Hay un viejo proverbio que dice: «Si quieres hacerte invisible, hazte pobre»
Ocurre
frecuentemente que el rico y el pobre viven muy próximos físicamente: en la misma fábrica en la que el pobre es portero o empleada
del hogar.
Y
el rico no sabe nada de las necesidades angustiosas de su vecino el pobre.
La abundancia es siempre un velo que oculta a los ojos de los ricos
la miseria de los pobres.
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