"No minimicemos las consecuencias destructivas y de corto alcance, resultantes de este esfuerzo hecho por algunos jerarcas de la Iglesia por legitimar tales bendiciones", dice el obispo Rafael Escudero.
Las reacciones a Fiducia supplicans -declaración que permite las bendiciones a parejas irregulares y homosexuales- no dejan de sucederse. Esta vez ha sido el Obispo Prelado de la Prelatura peruana de Moyobamba, el español Rafael Escudero López-Brea, el que asegura en una carta pastoral que el texto de Doctrina de la Fe "daña la comunión eclesial" y, por tanto, prohíbe a sus sacerdotes realizar estas nuevas bendiciones en pareja.
El obispo
Escudero tiene 61 años, nació en Toledo (España) -donde estudió en su
seminario-, es obispo desde el año 2007 y pastorea una de
las diócesis más remotas de Perú.
El obispo llegó a Moyobamba en 2004 siendo todavía sacerdote de la Diócesis de
Toledo -diócesis que se encarga desde hace años de enviar sacerdotes a la
Prelatura-. Moyobamba fue la primera ciudad fundada por los españoles en la
Amazonía peruana y tiene cerca de 350.000 fieles.
Por su parte, la totalidad del clero de Moyobamba ha querido agradecer las palabras del obispo en otra nota. Los 51 sacerdotes del territorio piden al Papa que anule la reciente Declaración, se reconocen fieles a Roma "no como otros obispos de Europa Central" y afirman que solo buscan "ayudar filialmente al Santo Padre" en estos momentos.
A continuación reproducimos la carta pastoral de forma íntegra:
Mensaje pastoral del Obispo Prelado de Moyobamba sobre la Declaración "Fiducia supplicans", publicada por el Dicasterio de la Doctrina de la Fe el 18 de diciembre de 2023
Queridos
sacerdotes, vida consagrada y fieles laicos:
¡Gracia y Paz en la Navidad del Señor!
Ante el desconcierto sin precedentes provocado por la Declaración Fiducia supplicans en el clero y muchos fieles de esta Prelatura y de tantos lugares del orbe católico, me he tomado unos días de oración y reflexión para contestar con sosiego y serenidad.
La Declaración permite "la posibilidad de bendecir a las parejas en situaciones irregulares y a las parejas del mismo sexo" (FS, 31) y de modo muy confuso insiste en que tales bendiciones se realizan "sin validar oficialmente su estado ni cambiar de ninguna manera la enseñanza perenne de la Iglesia sobre el matrimonio" (FS, 31), dejando claro que el matrimonio es la unión estable del varón y la mujer bendecida por el Sacramento.
Este documento daña la comunión de la Iglesia, pues tales bendiciones contradicen directa y seriamente la Divina Revelación y la doctrina y práctica ininterrumpida de la Iglesia Católica, incluido el magisterio reciente del papa Francisco, por eso no hay citas en toda la Declaración que se apoyen en el magisterio anterior. En su Responsum de 2021, nos decia la Congregación para la Doctrina de la Fe, con la rúbrica del Santo Padre que "La Iglesia no dispone, ni puede disponer, del poder para bendecir uniones de personas del mismo sexo".
Bendecir a las parejas en una situación irregular y a las parejas del mismo sexo es un abuso grave del Santísimo Nombre de Dios, que se invoca sobre una unión objetivamente pecaminosa de fornicación, adulterio, o aún peor de actividad homosexual. Además, en el último caso hay que recalcar que "los actos homosexuales son desordenados y, sobre todo, contrarios a la ley natural" (Catecismo de la Iglesia Católica n. 2357). Dios no bendice nunca el pecado. Dios no se contradice. Dios no nos miente. Dios, que siempre ama incondicionalmente al pecador, por eso mismo, busca que se arrepienta, se convierta y viva Dios desea para todos nosotros el bien.
La presente Declaración distingue entre bendiciones litúrgicas y bendiciones pastorales y permite bendecir parejas, pero no uniones, con "bendiciones pastorales". Esta distinción nos deja perplejos y confusos, pues el acto de bendición, ya sea realizado en una asamblea litúrgica o en privado, impartida por un ministro, sigue siendo una bendición, de idéntica naturaleza. Bendecir una pareja es bendecir la unión que existe entre ambos, no hay modo lógico, real, de separar una cosa de otra. ¿Por qué, si no, pedirían una bendición juntos y no dos por separado?
