Dicen que Gandhi primero hablaba y después practicaba y que Jesús practicaba antes de hablar. Por eso, su comportamiento cogía de sorpresa.
Un
cristiano de verdad sorprende siempre a los que sólo esperan argumentos de razón.
«Tenemos hoy una urgente necesidad de santos. No de santos en los
altares.
Santos que trabajen en las industrias, que conduzcan autobuses y
sean delegados de sus sindicatos.
Hombres corrientes que desempeñen profesiones corrientes, pero cuyas
vidas destaquen como algo tan distinto que venga a ser un ejemplo vivo de la fe
que proclaman» (Douglas
Hyde)
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