EL DEMONIO NOS HACE APARECER TRASTORNOS Y ENFERMEDADES?


El padre Fortea, conocido demonólogo y exorcista, dice que el demonio puede provocar enfermedades mentales y físicas, Y en eso pueden caber las acciones demoníacas lights que no son posesiones, son insidias intermitentes y hasta algunos tipos de síntomas extraños y poco comprendidos como los que suceden en la noche.

Somos vulnerables por la noche porque no estamos en control, el sueño es un estado intermedio casi espiritual. El velo es delgado. Puede haber pesadillas. Puede haber obsesiones que nos hacen dar vueltas en la cama. No es el insomnio. Estas son las perturbaciones que debemos prestar atención y echar fuera.

Primero exploremos la posible causa demoníaca de una enfermedad e ilustremos cuales son los síntomas de posesión manifiesta, aclarando que pueden haber actividades demoníacas mas intermitentes y lights, como analizamos elocuentemente en este otro artículo que recomendamos leer.

¿PUEDE EL DEMONIO PROVOCAR UNA ENFERMEDAD MENTAL?

Si el demonio puede tentar, también podría hacerlo de forma continua, intensa, sin descanso, y tratar de provocar por tanto una obsesión o una fobia o una depresión u otras enfermedades dice el padre Fortea.

Si hemos dicho que puede transmitir especies inteligibles, podría transmitirlas con tal frecuencia que perturbara seriamente la vida ordinaria de la persona hasta el punto de desequilibrarla. Por poder hacerlo lo puede hacer. Pero Dios impide su libre actuación sobre nosotros. Toda acción del demonio sobre los hombres debe ser permitida por Dios.

A la pregunta por tanto de si el demonio puede provocar enfermedades mentales la respuestas es: sí, si Dios lo permite. Respuesta que vale para todo.

Incluso a la pregunta ¿podemos contraer una enfermedad mental sin intervención del demonio? La respuesta sería exactamente la misma: sí, si Dios lo permite. Se trata de una respuesta que tiene un carácter casi universal.

Conocido el mecanismo interno que usa para provocar la tentación -la infusión de especies inteligibles en nuestra inteligencia, memoria e imaginación-, este modus operandi también se puede usar de forma tan pertinaz que desequilibre a la persona.

Entra dentro del poder del demonio el hacerlo. Lo único que puede impedirlo es la voluntad de Dios. Ahora bien, ¿lo impide siempre? Indudablemente no.

Si Dios no impide siempre la actuación de las causas naturales que provocan la enfermedad, tampoco impide siempre la actuación del demonio.

Ahora bien, en este ámbito como en todo el campo de las causas de las patologías físicas o mentales, la actuación del demonio es excepcional. Toda enfermedad mental se debe a causas naturales mientras no se demuestre lo contrario.

Por otro lado, si pusiéramos una al lado de la otra a una persona enferma mental por causas naturales y a otra enferma mental por causa demoniaca, no habría manera de distinguir la una de la otra pues sólo veríamos el efecto externo.

Pero también están los trastornos pasajeros, como la Parálisis del Sueño, que veremos más abajo, y que es posible sean causados por el demonio.

¿EL DEMONIO PUEDE PROVOCAR ENFERMEDADES PERMENENTES EN EL CUERPO?

Ante todo hay que dejar bien claro que las enfermedades aparecen por causas naturales. Pensar que las enfermedades tienen su causa en el mundo de los espíritus sería como querer regresar a un estado precientífico donde la razón sería sustituida por el mito.

Ahora bien, si los demonios existen tampoco se puede descartar absolutamente que ellos puedan actuar alguna vez en este campo.

Las reglas generales son como su nombre indica generales, pero nada impide que sucedan hechos especiales, por muy raros que éstos sean. Normalmente del cielo llueve agua, o cae nieve o granizo, pero alguna vez también cae del cielo un meteorito.

Así también de forma extraordinaria e inusual Dios puede permitir que un demonio provoque una enfermedad. De hecho, San Lucas menciona expresamente el caso de “una mujer, que desde hacía dieciocho años padecía una enfermedad producida por un espíritu, y estaba encorvada” (Lc 13,10-14).

De esta mujer no se dice que estuviera endemoniada, pero sí se dice que el demonio era la causa de esa enfermedad. Esa afirmación es categórica en el Evangelio.

A esto podemos añadir el caso de la muerte de los esposos de Sara en el libro de Tobías causada por el demonio Asmodeo (Tob 3).

