El cristiano, el seguidor de Cristo, será verdaderamente feliz cuando consciente y animosamente lo siga.
Por: José Miguel Guzmán, L.C. |
Fuente: Gama - Virtudes y Valores
Son muchas las manifestaciones de la alegría: personas
que ríen, cantan, juegan, beben, cuentan chistes, están de buen humor, etc. Hay
veces que la alegría es sincera, en otras ocasiones se busca simplemente
aparentar que se está bien.
Si la alegría no está plenamente en las manifestaciones anteriores, la pregunta
surge espontánea: ¿en qué consiste la verdadera
alegría? La respuesta es sencilla: la alegría está en la autenticidad de
vida, en ser lo que se es. Esta es la clave. No radica en aparentar, ni en
tener cada vez más posesiones, ni mucho menos en estar riéndose
superficialmente de manera constante, porque como bien dice el dicho popular “la risa superficial abunda en la boca de los tontos”.
Para la esposa y madre, la alegría estará en entregarse por completo al esposo
y a los hijos. Si se es padre, la alegría radicará en la buena educación de los
hijos, y qué satisfacción da a un padre de familia ver a sus hijos, ya grandes,
bien formados. Para el hijo, la alegría debe consistir en obedecer a los propios
padres, que representan el querer de Dios, y en ser caritativos con los que le
rodean.
Pero para el cristiano, que por definición es el seguidor de Cristo, la alegría
consiste en la coherencia de vida, en ser, por lo tanto, fiel discípulo de
Cristo. Esta es la fuente de la verdadera alegría. Así pues, para el auténtico
seguidor de Cristo, la verdadera alegría se encontrará en buscar agradar en
todo a su Señor, en hacerlo feliz con cada una de sus acciones. Pero cuando se
empiezan a hacer cosas que van en contra de lo que se es, se irá creando en esa
persona una división interior. Cuando no se vive como se piensa, se termina
pensando cómo se vive.
La genuina alegría produce una satisfacción interior. ¿Quién
no ha experimentado esa paz interior que se produce cuando se es fiel al deber,
cuando se llevan las responsabilidades al día, o cuando se tiene una conciencia
tranquila? Cuánta alegría posee el que tiene una sola cara. Y por el
contrario, cuánta tristeza e insatisfacción se crea cuando se tiene dos
personalidades diferentes, que se usan, dependiendo de los casos, cuando más
convenga.
El cristiano, el seguidor de Cristo, será verdaderamente feliz cuando
consciente y animosamente lo siga. Cuando olvidándose de sí mismo y de sus
gustos personales, se entregue a los demás para ayudarlos en sus necesidades y
compartir así la alegría que lleva dentro, que nada ni nadie le podrá quitar.
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