FRANCISCO EN STA. MARTA: LA
ALEGRÍA DEL CRISTIANO ES 'EN LA ESPERANZA'
Jesús prometió a sus discípulos
que cambiaría su tristeza en alegría y esta promesa ha sido el centro de la
homilía de esta mañana del Santo Padre en la misa de la Casa Santa Marta. Y
así, Francisco ha recordado que la alegría no se puede comprar, sino solo
recibir como don del Señor.
San Pablo era muy valiente porque
tenía la fuerza del Señor. El Papa Francisco ha recordado que algunas veces
también el Apóstol de las Gentes tenía miedo. "Nos sucede a todos nosotros
en la vida, un poco de miedo", ha observado. Y uno se pregunta si "no
sería mejor rebajar un poco el nivel y ser un poco no tan cristiano y buscar un
compromiso con el mundo". El Papa recuerda que Pablo sabía que lo que
"él hacía no gustaba ni a judíos ni a paganos" pero no se detiene y
por eso debe soportar problemas y persecuciones. Esto, ha añadido Francisco,
"nos hace pensar en nuestros miedos, en nuestros temores". Y recuerda
que Jesús en el Getsemaní también tuvo miedo, angustia. En su discurso de
despedida -ha indicado Francisco- a sus discípulos dice claramente que el mundo
se alegrará por sus sufrimientos, como sucederá con los primeros mártires al
Coliseo.
El Papa lo ha explicado así:
"debemos decir la verdad: no toda la vida del cristiano es una fiesta. ¡No
toda! Se llora, muchas veces se llora. Cuando estás enfermo, cuando tienes un
problema en la familia con el hijo, con la hija, la mujer, el marido; cuando
ves que el sueldo no llega al final del mes y tienes un hijo enfermo; cuando
ves que no puedes pagar la hipoteca de la casa y os tenéis que ir... Muchos
problemas, muchos problemas que tenemos. Pero Jesús nos dice: '¡No tener
miedo!' 'Sí, estaréis tristes, llorareis y también se alegrará la gente que es
contraria a ti".
Pero también hay otra tristeza de
la que el Papa ha hablado: la tristeza que nos viene a todos nosotros cuando
vamos por un camino que no es bueno. Cuando, "por decirlo
sencillamente", "vamos a comprar la alegría, la del mundo, la del
pecado, al final hay un vacío dentro de nosotros, está la tristeza",
recuerda el Papa. Y esta -ha especificado- es la tristeza de la falsa alegría.
Sin embargo, la alegría cristiana
es una alegría en la esperanza, que llega; ha subrayado Francisco.
"En el momento de la prueba
nosotros no la vemos. Es una alegría que es purificada por las pruebas y
también por las pruebas de todos los días: 'Vuestra tristeza cambiará en
alegría'. Pero es difícil cuando vas donde un enfermo o una enferma que sufre
mucho, decir: ¡ánimo, ánimo. Mañana tendrás alegría!' No, ¡no se puede decir!
Debemos hacerlo sentir con lo ha hecho sentir Jesús. También nosotros, cuando
estamos en la oscuridad, que no vemos nada: 'Lo sé Señor, que esta tristeza
cambiará en alegría. ¡No sé cómo, pero lo sé! Un acto de fe en el Señor. ¡Un
acto de fe!", ha explicado el Santo Padre.
Para entender la tristeza que se
transforma en alegría -ha proseguido el Pontífice- Jesús toma como ejemplo la
mujer que da a luz: "Es verdad, en el parto la mujer sufre mucho pero
después cuando tiene al niño consigo, se olvida". Y lo que permanece, por
tanto, es "la alegría de Jesús, una alegría purificada". Esta es la
"alegría que permanece".
Prosigue el Santo Padre observando
que es una alegría "escondida en algunos momentos de la vida, que no se
siente en los momentos feos, pero que viene después: una alegría en la
esperanza". Por tanto, este es el mensaje de la Iglesia de hoy: "¡no
tener miedo!"
Y así, concluye la homilía del
hoy del Obispo de Roma: "ser valiente en el sufrimiento y pensar que
después viene el Señor, después viene la alegría, después de la oscuridad llega
el sol. Que el Señor nos dé a todos esta alegría en la esperanza. Y el signo de
que nosotros tenemos esta alegría en la esperanza es la paz. Cuántos enfermos,
que están al final de su vida, con los dolores, tienen esta paz en el alma...
Esta es la semilla de la alegría, esta es la alegría en la esperanza, la paz.
'¿Tú tienes paz en el alma en el momento de la oscuridad, en el momento de las
dificultades, en el momento de las persecuciones, cuándo todos se alegran de su
mal? ¿Tienes paz? Si tienes paz, tu tienes la semilla de esa alegría que vendrá
después'. Que el Señor nos haga entender estas cosas"
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