Muchos
profetizaron sobre el fin del papado y su resurrección, comenzando con
Nostradamus que profetizó la huida del papa de Roma, siguiendo por San
Malaquías que profetizó sobre las características de 113 papas, y con Don
Bosco, que a pesar de ser un hombre de acción, fue un gran místico, y profetizó
sobre los últimos 3 papas que habría y del asesinato de uno.
Las profecías de los Papas, atribuida a San Malaquías, anuncian que se acerca
el final de la dinastía papal. El sucesor del Papa número 112 (Benedicto)
podría ser el último.
Se publicaron a finales del siglo XVI, aunque
habían sido escritas en 1139, por el irlandés San Malaquias.
Las profecías están escritas adjudicando a cada
papa un lema. El profeta dejó en Roma una lista de 113 títulos latinos, uno por
cada Papa que reinaría a partir de su época Estos títulos predicen los nombres
de los futuros Papas, su lugar de nacimiento, sus blasones o títulos o los
hechos más importantes sucedidos bajo su papado. De esto hablaremos en otra
oportunidad.
UN PAPA HUYENDO DE ROMA
Además de San
Malaquías, muchos otros han predicho el fin de las dinastías papales.
Hay mucha literatura sobre el tema del Papa, huyendo o cautivo, pero siempre
lejos de Roma. Nostradamus fue
uno de ellos, pero hubo muchos más.
Jeane
Dixon,
que ya predijo una alianza entre EEUU y Rusia para luchar contra China, también
dijo que hacia finales de siglo un Papa será herido. Y otro morirá asesinado
hallándose lejos de Roma. A partir de tal hecho, la Iglesia tendrá un tipo de
gobierno distinto al Papado. Lo mismo anticipa el tercer secreto de Fátima
recientemente revelado.
Juan
de Vatigueiro,
en el siglo XIII, predijo que cuando el mundo se encuentre perturbado el Papa
cambiará de residencia, y durante 25 meses no habrá ningún gobierno ni Papa en
la Iglesia de Roma.
Juan
de Rocapartida,
100 años después, profetizó que al acercarse el fin del mundo, el papa y sus
cardenales habrán de huir de Roma en trágicas circunstancias hacia un lugar
donde permanecerán sin ser reconocidos. El Papa sufrirá una cruel muerte en el
exilio.
Nicolás
de Fluh,
en el siglo XV, previó que llegaría un tiempo en el que la Iglesia quedaría
desolada, sin Pedro ni sus sucesores.
Helen
Wallraf,
vidente, declaró el siglo pasado que llegaría el día en que el Papa huya de
Roma con la sola compañía de cuatro cardenales.
Anna
Katerina Emmerick vio al Papa huyendo, débil y agotado por los
muchos pesares y tribulaciones y al Vaticano quemado hasta los cimientos.
Pio
X
tuvo una visión en 1909. Durante una audiencia, el Papa se desmayó y, al
recobrar el conocimiento, dijo que llegaría un día en el que el Papa abandonará
Roma y será transportado, enfermo, por encima de los cadáveres de sus
cardenales.
Don
Bosco,
advirtió al Papa Pío IX de que llegará un día en que una luz brillante
resplandecerá en el cielo, en pleno fragor de una batalla. En ese instante, el
Papa y sus servidores abandonarán el Vaticano pasando por una plaza cubierta de
muertos y heridos. Todo el país sufrirá una gran pérdida de población y la
tierra se agitará como arrasada por un huracán y caerá un fuerte pedrisco.
Durante doscientos amaneceres, el papa y su séquito vagarán por tierras
extranjeras.