El problema de fondo es mucho más grave, y es que no pocos hermanos en el episcopado y sacerdotes, contraviniendo la moral objetiva de la Sagrada Escritura y de la Sagrada Tradición, llevan mucho tiempo confundiendo al pueblo de Dios con la bendición indiscriminada de estas uniones objetivamente desordenadas y por lo tanto pecaminosas, incurriendo en horrendo sacrilegio
Ante la falta de claridad del documento, debemos seguir la praxis ininterrumpida de la Iglesia hasta la fecha, que es bendecir a toda persona que pida una bendición, y no a las parejas del mismo sexo o en situación irregular. Evitaremos todo escándalo, confusión, inducción al pecado y a la vez seguiremos mostrando la misericordia que la Iglesia siempre ha manifestado a todo pecador que se le acerca, sobre todo, ofreciéndole la conversión, el perdón, la vida de la Gracia y la Vida Eterna. La Iglesia bendice a los pecadores, pero nunca su pecado ni su relación pecaminosa. Nuestra caridad pastoral hacia quienes están en situaciones de pecado nos obliga a llamarles a la conversión. Todo pecador sinceramente arrepentido con la firme intención de dejar de pecar y poner fin a su situación pública de pecado (como, por ejemplo, la convivencia fuera de un matrimonio canónicamente válido o la unión entre personas del mismo sexo), puede recibir una bendición e incluso mejor, la absolución sacramental y la Sagrada Comunión.
Queridos sacerdotes y fieles laicos no minimicemos las consecuencias destructivas y de corto alcance, resultantes de este esfuerzo hecho por algunos jerarcas de la Iglesia por legitimar tales bendiciones, en algunos casos con buena intención y en otros, como vienen manifestando no pocos, con la intención de destruir el Sagrado Depósito de la Tradición de la Iglesia.
El día de mi ordenación episcopal juré solemnemente "preservar el depósito de la fe en la pureza y la integridad, de acuerdo con la Tradición siempre y en todas partes observada en la Iglesia desde la época de los Apóstoles". Por eso, amonesto a los sacerdotes de la Prelatura de Moyobamba a no realizar ninguna forma de bendición de parejas en situación irregular ni a parejas del mismo sexo.
Puesto que Dios no quiere la muerte del pecador, sino su conversión a la vida eterna, recomiendo y exhorto cordial y paternalmente a aquellas personas que sienten atracción hacia el mismo sexo o viven en unión homosexual o irregular que se acerquen a Cristo mediante la oración, la escucha de la Palabra, el ayuno, la penitencia y el auxilio de la Virgen María con miras a su conversión y aprovechar la oportunidad de conversión que Dios les brinda para una vida más feliz y la consecución de la vida eterna.
Asi mismo, exhorto a los sacerdotes y fieles de la Prelatura a seguir cultivando su filial unión al actual Pontifice de la Santa iglesia de Dios el Papa Francisco, a los que le precedieron y a los que vendrán. Esta comunión es la que me mueve a suscribir estas letras.
Con mi afecto y bendición.
Moyobamba, 2 de enero de 2024,
Memoria de los Santos Obispos y Doctores S. Basilio y S. Gregorio Magno.
LOS 51 SACERDOTES DE LA PRELATURA DE
MOYOBAMBA AGRADECEN A MONSEÑOR SU MENSAJE
En total unanimidad, sin fisuras, la cincuentena de sacerdotes que trabajamos actualmente en la Prelatura de Moyobamba, acatamos, suscribimos y agradecemos el Mensaje Pastoral de nuestro Obispo Prelado, Monseñor Rafael Escudero López-Brea respecto a la Declaración del Dicasterio para la Doctrina de la Fe "Fiducia supplicans".
Ninguno de nosotros hemos negado jamás una bendición, aún más, ni siquiera la absolución sacramental o la sagrada comunión a ninguna persona que se haya acercado a implorar los auxilios de la Iglesia con una mínima contrición y propósito de la enmienda, en comunión con la enseñanza ininterrumpida de la Santa Iglesia de Dios.
Ante la confusión y perplejidad que ha provocado la Declaración, suplicamos al Santo Padre, el Papa Francisco, a quien reconocemos como Obispo de Roma y Sucesor de Pedro, que anule la validez del documento y toda afirmación que permita la administración de sacramentos o bendiciones a personas en pecado mortal objetivo sin arrepentimiento y deseo de conversión.
Nosotros, también envueltos en pecado, creemos firmemente que no hay mayor caridad que acompañar, a todo el que se nos acerca, hacia la plena comunión y la gracia que les hace herederos de la vida eterna. Mientras no llegan a ese deseo de conversión, siempre les hemos acogido cordialmente, respetando su proceso personal e invocando sobre ellos, individualmente, la bendición de Dios que les ayude a salir del estado en el que, con tanto dolor, viven.
Que nadie piense que este mensaje nos sitúa en rebeldía, como lo están aquellos obispos y sacerdotes, especialmente de Europa central y norte, que desobedecen desde hace años, sin ningún recato las enseñanzas inveteradas de la Santa Iglesia de Dios y de los últimos Papas, incluido el Papa Francisco, rompiendo la unidad de la Iglesia en la Verdad y en la Caridad mediante la administración ilícita y sacrílega de los sacramentos de Dios y abusando de su misericordiosa bendición. No pocos, además, propagan sin esconderse, su pretensión de cambiar la Doctrina y la Moral secular de la Iglesia. Eso sí es rebeldía, contra Dios, contra el Papa y contra el pueblo fiel.
El presente mensaje conlleva el sincero deseo de ayudar filialmente al Santo Padre en su misión de guiar al Pueblo Santo de Dios como tantas veces nos ha pedido. Cuenta todos los días con nuestra oración.
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