A millones de mujeres, niños, niñas y hombres de todo el mundo se les obliga a vivir como esclavos.
Por: Redacción Catholic.net | Fuente:
www.antislavery.org / www.24-horas.mx / www.sinembargo.mx
La idea que viene a la mente de muchas personas cuando escuchan la palabra
esclavitud, es la compra y venta de personas, su envío desde un continente
hacia otro y la abolición de este comercio a comienzos del siglo XIX. Incluso
si no sabemos nada acerca de la Trata de Esclavos, es algo en lo que pensamos
como parte de nuestra historia, más que de nuestro presente. Sin embargo, la
realidad es que la esclavitud sigue presente HOY.
A
millones de mujeres, niños, niñas y hombres de todo el mundo se les obliga a vivir
como esclavos. Si bien a esta explotación a menudo no se le llama esclavitud,
las condiciones son las mismas. A las personas se les vende como a objetos, se
les obliga a trabajar por salarios irrisorios o sin salario, y viven a merced
de sus "empleadores".
· El trabajo en condiciones de servidumbre: Cuando aceptan o se les engaña para que acepten un préstamo. Para poder pagar la deuda, se ven obligadas a trabajar durante largas jornadas, siete días por semana, 365 días al año.
·
El trabajo forzoso se
refiere a niños y a niñas que son captados ilegalmente por gobiernos, partidos
políticos o individuos particulares y que son obligados a trabajar (generalmente
mediante amenazas de violencia u otros castigos).
·
Las peores formas de
trabajo infantil se refieren a niños y niñas que trabajan en condiciones de explotación o
de riesgo. Decenas de miles de niños y de niñas en todo el mundo trabajan en
plena dedicación, privados de la educación y de la recreación que son vitales
para su desarrollo personal y social.
·
La explotación sexual
de niños y de niñas con fines comerciales. Se explota a niños y niñas por su valor comercial
mediante la prostitución, la trata y la pornografía. A menudo se les secuestra,
compra o vende, o se les obliga a ingresar al mercado del sexo.
·
La Trata implica el
transporte y/o el comercio de seres humanos, usualmente mujeres o niños y
niñas, con fines de lucro, mediante la fuerza o el engaño. A menudo se engaña o
se obliga a mujeres migrantes para que ingresen al trabajo doméstico o a la
prostitución.
·
El matrimonio precoz y
el matrimonio forzado afectan a mujeres y muchachas a quienes se casa sin permitirles elegir y
a quienes se obliga a llevar vidas de servidumbre que frecuentemente van
acompañadas de violencia física.
·
La esclavitud
tradicional o "propiedad personal" implica la compra y venta de personas. A menudo a estas personas se les
secuestra en su hogar, o bien se heredan o se ofrecen como obsequios.
·
El Papa Francisco renueva constantemente su llamamiento para acabar con lo que denomina “formas modernas de esclavitud” y menciona como causas de la esclavitud moderna la pobreza, el subdesarrollo y la exclusión, combinadas con la falta de acceso a la educación o “con una realidad caracterizada por las escasas, por no decir inexistentes, oportunidades de trabajo”.
“Todos estamos llamados a ser libres, todos a ser hijos y, cada uno de
acuerdo con su responsabilidad, a luchar contra las formas modernas de esclavitud”,
dijo el pontífice en la Jornada Mundial de la Paz (1 enero 2015).
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