¿Hay diferencias entre la celebración de la Vigilia de Pascua y el Domingo de Resurrección? Un sacerdote experto en Liturgia responde.
En declaraciones a ACI Prensa, el P. Francisco Torres Ruiz, licenciado y
catedrático en Liturgia en la diócesis española de Plasencia, señaló que “realmente no hay diferencia teológica entre la Vigilia
Pascual y el Domingo de Resurrección, porque el Domingo de Resurrección
comienza precisamente con la noche de la Vigilia Pascual”.
“Por eso, el actual misal dispone que sea una hora
entrada la noche y que termine antes de la madrugada del día siguiente, antes
de las primeras luces del día siguiente. Porque se entiende que la Vigilia
Pascual forma parte ya del Domingo de Pascua, del Domingo de Resurrección”.
“De hecho, el Sábado Santo no hay celebración de la
Eucaristía”, precisó.
Sin embargo, señaló, “litúrgicamente sí hay
diferencia” entre la Vigilia Pascual y el Domingo de Resurrección.
“Litúrgicamente, la noche de la Pascua, la noche de
la Vigilia Pascual, es una liturgia estructurada en cuatro momentos”, dijo.
“Al primer momento le llamamos Pascua Cósmica,
porque es la consagración de los elementos naturales que manifiestan la
presencia del Resucitado. De ahí la bendición del fuego, la bendición del Cirio
hecho con cera, la bendición de las llagas de Cristo, los clavos de incienso
que se ponen en ella”, explicó.
El P. Torres Ruiz indicó que “esta primera
parte termina con la consagración del Cirio mediante el Pregón Pascual”.
Luego, continuó, a “la segunda parte de la
Vigilia Pascual la llamamos la Pascua Histórica, porque a la luz del Cirio
Pascual, es decir a la luz de Cristo Resucitado, se leen los pasajes más
importantes, más significativos de la historia del pueblo de Israel, de la
historia de la salvación”.
Esto, dijo, se hace “comenzando por la
creación del mundo, la creación de Adán y Eva, siguiendo por Éxodo 14, que es
la liberación, el paso del Mar Rojo, la liberación de los judíos de la
esclavitud de Egipto”.
“Luego, una serie de profetas, entre los que
destaca Isaías y Baruc”, señaló.
“Y el acontecimiento Pascual de la Resurrección,
normalmente con el Evangelio que está en este año en el ciclo. Si es el ciclo
A, Mateo; si es Ciclo B, Marcos; si es Ciclo C, Evangelio de Lucas”, añadió.
El sacerdote español explicó que a la “tercera
parte la llamamos la Pascua de los Catecúmenos, porque es el momento en que o
bien los no bautizados se disponen a recibir los sacramentos de iniciación
cristiana, en concreto, esa noche bautismo y confirmación, o bien los ya
bautizados renuevan sus promesas bautismales y son de nuevo asperjados con el
agua bautismal o el agua bendita que se ha vuelto a consagrar o se ha vuelto a
bendecir esa noche”.
“Y a la última parte, la cuarta parte, la llamamos
la Pascua de los Neófitos o la Pascua de los fieles, porque coincide ya con la
liturgia eucarística hasta el final y ya todos los bautizados, tanto los
bautizados de niños como los bautizados esa noche, participan de la Eucaristía
que es nueva, que se rejuvenece tras la ausencia de Eucaristía, la ausencia de
Jesucristo en la tarde del viernes y en el día del Sábado Santo, que es la
sepultura del Señor”.
Por otra parte, indicó, “el domingo de
Pascua, la Misa del día propiamente dicho, pues es una Misa de domingo con un
tono Pascual, en la que se introduce antes del Evangelio el cántico, la
recitación de la secuencia Victimae paschali laudes, en latín, o bien su
versión española, Ofrezcan los cristianos ofrendas de alabanza”.
El P. Torres Ruiz resaltó que eso es “lo
propio que tiene la liturgia del Domingo de Pascua. Pero por lo demás, el
domingo por la mañana pues es una misa de domingo, solemne, en el que se pueden
renovar, y de hecho se aconseja renovar, las promesas bautismales y la
aspersión del agua que se había hecho la noche anterior”.
POR DAVID RAMOS | ACI Prensa
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