Francisco pidió a la Virgen del Carmen que nos ayude a ser sembradores de la Buena Noticia de Jesús.
La parábola del
sembrador (Mt 13, 1-23) fue
utilizada por Jesús "para describir el don de su Palabra",
dijo el Papa en el Ángelus de este domingo, en
el que la Iglesia celebra la solemnidad de la Virgen del Carmen.
A ella le encomendó que nos ayude a sembrar la Palabra de Dios.
Al igual que la semilla, mucho
más pequeña que las plantas y los frutos a que da lugar, el Evangelio es
"un pequeño libro, sencillo y al alcance de
todos, que produce vida nueva en quien lo acoge".
La Palabra es la semilla y nosotros el terreno, y "podemos recibirla o no". Jesús "no se cansa de sembrarla", dijo el
Papa, porque conoce "nuestra inconstancia y
las espinas de nuestros vicios", pero
siempre confía en
que acabe dando fruto.
En consecuencia, también nosotros
debemos "sembrar continuamente sin cansarnos".
Francisco puso tres ejemplos.
PADRES,
JÓVENES, CONSAGRADOS
Primero, los padres, que "siembran el bien y la fe en los hijos, y están
llamados a hacerlo sin desanimarse aunque a veces estos parecen no entenderlos
y no apreciar sus enseñanzas, o si la mentalidad del mundo 'rema en
contra'". Deben perseverar, porque "echará raíces en el momento adecuado". Sin embargo, "si,
cediendo a la desconfianza, renuncian a sembrar y dejan a los hijos a
merced de las modas y del móvil, sin dedicarles tiempo, sin
educarles, entonces el terreno fértil se llenará de malas hierbas".
Segundo, los jóvenes, que pueden sembrar con la oración, "una pequeña semilla que no se ve, pero con la
cual se encomienda a Jesús todo lo que se vive". También dedicado
tiempo "a los otros, a quien lo necesita más". Ese
tiempo "puede parecer perdido",
pero es "tiempo santo", a
diferencia de "las satisfacciones aparentes
del consumismo y del hedonismo",
que "dejan las manos vacías".
Y tercero, los sacerdotes, religiosos y laicos comprometidos en el anuncio del
Evangelio, que "viven y predican la Palabra de
Dios a menudo sin registrar éxitos
inmediatos". Francisco les recordó que, "cuando anunciamos la Palabra, también donde parece
que no sucede nada el Espíritu Santo está trabajando y
el reino de Dios ya está creciendo, a través y más allá de nuestros
esfuerzos". El Papa invitó a todos a recordar a esas personas que
pusieron "la semilla de la Palabra de Dios en
nuestra vida": "Quizá ha brotado años después de que hayamos
encontrado sus ejemplos, ¡pero ha sucedido precisamente gracias
a ellos!".
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