«Nos enfrentamos a una situación nunca antes vista en la región»
«Yo he venido
para que tengan vida, y vida en abundancia» (Jn 10,10b). Haciéndose eco de estas palabras del evangelio, los obispos
y agentes de la Pastoral de Movilidad Humana de la Iglesia Católica de las
fronteras de Bolivia, Chile y Perú; se manifiestan profundamente llamados y
llamadas a construir el futuro con los migrantes y refugiados, tras el
encuentro sostenido entre los días 23 a 25 de mayo en la ciudad de Arica, en
Chile.
(Iglesia.cl/InfoCatólica) En mensaje final de
la jornada se
señala que «a la luz de la Palabra del Dios y los
testimonios de los y las participantes, estamos conscientes de la complejidad
de atender eclesialmente de manera urgente a los hermanos y hermanas en
situación de movilidad humana», agregando que en tiempos marcados por crisis
políticas, sociales, económicas y humanitarias que atraviesan los países y
agudizados por la crisis sanitaria «es importante reconocer que ningún país de
la región podrá, actuando solo, atender los desafíos que la migración
presenta».
Por ello, en el texto se relevan las palabras del
Papa Francisco:
«Las
comunidades católicas, cada vez más libres de todo miedo, están llamadas a
tender puentes con los recién llegados promoviendo una
auténtica cultura del encuentro (...) se invita a estas comunidades a ver la
presencia de muchos migrantes y refugiados no cristianos o no creyentes como
una oportunidad providencial para cumplir la misión evangelizadora a través del
testimonio y la caridad».
«Debemos
impulsar acciones pastorales y sociales que favorezcan una articulación entre
el sector privado, público, civil y eclesial que a su vez permitan responder
adecuadamente a la coyuntura actual, donde muchas veces las comunidades locales se
enfrentan a los grupos de migrantes manifestando rechazo y
profundizando las grietas de la exclusión social», se enfatiza en el documento.
Además, se manifiesta la
importancia de reconocer que, para muchas personas «el migrar sigue siendo un
pesar y sufrimiento, que se ve agravado cuando reciben tratos deshumanizantes
por parte de organismos estatales, civiles y/o eclesiales», razón por la que se
invita a la sociedad a reflexionar y comprender «que nos enfrentamos a una situación nunca antes vista en la región,
marcada por procesos migratorios forzados que nos exhortan a desarrollar acciones que fortalezcan
valores sociales poniendo siempre como eje central a las personas».
«Reconocemos
el legítimo derecho de los Estados a defender su soberanía, pero para ello no
se puede actuar de manera indolente, es
imprescindible humanizar el trato que reciben las personas migrantes,
refugiadas, victimas de trata y tráfico, promoviendo procesos de acogida,
protección e integración dignos, ajustados al Derecho y que respeten los
tratados internacionales, solo así se podrá desincentivar la migración
irregular», enfatiza
la declaración
El texto que finaliza con una
plegaria a la Sagrada Familia, pidiendo a Dios «que ilumine nuestras acciones
eclesiales en favor de las personas migrantes en quienes reconocemos ante todo
la presencia de Cristo, y vemos en ellos una bendición y oportunidad de
enriquecer nuestros países y culturas», es firmado por los pastores
representantes de los tres países reunidos: Moisés
Atisha Contreras, obispo de Arica; Óscar Blanco Martínez, obispo de Calama;
Guillermo Fajardo Rojas, administrador diocesano de Iquique; Ignacio Ducasse
Medina, arzobispo de Antofagasta; Ricardo Morales Galindo, obispo de Copiapó;
Ciro Quispe López, obispo de la prelatura de Juli, Perú; y Basilio Mamani
Quispe, obispo Auxiliar de La Paz, Bolivia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario