REDACCIÓN CENTRAL, 02 Abr. 16 / 04:40 pm (ACI).-“‘Jesús, en
ti confío’. Esta jaculatoria que rezan numerosos devotos, expresa muy bien la
actitud con la que también nosotros queremos abandonarnos con confianza en tus
manos, oh Señor”, dijo San Juan Pablo II
en la Fiesta de la Misericordia en el año 2001. Conozca todo lo que hizo el
Papa peregrino para propagar esta devoción.
“He amado a Polonia de modo especial y si obedece mi voluntad, la
enalteceré en poder y en santidad. De ella saldrá una chispa que preparará el
mundo para mi última venida”, escuchó Santa Faustina, cierto día, en profunda
oración.
Tiempo después de la muerte de Santa María
Faustina Kowalska, se empezó a recopilar todos los datos y
testimonios sobre la vida
y obra de la religiosa.
En 1967, el entonces Cardenal Karol Wojtyla presidió la sesión solemne
que puso punto final al proceso informativo diocesano. Las actas del proceso
fueron enviadas a Roma para que se abra el proceso de beatificación de la
vidente del Señor de la Divina
Misericordia.
Más adelante el Papa Juan Pablo II
beatificó (1993) y canonizó (2000) a Santa Faustina, justamente en el segundo
domingo de Pascua
de ambos años.
“Y tú, Faustina, don de Dios a nuestro tiempo,
don de la tierra de Polonia a toda la Iglesia, concédenos
percibir la profundidad de la misericordia divina, ayúdanos a experimentarla en
nuestra vida y a testimoniarla a nuestros hermanos”, dijo el Papa en la
canonización de su compatriota polaca.
Años antes, en 1980, San Juan Pablo II, ya había
publicado su carta encíclica titulada “Dives in Misericordia”,
sobre la misericordia divina, en la que anima a los fieles a regresar la mirada
al misterio del amor misericordioso de Dios.
"Es conveniente ahora que volvamos la
mirada a este misterio: lo están sugiriendo múltiples experiencias de la
Iglesia y del hombre contemporáneo; lo exigen también las invocaciones de
tantos corazones humanos, con sus sufrimientos y esperanzas, sus angustias y
expectación", escribió.
El 30 de abril de 2000, el Papa proclamó el
segundo domingo de Pascua como el “Domingo de la Misericordia Divina” para todo
el mundo.
En el 2002, el Pontífice estableció que el
“Domingo de la Misericordia Divina” se enriquezca con indulgencias,
con las que se pueden beneficiar también los enfermos, navegantes de altamar o
aquellos que por causa justa no puedan abandonar su casa o desempeñen una
actividad impostergable.
Ese mismo año, el Santo Padre viajó a Cracovia
(Polonia) y en el Santuario de la Misericordia Divina consagró el mundo a Jesús
de la Divina Misericordia.
“Dios, Padre misericordioso, que has revelado tu
amor en tu Hijo Jesucristo y lo has derramado sobre nosotros en el Espíritu
Santo, Consolador, te encomendamos hoy el destino del mundo y de todo hombre”,
fueron algunas de las palabras de su oración.
San Juan Pablo II murió el 2
de abril de 2005, la noche previa al Domingo de la Divina
Misericordia de aquel año, Fiesta de la Misericordia que él instituyó siguiendo
el pedido de Jesucristo a Santa Faustina.
El Papa Benedicto XVI
beatificó a Juan Pablo II el 1 de mayo de 2011, en el segundo domingo de
Pascua, y el Papa Francisco lo canonizó el 27 de abril de 2014, también Fiesta
de la Misericordia.
Por Abel Camasca
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