Veré el mundo desde su mirada para poder guiarlos y educarlos mejor.
Por: Silvia del Valle | Fuente: Catholic.net
Hay muchos motivos por los cuáles nuestros hijos
pueden ser distraídos.
Algunos son por naturaleza dispersos y les
cuesta poner atención en los detalles.
Otros solo ponen atención en lo que es
significativo para ellos.
En otros casos están tan metidos en sus cosas
que el resto del mundo puede rodar y ellos no se dan cuenta.
Hay otros casos que son distraídos porque su
mente está ocupada en otras cosas como pueden ser problemas familiares o
angustias internas.
En realidad, sea cual sea el motivo de la
distracción, es muy difícil educar y sacar adelante a nuestros hijos cuando
tienen estas características, pero no es imposible, por eso aquí te dejo mis 5Tips
para educar a nuestros hijos distraídos.
PRIMERO.
CAPTA SU ATENCIÓN PARA DAR INSTRUCCIONES.
Debemos tener claro que los niños y jóvenes
dispersos o distraídos en muchas ocasiones parece que te están escuchando pero
no lo hacen, incluso pueden contestarte pero no hacerlo conscientemente por eso
es de vital importancia lograr captar su atención, toda su atención, para
darles cualquier instrucción.
Cuando son pequeños es necesario ponernos a su
nivel y verlos a los ojos para estar seguros de que nos hacen caso.
Cuando son más grandes puede llegar a ser
necesario tocarlos en el hombro para llamar su atención.
En la adolescencia puede ser importante que
hagamos un espacio de tiempo especial para hablar de las cosas importantes.
Lo que es indispensable en cualquier edad es
asegurarnos que nos escucharon y que quedó clara la instrucción.
SEGUNDO.
DA INSTRUCCIONES CONCRETAS, PRECISAS Y CON EVIDENCIAS.
Nosotros podemos colaborar siendo claros al
hablar y dando puntos específicos que realizar.
Entre más concreto sea todo, más fácil podrán
retenerlo y realizarán las cosas.
También es bueno dejarles un refuerzo gráfico o
evidencia de lo que les pedimos, así si olvidasen algo, siempre pueden ir a
recordar lo que les falta.
Enunciados cortos y con acciones concretas son
lo mejor.
TERCERO.
ENSÉÑALOS A USAR INSTRUMENTOS DE APOYO.
Cuando están pequeños nosotros podemos hacerles
material de apoyo como son flashcards o tarjetas de colores con dibujos para
recuerden las cosa. Incluso podemos hacer un reloj con las horas y dibujos para
que se vayan acostumbrando a ser responsables de realizar las labores que les
tocan a cada hora.
Conforme crecen podemos inculcarles el uso de
las agendas, calendarios, notas, listas para checar los deberes cumplidos, etc.
Al principio será difícil que los usen
adecuadamente pero poco a poco y con la práctica, lo harán con naturalidad. Así
no confiarán en sus propias fuerzas sino que tendrán un apoyo físico para
cumplir con lo que deben.
CUARTO.
LOGRA QUE LO IMPORTANTE SEA TAMBIÉN SIGNIFICATIVO PARA ELLOS.
En muchos casos nuestros hijos sólo ponen
atención en lo que les interesa, es por eso que debemos lograr que lo
importante también sea significativo para ellos.
Para esto podemos apoyarnos de material
didáctico para hacerles interesante y atractiva cualquier situación que se
presente.
Es bueno asociar cada evento con algo importante
para nuestros hijos, sobre todo cuando están pequeños, para que pueda ser
significativo para ellos.
Cuando son más grandes nuestros hijos podemos
darles una responsabilidad o un rol especial en cada actividad para que se
sientan motivados y pongan atención en lo que hacen.
Y
QUINTO. LA EMPATÍA ES FUNDAMENTAL.
Es necesario saber y tener claro que nuestros
hijos distraídos no dejan de hacer las cosas a propósito sino que no ponen atención
y pierden la noción del tiempo.
Nosotros debemos comprender que nuestros hijos
están en formación y tratar de comprender que poco a poco se irán haciendo más
responsables.
Y nuestros hijos deben comprender que es
necesario ser más atentos a lo que les decimos y tratar de encontrar mecanismos
para cumplir con lo que deben.
Otro punto importante es tratar de encontrar el
porqué de que sean distraídos. Si es por naturaleza será más difícil
cambiarlos, pero si hay algún agente externo como alguna preocupación o
problema que los mortifique, pues será más sencillo ayudarles ya que podremos
tratar de solucionar el problema y ellos mejorarán de manera natural.
Si el problema es difícil de solucionar,
podremos trabajar con nuestros hijos para hacerles entender que ellos no son
culpables y que si ponen atención en lo que deben hacer será más fácil que
colaboren a la solución del problema.
Lo importante es que hagamos empatía y que
logremos pensar y sentir como el otro lo hace, así veremos el mundo desde su
mirada y podremos guiarlos y educarlos mejor.
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