miércoles, 22 de junio de 2016

TERRORÍFICA LA DERIVA MORAL EN LA QUE ENTRÓ OCCIDENTE


Vivimos en tiempos de confusión moral, y parece que las cosas van a empeorar en lo que el Papa Juan Pablo II llamó proféticamente la “cultura de la muerte”.

Canadá ha cruzado una nueva frontera y oficialmente se ha convertido en un lugar en el que los enfermos, los que sufren y los minusválidos pueden ser matados legalmente por inyección letal o una copa de veneno, sumándose a la avanzada europea liderada por Holanda y Bélgica.

El 6 de junio, las leyes del país contra el suicidio asistido y la eutanasia se evaporaron por orden del Tribunal Supremo de Canadá, derivado de una decisión hecha en febrero de 2015.

La eutanasia ya no se considera un delito. De hecho, el suicidio asistido ahora lleva el mismo estatus que cualquier otro procedimiento médico.

En Canadá, como en otras partes, los partidarios de la práctica han utilizado los términos “muerte digna” y “ayuda médica para la muerte” para describir lo que solía ser visto como matar y era sancionado por la ley anterior.

La mayoría utilizan los términos “suicidio asistido por un médico” o “eutanasia” se usan de manera intercambiable, ya que ambos terminan en la muerte deliberada del paciente, pero en el suicidio asistido los pacientes reciben fármacos fatales que llevan a casa e ingieren cuando están listos, y la eutanasia tiene lugar cuando un médico mata activamente al paciente con una aguja hipodérmica.

El gobierno de la provincia de Alberta, por ejemplo, ordenó a la policía y los fiscales no presentar cargos contra un equipo médico que mata a un paciente “que está sufriendo de manera intolerable en una condición dolorosa e irremediable”, según el Globe and Mail.

Otras provincias han sugerido que los médicos que planean practicar la eutanasia obtengan el permiso de un tribunal.

Los términos “grave e irremediable” que fueron utilizados en la decisión de la Corte como requisitos para el asesinato sancionado por el estado tienen otro significado que el dado por el sentido común. La frase “grave e irremediable” no significa mortal o cercano a la muerte. “Grave” es una definición subjetiva de malestar y dolor, mientras que “irremediable” significa simplemente crónico.

La corte dijo que a nadie en tales circunstancias, incluso a los que tienen problemas psicológicos, se le debe negar su deseo de morir.

También insistió en que, si bien los médicos no tienen que hacer el procedimiento, deberán referir el paciente a alguien que lo haga, algo que la Iglesia Católica llama cooperación con el mal.

Canadá ha entrado en un mundo aterrador en el que ha rechazado varios miles de años de la moral judeocristiana. Es como si el buen samaritano del Evangelio ya no sea elogiado por ayudar al herido y golpeado al lado del camino, sino que es alabado por golpear a la víctima, todo en nombre de terminar con el sufrimiento.

La nueva lógica del miedo a sufrir supera a la vieja lógica de la santidad de la vida.

Esto además transforma el concepto de la medicina, que ya no es el arte de curar y acompañar al enfermo, sino sólo un instrumento para eliminar el sufrimiento, a veces por la simple eliminación de sufriente.

Pero también existe una estadística embarazosa que muestra los niveles de apostasías entre los católicos; según una encuesta de 2015, la última disponible, que preguntó acerca de la identidad religiosa, aproximadamente el 70% de los católicos ya sea católicos fuertes o moderados, apoyan la eutanasia.

La situación en que los canadienses se encuentran es similar a la cuestión del aborto.

En 1988, el Tribunal Supremo de Canadá dictaminó que la prohibición del aborto también violaba los mismos derechos.

Desde entonces, el aborto ha sido esencialmente disponible en la demanda, con pocas o ninguna las normas que regulen su práctica.

Pero hay más, porque la eliminación de la moral judeo cristiana viene en combo.

Ha circulado la información de que Canadá está considerando penas de prisión de dos años para el discurso considerado como anti-transgénero.

Hay un proyecto de ley presentado recientemente por el gobierno del Partido Liberal de Canadá dirigido por el primer ministro Justin Trudeau, que modificaría el Código Penal de Canadá para expandir las prohibiciones existentes de “discurso de odio”, para incluir cualquier discurso público o comunicación que “promueva el odio” sobre la base de “identidad de género” o “expresión de género”, y también extender la Ley de Derechos Humanos, para cubrir a las personas trans.

Trudeau argumentó en un discurso reciente que Canadá tiene que hacer más para mejorar su historial en temas LGBT, y afirmó que demasiadas personas con una orientación no tradicional de género o identidad sufren de “acoso la discriminación, y violencia por ser lo que son.”

El líder canadiense agregó: “Para hacer su parte, el gobierno de Canadá introducirá legislación que ayudará a asegurar que los transgénero y otras personas de diversos géneros puedan vivir de acuerdo con su identidad de género, libres de discriminación, y protegidos de la propaganda de odio y crímenes de odio”.

En otras palabras, cualquiera puede ir preso por ejemplo, por llamar a un transexual por su nombre anterior de su sexo biológico, o por dar su opinión discrepante sobre las intervenciones de cambio de sexo, o por citar que las personas nacen biológicamente con el sexo masculino o femenino, o por citar la doctrina católica sobre la sexualidad o citar pasajes de la biblia que sugieren el juicio negativo a la homosexualidad, entre otras cosas.

Esta es una muestra más de que occidente ha perdido cualquier atisbo de pensamiento bíblico y está expulsando la moral judeo cristiana en sus sociedades.

Foros de la Virgen María

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