EREVÁN, 26 Jun. 16 / 03:04 am (ACI).- Un nuevo llamado a trabajar
por la unidad de los cristianos lanzó este domingo el Papa Francisco al término
de la Divina Liturgia realizada en la Plaza de San Tiridate, donde pidió “que la Iglesia Armenia camine en
paz y la comunión entre nosotros sea plena”, pues las jóvenes generaciones
“anhelan un futuro libre de las divisiones del
pasado”.
En el último día de su visita apostólica a Armenia, el Papa Francisco
celebró a primera hora de la mañana una Misa privada en la capilla
del Palacio Apostólico de Etchmiadzin y luego tuvo un encuentro con los 14
obispos católicos del país y un grupo de sacerdotes.
Posteriormente se dirigió a la Plaza de San Tiridate para participar a
las 10 a.m. en la Divina Liturgia que fue presidida por el Supremo Patriarca y
Catholicos de todos los armenios, Karekin II; y donde estuvo presente también
la imagen de María Madre de Dios y Madre de la Independencia de Armenia,
pintada en 1991 a pedido del entonces Catholicos Vasken I.
Terminada la ceremonia y luego del saludo de Karekin II, el Papa
Francisco dio un breve discurso para agradecer la acogida que recibió en
Armenia, donde “nos hemos encontrado, nos hemos
abrazado fraternalmente, hemos rezado juntos y compartido los dones, las
esperanzas y las preocupaciones de la Iglesia de Cristo, cuyo corazón oímos
latir al unísono, y en la que creemos y sentimos como una”.
Los apóstoles Bartolomé y Tadeo, que llevaron el Evangelio a Armenia,
junto a Pedro y Pablo “se alegran ciertamente al
ver nuestro afecto y nuestra aspiración concreta a la plena comunión”, afirmó.
En su discurso, el Pontífice también pidió que la bendición de Dios
descienda “sobre la tierra por intercesión de la Madre de Dios, de los grandes
santos y doctores, de los mártires, sobre todo de tantos mártires que en este
lugar han canonizado el año pasado”. El Papa dijo esto en referencia al millón
y medio de cristianos que murieron en el genocidio armenio de 1915 bajo el
dominio turco, y que fueron canonizados por la Iglesia Apostólica Armenia en
2015.
“Acojamos la llamada de los santos, escuchemos la
voz de los humildes y los pobres, de tantas víctimas del odio que sufrieron y
sacrificaron sus vidas a causa de su fe; tengamos el oído abierto a las jóvenes
generaciones, que anhelan un futuro libre de las divisiones del pasado. Que
desde este lugar santo se difunda de nuevo una luz radiante; la de la fe, que
desde San Gregorio, vuestro padre según el Evangelio, ha iluminado estas
tierras, y a ella se una la luz del amor que perdona y reconcilia”, expresó.
“Que la Iglesia Armenia camine en paz, y la
comunión entre nosotros sea plena”, alentó
Francisco, y explicó que la unidad no debe ser “ni
sumisión del uno al otro, ni absorción, sino más bien la aceptación de todos
los dones que Dios ha dado a cada uno, para manifestar a todo el mundo el gran
misterio de la salvación llevada a cabo por Cristo, el Señor, por medio del
Espíritu Santo”, tal como pronunció en noviembre de 2014 durante su
visita a Turquía.
Antes de culminar su discurso, el Papa pidió que así como los apóstoles,
“no obstante las dudas e incertidumbres, corrieron
hasta el lugar de la resurrección atraídos por el amanecer feliz de una nueva
esperanza, así también sigamos nosotros en este santo domingo la llamada de
Dios a la comunión plena y apresuremos el paso hacia ella”.
Finalmente, Francisco pidió a Karekin II “que
me bendigas, a mí y a la Iglesia Católica, que bendigas esta nuestra andadura
hacia la unidad plena”.
El Papa Francisco llegó a Armenia el 24 de junio bajo el lema “Visita al primer país cristiano”, ya que según la
tradición, luego de la conversión del rey Tiridantes en el año 301, el
cristianismo fue declarado religión oficial del país.
Este país, ubicado al norte de Irán y al este de Turquía, tiene cerca de
3 millones de habitantes, de los cuales 280 mil son católicos.
Por Eduardo
Berdejo
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