Santa Teresa de Liseaux escribió un capítulo muy interesante al hablar de su vida:

La enfermedad que me acometió provenía, ciertamente, del demonio. Furioso por vuestra entrada en el Carmelo [la de su hermana] quiso vengarse en mí de todo el daño que nuestra familia había de causarle en el futuro, pero no me hizo casi sufrir; pude proseguir mis estudios, y nadie se preocupó por mí. Hacia finales de año me sobrevino un continuo dolor de cabeza. (…) Esto duró hasta la fiesta de Pascua de 1883. (…) Al desnudarme, me sentí invadida por un extraño temblor. No sé como describir una enfermedad tan extraña. Hoy estoy persuadida de que fue obra del demonio. (…) Casi siempre parecía estar en delirio, pronunciando palabras sin sentido. (…) Con frecuencia parecía estar desvanecida, sin poder ejecutar el más mínimo movimiento. (….) Creo que el demonio había recibido un poder exterior sobre mí, pero que no podía acercarse ni a mi alma, ni a mi espíritu, si no era para inspirarme grandísimos temores de ciertas cosas”. (Historia de un alma, cap.III)

7 CRITERIOS DIAGNÓSTICOS DE LA POSESIÓN

Los criterios diagnósticos que debería presentar un sujeto para que sospecháramos que padece una posesión serían los siguientes:

1 – Ante lo sagrado o lo religioso se da una gama de sensaciones que van, según el sujeto, desde el fastidio hasta el horror, desde la leve expresión de molestia hasta la manifestación de ira y furia.
2 – En estos casos más extremos, el horror lleva a accesos de furia, acompañados normalmente de blasfemias o insultos dirigidos hacia el objeto religioso que se ha situado en la proximidad.
3 – El poseso en los episodios agudos de manifestación de ira furiosa, pierde la consciencia. Cuando vuelve en sí no recuerda nada. La amnesia es total y absoluta. Sin embargo, aunque no recuerde nada el sujeto durante el episodio ha padecido un cambio de personalidad mientras ha durado esa crisis de furia. Durante esa crisis una segunda personalidad emerge.
4 – Esa segunda personalidad siempre tiene un carácter maligno. Es frecuente que durante esos momentos las pupilas se vuelvan hacia arriba, o hacia abajo, dejando los ojos en blanco. Los músculos faciales se ponen frecuentemente en tensión. También las manos muestran crispación. En esos momentos de crisis, la persona articula la voz llena de odio y rabia.
5 – Acabada la crisis furiosa, la persona vuelve lentamente a la normalidad, el tránsito de vuelta a la normalidad es prácticamente similar en cuanto al tiempo y al modo al tránsito que se observa de la vuelta del estado de hipnosis al estado normal de conciencia.
6 – Fuera de las crisis furiosas en que emerge la segunda personalidad, la persona lleva una vida completamente normal, sin que esta patología afecte para nada ni a su trabajo ni a sus relaciones sociales. El sujeto aparece como una persona perfectamente cuerda. En todo momento distingue perfectamente entre la realidad y el mundo intrapsíquico, no observa una conducta delirante.
7 – En algunos casos sí exponen cosas que parecen alucinaciones sensoriales (concretamente exponen que, esporádicamente, ven sombras, sienten una difusa sensación extraña en alguna parte concreta del cuerpo u oyen crujidos). Por el contrario no oyen voces internas, ni sienten que algo les corre bajo la piel.

Habría que añadir que no se puede considerar dentro de este campo de la posesión los casos en que el sujeto meramente dice sentir una presencia.

En la mayor parte de los casos estos fenómenos de posesión se producen tras participar en algún tipo de rito esotérico: ouija, práctica de espiritismo, santería afrocubana, macumba, vudú, etc.

ALUCINACIONES PERO LUCIDEZ Y SEGUNDA PERSONALIDAD

Este tipo de personas, tal como se ha mencionado, sufren alucinaciones sensoriales siempre con una temática muy precisa (la referida en el citado punto) pero no se ven afectadas por ningún tipo de delirio. Por el contrario hay una total ausencia de construcción patológica de conjuntos de ideas que puedan justificar ese tipo de trastornos explicados en los puntos anteriores.

El paciente mantiene un razonamiento claro, y se muestra sumamente crítico respecto a los síntomas que él mismo describe al médico. Es muy frecuente que comience su exposición al especialista médico o al sacerdote con las palabras “va a pensar que estoy loco”, “no me va a creer” o “no sé por dónde empezar”.

El mismo poseso es el primero en reconocer que su discurso va a resultar poco digno de crédito. El poseso sitia perfectamente en el tiempo el inicio de sus trastornos. Y suele referir como causa de ellos la participación de ese rito esotérico.

Lo verdaderamente relevante, el factor predominante, será el hecho de que en los momentos de mayor furia en los que emerge esa segunda personalidad da todos signos el paciente de sufrir un desorden disociativo de la personalidad. La presencia de una identidad distinta que toma control sobre la conducta de la persona entra plenamente en la descripción de esta patología de la disociación.

