Como Pontífice romano y Sucesor de Pedro «es su tarea» corregirles
En opinión del
cardenal Raymond Burke, el papa Francisco debe destituir a los obispos de
Alemania si no se alejan de los errores del «Camino Sinodal» de la Iglesia en
el país centroeuropeo.
(CNAd/Infocatólica) Toda una serie de obispos se
han pronunciado a favor de cambios en la doctrina y la disciplina de la Iglesia
-por ejemplo, en relación con la valoración de la homosexualidad, el celibato
sacerdotal o la ordenación de mujeres- o no se han opuesto expresamente a tales
propuestas en el marco del «Camino Sinodal».
El
Santo Padre «debe llamar la atención a estos obispos y pedirles que renuncien a
las herejías y también a las posiciones contrarias a la
sana disciplina de la Iglesia», dijo Burke en una entrevista publicada
por Acción Católica por la Fe y la Familia. «Y si
no renuncian a sus errores y se corrigen, entonces debe destituirlos.
Esta es la situación a la que hemos llegado».
«El
pontífice romano, sucesor de Pedro, es por definición el principio de la unidad en la Iglesia»,
subrayó el
cardenal. «Es su tarea corregir a estos obispos. Y si no aceptan la corrección fraterna, si no aceptan su corrección jerárquica
como obispos de la Iglesia universal, hay
que aplicar las medidas oportunas para que los
fieles sepan que esos obispos no les están guiando en la fe católica».
«Desgraciadamente,
la confusión la provocan y la impulsan quienes están llamados a ser maestros de
la fe y pastores del rebaño con claridad y valentía», afirmó Burke.
Los obispos que no representan
claramente la enseñanza católica, dijo el cardenal, «abandonan
el rebaño y demuestran no ser pastores sino asalariados que intentan adaptar la enseñanza de la Iglesia a
la visión del mundo, a una visión secular del mundo, a una visión
del mundo sin Dios».
El cardenal Burke fue uno de
los ya más de 100 firmantes de una carta abierta
dirigida al obispo Georg Bätzing, presidente de la
Conferencia Episcopal Alemana. En su carta, los obispos y cardenales de todo el
mundo habían advertido que el Camino Sinodalalemán amenaz con llevar a la
Iglesia a un callejón sin salida de efectos destructivos.
Bätzing rechazó las críticas,
así como las preocupaciones en ese mismo sentido expresadas por los obispos de Escandinavia y Polonia.
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