LAS PROFECÍAS DE DON BOSCO
San
Juan Bosco es uno de esos santos puestos por Dios para ayudar a una humanidad
que ha torcido el paso. Y don Bosco profetizaba. De entrada hay una cosa
desconcertante en las profecías de don Bosco: todas se realizaban. Y es que don
Bosco es uno de esos pocos santos cuyo conocimiento profético venía “con
fecha”. Ya no se trata de profecías
condicionales, sino de eventos que el tiempo verá cumplirse, hasta el punto que
muchas veces sabía el cuándo concreto. ¿Ocurrirá así con el sueño de las
dos columnas? Es probable. De hecho casi el 80% del sueño ya ha sido
cumplido a pies juntillas. Merece la pena releerlo con calma.
“Se
preparan días difíciles para la Iglesia. Lo que hasta ahora ha sucedido es casi
nada en comparación de lo que tiene que suceder.” (Don Bosco) Como será de grave tal realidad que las
“columnas salvadoras” (la Virgen y la Eucaristía) son llamadas Auxilio de los
cristianos y Salvación de los creyentes. Auxilio y Salvación no son sustantivos
de talk show. Se auxilia y salva de graves peligros, de
situaciones catastróficas, no de tiempos de champán y rosas. No se debe olvidar
este escenario global. La siguiente pregunta es cuándo empezó tal situación.
Don Bosco lo tenía claro (aquí habría que traer a colación sus sueños y
bilocaciones para atender a un moribundo papa): la muerte del beato Pío IX fue el inicio de los males como nunca antes.
EL ATAQUE A LA IGLESIA
San Juan Bosco es explícito: armas y libros. Las
ideologías anticristianas, en suma, con su longa manu militari y su intelligentsia.
El comunismo es paradigma de tal hecho (la URSS y sus satélites totalitarios, o
con su estratagema del eurocomunismo de Berlinguer y su anticipo gramsciano en
los intelectuales proactivos), pero las corrientes progresistas y masónicas no
le quedan a la zaga. Lo desconcertante
es un punto narrativo concreto: esas fuerzas enemigas que tratan de
desestabilizar al Papa -con fuego y libros- cuando perciben que no lo han logrado, saltan al abordaje luchando cuerpo
a cuerpo. ¿Qué significa esto?
La primera lectura es evidente. Fallado el intento
de desprestigio intelectual o de derrota militar, se irá descaradamente contra
la Iglesia. ¿No ha pasado ya algo parecido? Se intenta el ataque al Papado desde León XIII –comunismo,
modernismo, progresismo, masonería-; después con los estados totalitarios
(URSS, nazismo, fascismo italiano, II República española, PRI mexicano…); le
seguirán las ideologías del nuevo orden mundial cada vez más fanáticas (sacar
al Vaticano de la ONU) para, una vez fracasado el intento de desprestigiar al
papado, entrar a machete contra el sacerdocio o el papado (de entrada
escándalos sexuales, pederastia del clero, “fundadores” de vida pervertida…
para continuar por el ataque directo al papado, donde el bueno de Benedicto XVI
se lleva la palma del odio de las ideologías anticristianas –esa dictadura del
relativismo-). ¿Acaso no se observa el acierto narrativo descrito por don Bosco
con la sola contemplación histórica?
No queda sólo ahí la cosa: hasta el tiempo (olas y
viento) le era adverso a la Iglesia. ¿Acaso no es evidencia de esta modernidad
social -crítica y descreída con la Iglesia- en la que sus enemigos trabajan con
facilidad sus campañas de odio, mientras que ésta debe bregar contra una
opinión pública adversa, o la más de las veces hiriente?
HITOS HISTÓRICOS COMO MEDIDA
DE LOS TIEMPOS
Es este un
aspecto admirable del sueño de las dos columnas: su concreción histórica.
Dos llamadas a capítulo por la nave capitana. La primera reunión termina por
derribo: los ataques obligan a dejar el concilio de capitanes. La segunda
concluye con un recrudecimiento de los males, mayores que al principio. Son los dos concilios vaticanos. El
Concilio Vaticano I acabó ante la entrada de las tropas masónicas en Roma. Los
cardenales huyeron despavoridos y ahí quedó el concilio, sin conclusión
oficial. Y el Concilio Vaticano II, que a su término, donde debía haber
florecido la primavera de la Iglesia más bien entró el humo de Satanás:
secularizaciones, apostasía social masiva, catolicidad sin pensamiento
católico… Don Bosco no sólo anticipó
tales hechos proféticamente, sino que los marcó como punto de partida para
entender el aspecto más emblemático de su sueño: los papas.