Esta segunda identidad siempre aparece con unos rasgos muy fijos: hablará con rabia, con ira, exponiendo un gran odio hacia todo lo relativo a la religión, y hablará además con la expresión facial manifestando una gran tensión.

En unos pacientes esta segunda identidad es locuaz en cuyo caso manifiesta una gran procacidad en su vocabulario y expresiones blasfemas. En otros pacientes esta segunda identidad es casi muda, hablando en contadas ocasiones y de un modo extremadamente lacónico, sus intervenciones cargadas de odio y tensión tienen en común con el tipo anterior en que la voz cambia por efecto de esa ira contenida.

El pensamiento en todo momento (salvo en los momentos de trance) es claro, y esa es otra característica que suele llamar la atención de los especialistas que atienden a estos pacientes: la claridad de pensamiento, la capacidad de autocrítica, coexistiendo con los otros rasgos patológicos que por su gravedad deberían conllevar una evolución hacia una profunda desestructuración de la personalidad y el raciocinio.

LA PARÁLISIS DEL SUEÑO

Algunos han sufrido lo que se conoce como “parálisis del sueño”, que algunos profesionales han tratado de explicar como un efecto psicológico simple o anormalidad del sistema nervioso, mientras que otros, como Deborah Lipsky, ex satanista que ahora es una devota católica, dice que puede ser un caso de “lucha demoníaca”.

“Muchas personas que son atormentadas por la actividad demoníaca se despiertan en medio de la noche con la sensación de ser estranguladas, o alguna otra cosa que lleva a que en su pecho haga una respiración casi imposible”, escribe en ‘Un mensaje de Esperanza’“.

La mayoría de las veces hay una sensación de incapacidad de mover un músculo. La ciencia médica lo trata de explicar como un simple caso de que su cerebro en realidad despierta antes que su cuerpo, por lo tanto, la mente y el cuerpo se desconectan. El término médico que utilizan para este fenómeno se llama ‘parálisis del sueño’.

La verdad que no tiene sentido que haya que pensar (para mover el brazo) antes de que el cuerpo responda (y el brazo se mueva.) En los casos inquietantes demoníacos, hay un demonio detrás de esta parálisis del sueño. Ellos hacen esto cuando Ud. no está completamente despierto, a propósito para que se sienta como si estuviera luchando con ellos solo. Es un acto de intimidación”.

Y a menudo se disipa con sólo pronunciar: “Jesús”.

MUCHA GENTE SIENTE LO MISMO

Tengo cuatro hijos”, escribió una persona de Inglaterra que quiere permanecer en el anonimato. “Dos de ellos son católicos practicantes y estos cuentos vienen de ellos. Fueron escritos por dos chicas que estaban en la universidad o estudiando en el extranjero en el momento.

Una, Laura, admite que ella ha sufrido de parálisis del sueño en el pasado, pero que un incidente en particular, alrededor de un mes de su confirmación, fue diferente. En el momento de la experiencia, tenía unos veinte años de edad.

Laura estaba tratando de dormir cuando de repente sintió una sensación de empuje, como si ‘algo’ estuviera tratando de empujarla fuera de la cama. Luego se sintió como si el ‘algo’ le estuviera pegando también. Ella comenzó a rezar el Padre Nuestro y ‘Ángel de Dios, mi querido guardián…

El ataque cesó momentáneamente, pero se reanudó con fuerza peor – apenas podía moverse y le resultaba difícil hacer la Señal de la Cruz. En ese momento, ‘eso’ se fue, temporalmente. Durante este tiempo, una voz susurraba en su oído izquierdo… las palabras eran indistintas pero ella estaba tratando de bloquearlas mediante la oración cada vez más fuerte.

Pero pronto descubrió que no podía recordar las palabras de la oración del Señor con tanta facilidad. La voz se hizo más fuerte, diciendo algo así como ‘¡fuera!’. Laura trató sentarse, y logró hacerlo, aunque al mismo tiempo sentía como si su boca estuviera cubierta por su edredón. Sólo podía ver a través de los ojos medio abiertos, teniendo una visión extraña de sus pestañas y no podía moverse.

Ella se acostó de nuevo y consiguió hacer un graznido: “¡ayúdame ‘ Entonces sintió la parada del empuje, las voces que se iban, y una creciente sensación de calma y seguridad a su alrededor; una vez que todo estuvo calma pudo moverse de nuevo. Ella reconoció de inmediato que era su ángel de la guarda“.

Mi otra hija escribió un relato de una experiencia anterior, en 2008, después que Laura me había escrito acerca de la suya propia. Debo añadir que esta hija, que es dieciocho meses mayor, alega otros ataques del diablo, mientras que Laura no”.

