El Arzobispo de Barcelona y presidente de la Conferencia Episcopal Española (CEE), Cardenal Juan José Omella, aseguró que la abolición del celibato sacerdotal y la ordenación de mujeres sacerdotes o sacerdotisas, contenidas en la síntesis de la fase diocesana del Sínodo 2021 – 2023 de su Archidiócesis, son solo “propuestas”.
Así lo indicó el Purpurado español en una nota publicada en el diario La
Vanguardia y en el sitio web de la
Archidiócesis de Barcelona el miércoles 8 de junio, en respuesta a “las noticias
aparecidas sobre el proceso sinodal en la archidiócesis de Barcelona”.
“Se trata únicamente de unas propuestas, nunca votadas
ni aprobadas. No estamos ante una nota doctrinal, sino un documento
generado por todos los bautizados, miembros de la Iglesia que peregrina a
Barcelona y que han querido participar y dar su opinión”, precisó el Cardenal Omella de 76 años de edad.
Entre los grupos que han participado en esta fase diocesana en Barcelona
se encuentra la “Associació Cristiana de Lesbianes,
Gais, Bisexuals i Transsexuals de Catalunya” (Asociación
Cristiana de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Transexuales de Cataluña),
que se define en su sitio web como “un espacio de encuentro ecuménico para todos los
cristianos y cristianas LGTB que quieren compartir sus vivencias, vivir
naturalmente su fe y su homosexualidad, fomentando el crecimiento integral del
ser humano”.
Aunque no menciona las propuestas a las que se refiere, la “Síntesis de la
fase diocesana del Sínodo 2021-2023”, de la Iglesia
Católica en Barcelona, publicada el 29 de mayo de 2022, propone “una Iglesia que adapta los diferentes ministerios, abriendo la posibilidad al celibato opcional
o la posibilidad del acceso al presbiterado de hombres casados (tal como
ya sucede en las Iglesias del mundo oriental latino-católico)”.
Tras señalar que se debe fortalecer el laicado, en el texto del 29 de
mayo la Archidiócesis de Barcelona resalta que la necesidad de promover el papel
de las mujeres, “y
se avance en la reflexión sobre su
acceso al diaconado y, si fuera posible magisterialmente, al presbiterado”.
En su nota del 8 de junio, el Cardenal Omella afirmó que “caminar juntos
es positivo porque nos hace crecer como personas y miembros de la Iglesia: ser más misioneros, saber escuchar y acoger al que piensa
diferente, saber dejar atrás prejuicios, dejar espacio a esperanzas, desarrollar
nuevos enfoques, ser inclusivos, aprendiendo los unos de los otros”.
“Es un camino que necesita diálogo y consenso.
Porque la invitación del Papa era encontrarse y escucharse, no tomar decisiones”,
agregó.
“¿Cómo llevar a la práctica una Iglesia que es en
esencia Pueblo de Dios? ¿Cómo afrontar las diferentes visiones y los conflictos
cotidianos sin caer en el autoritarismo y el clericalismo, sabiendo hallar el
consenso? El Papa dice que no se trata de un Parlamento donde se vota, sino de una
familia donde se llega a un consenso”, prosiguió.
El Arzobispo indicó además que “en la fase
diocesana del proceso sinodal, entre otros aspectos, ha aparecido el clamor por
la
falta de igualdad entre hombre y mujer en la Iglesia, que se percibe clerical”.
El presidente de la CEE explicó que en el camino del Sínodo sobre la
Sinodalidad, que tiene tres fases y que concluirá en Roma en octubre de 2023, “ahora se acaba la primera fase diocesana. Ni esta
diócesis, ni ninguna otra, han presentado todavía al Papa ninguna propuesta
particular”.
“Precisamente es ahora que habrá que hacer una gran
síntesis en España, en Europa y el mundo con el fin de recoger las diversas aportaciones, fruto de la
consulta sinodal. La aportación de nuestra diócesis se unirá al gran río de las
que llegarán de todas y cada una de las Iglesias locales de todo el mundo”.
Para concluir, el Cardenal resaltó que como pastor de la Archidiócesis
de Barcelona, “la amo por su fidelidad al mensaje de Jesucristo, en la Tradición viva de la Iglesia, al
sucesor de Pedro, el Papa Francisco, y a toda la comunidad que avanza ‘entre
consolaciones y persecuciones’ (cf. san Agustín), irradiando la alegría del
Evangelio”.
EL PAPA FRANCISCO Y EL
SACERDOCIO PARA MUJERES
El Papa Francisco se ha referido al tema en distintas ocasiones durante
su pontificado.
En noviembre de
2016, en la rueda de
prensa en el avión de regreso a Roma desde Suecia, el Santo Padre dijo que “sobre la ordenación de mujeres en la Iglesia Católica, la
última palabra es clara y la dio San Juan Pablo II y esto permanece”.
En junio de 2018,
el Papa Francisco concedió una entrevista a la agencia Reuters. Sobre el tema
dijo que es necesario tener en cuenta que “con el
orden sagrado no se puede porque dogmáticamente no va y Juan Pablo II fue claro
y cerró la puerta, y yo no vuelvo sobre
esto. Era algo serio, no un capricho”.
¿QUÉ ESTABLECIÓ EL PAPA
SAN JUAN PABLO II SOBRE EL SACERDOCIO Y LAS MUJERES?
En 1994, el Papa San Juan Pablo II escribió la carta apostólica Ordinatio
Sacerdotalis sobre
la ordenación sacerdotal reservada solo a los hombres.
En ese texto el Papa señala que “la
ordenación sacerdotal, mediante la cual se transmite la función confiada por
Cristo a sus Apóstoles, de enseñar, santificar y regir a los fieles, desde
el principio ha sido reservada siempre en la Iglesia Católica exclusivamente a
los hombres”.
En el documento, San Juan Pablo II estableció que “la Iglesia no tiene en modo alguno la facultad de
conferir la ordenación sacerdotal a las mujeres, y que este dictamen debe ser considerado
como definitivo por todos los fieles de la Iglesia”.
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