EL MISTERIO DE LOS 3 PAPAS
Esto dice don Bosco: un papa caerá herido después
del segundo concilio. Se levantará para volver a caer herido y muerto. Cuando
todo parezca perdido una extraordinaria elección del futuro Papa revertirá la
situación: la nave de la Iglesia será arribada a las dos columnas y el viento
misterioso de Dios traerá la paz y el triunfo de la Iglesia.
Don
Bosco explicitó que estos papas misteriosos vendrán después del segundo
concilio, pero don Bosco callaba el resto. Y si don Bosco callaba no así sus hijos. La
profecía del papa asesinado les traía de cabeza y hablaron de ello hasta muchos
años después de la muerte de su querido Padre. Conversaciones importantes
porque alguna fue en vida del santo y con él presente. Si discutían cuántos
eran los papas “causantes” del triunfo, don
Bosco ayudó a entender que serían 3 y no 2.
¿Son papas de una serie cronológica o más bien
papas nominales que obrarán ese triunfo, haya los que haya entre medias? Los
hechos lo resolverán. Pero los hechos
nos han mostrado a Juan Pablo II caer gravemente herido en la plaza de san
Pedro. Qué duda cabe que en Juan Pablo II tenemos el primer Papa.
EL PAPA ASESINADO
Lo
que falta por cumplirse del sueño es profético. Un papa caerá asesinado y otro verá el triunfo de
la Iglesia. Más no sabemos y nos excede. Cualquier cosa que se diga no dejarán
de ser elucubraciones más o menos fantasiosas. Lo cierto es que san Juan Bosco
profetizaba hechos que luego ocurrían, motivo por el que es de entender que no
ocurrirá lo contrario con este enigma.
Es
previsible que veamos un papa asesinado y que otro verá el triunfo de la
Iglesia de modo sorprendente, sin solución de continuidad. ¿Será este papa
actual asesinado, será un sucesor inminente o más bien lejano? Todo ello es
oscuro. Y san Juan Bosco callaba. No obstante el Cielo ha decidido ir en ayuda
nuestra para levantarnos de la tibieza y recordarnos lo urgente de nuestra
conversión y oraciones: son tiempos duros, tan duros, que Fátima alertó de una
aniquilación total de la Iglesia fiel a Pedro en su tercer secreto. Profecía
condicional, no cabe duda, pero condicional no a la victoria de tal o cual
político, sino a nuestra conversión urgente y decidida (en palabras de Juan
Pablo II).
Y san Malaquías puede arrojar más luz con sus
profecías de los papas (si bien se debe entrar a fondo en otro post sobre esta
profecía tan discutida), donde es de entender que el actual papa malaquiano (De
gloria olivae) gozará de una muerte santa y natural (otra cosa no se me
ocurre con lema tan pacífico) para ver con su sucesor (In persecutione
extrema) tiempos oscuros que terminarán violentamente con su vida. Petrus
Romanus sería por tanto, no ya un papa nominal, sino el inicio de esa primavera
de la Iglesia. Y es que, según san Juan
Bosco, el sucesor de In persecutione extrema no sólo sería
extraordinariamente designado sino que vería como la situación se revierte
milagrosamente para gloria de la Iglesia (si bien a Ana Catalina
Emmerick se le dio a contemplar como ese milagroso cambio tendría parte de
causa en la santidad y gravedad de ese ansiado Papa, a la sazón no mayor de 40
años).
Fuentes: Cesar Uribarri para Religión en Libertad,
Corazones.org, Signos de estos Tiempos
Foros de la
Virgen María
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