He aquí su relato – que es muy similar a la de Laura.:

“Yo estaba tratando de dormir y de repente me di cuenta de una fuerte presencia cerca de mi cara. Alguien respiraba en el lado izquierdo de mi cara y en mi oído. En un instante empezó a gritar en mi oreja. Primero la voz se había estado riendo y de repente se tornó agresiva y gritando. Me asusté y los gritos cambiaron hacia el grito, y sentí retirada de mi cuerpo. No podía alejarme del ser porque mi cuerpo estaba pesado, y no podía respirar, hablar, ni abrir los ojos (al menos no sin una gran cantidad de energía que parecía haber desaparecido de mi cuerpo).

Traté de orar a Dios el Padre Nuestro, la Oración a San Miguel, el Gloria, el Ave María, pero esto sólo enfureció al ser más y lo hizo gritar y gritar cada vez más fuerte. Por un momento logré ponerme en mis oraciones y el grito fue tan fuerte que sentí que mi tímpano iba a estallar, la mejilla y la oreja se me pusieron calientes y pensé ‘en este momento de mi vida yo sé, sin sombra de duda de que el diablo existe y este ser es, sin duda real’.

Continué orando y entonces me olvidaba de las palabras, de manera que tenía que empezar de nuevo… se rió de mí y trató de confundirme y hacerme decir palabras perversas o pensamientos enfermos… pero seguí orado con más fuerza y convicción y firmeza hasta que llena de rabia grité el Nombre de Jesús… luego lo escuché gritar como si estuviera siendo perseguido y me sentí más tranquila, segura y liberada.

Me di cuenta de mi habitación, del espacio alrededor de mi cuerpo y me podía mover de nuevo. También sentí la paz de Dios. Sabía que mi ángel de la guarda, por fin había llegado a mi rescate y yo no entendía por qué me habían dejado de luchar sola tanto tiempo. Sabía que estaba a salvo de ir a dormir, así que sin lugar a dudas lo hice”.

Ambas hijas son adultas y tienen puestos de responsabilidad (una es abogada y la otra trabaja en Marketing), no tienen un historial de trastornos mentales ¿Podría ser que los malos espíritus se aprovechen del estado natural entre el sueño y la vigilia para atacar a alguna gente?”

LA UTILIDAD DEL AGUA BENDITA EXORCIZADA

Ted Quigley, de South Burlington, Vermont, dijo sobre el tema:

“Recuerdo cuando una amiga me estaba castigando en forma continua mientras estuve conduciendo por un par de horas (ella estaba actuando muy mal y por la gracia de Dios yo estaba orando continuamente, ofreciendo la situación, mientras absorbía sus ataques), y en una parada de repente, se disculpó por su comportamiento, lo que me ayudó mucho.

Media hora más tarde, nos detuvimos en la casa de una amiga que tenía agua bendita exorcizada. Ella roció a un par de amigos allí y luego a mí, y de repente, sentí algo que me dejaba, que aparentemente se movía a mi alrededor. Podía sentirlo salir y sentí que una tremenda paz venía sobre mí”.

“Algún tiempo después, un sacerdote local me proporcionó agua bendita exorcizada y sal exorcizada con el fin de pulverizar y difuminar en torno a la casa de una amiga devota que en ese momento tenía parientes cuya espiritualidad oscura la preocupaban y donde se supone que permanecería por varios días.

Después puse un poco en mi cama. Muchas veces me despierto y no puedo volver a dormir por varias horas y luego tengo un tiempo muy difícil de estar alerta al día siguiente sin grandes cantidades de cafeína.

Después de meses de esto, me sentí inspirado de bendecirme a mí mismo con el agua exorcizada y he encontrado que es útil para volver a dormir cuando me despierto y no puedo volver a dormir. Siento una tremenda paz y suelo caer de vuelta en el sueño.

Esto puede sonar psicosomático para algunos, pero el agua bendita exorcizada suele ser muy eficaz. Yo simplemente hago la señal de la cruz con el agua bendita exorcizada y siento una tremenda paz. ¡Alabado sean Jesús y todo gracias a él!”

EL CUERPO REJUVENECE CON EL SUEÑO

Destaca Lipsky sobre el insomnio y las pesadillas recurrentes:

“Los demonios están tratando de usar deliberadamente su sueño físicamente. Dormir es un momento en que su cuerpo rejuvenece. Interrupciones continuas en la capacidad de dormir pacíficamente colocan una severa presión sobre las capacidades de razonamiento.

Ellos tienen la esperanza de hacerle cansar y agotar, y que se preocupe por la protección de su alma, donde usted puede negociar su alma por una buena noche de sueño“.

Fuentes:


Foros de la Virgen María

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