Uno de los estudios más amplios sobre los efectos en la salud del uso persistente de cannabis revela que deteroria el coeficiente intelectual y que afecta la memoria y otras funciones mentales. Los daños, aseguran los científicos, son irreversibles.
Por: Universidad de Duke, Carolina del Norte |
Fuente: entremujeres.com / Clarin
Se ha instalado y crecido al amparo de discursos
que la aseguran inocua. Se dice, de la marihuana, que no genera adicción, que
es menos tóxica que el tabaco y que hasta puede resultar beneficiosa en algunas
circunstancias. Tres "mitos" que
gozan de una controvertida aceptación social y que la ciencia médica refuta a
rajatabla. "Nada más alejado de la
realidad", enfatizaron desde la Secretaría de Programación para la
Prevención de la Drogadicción y la Lucha contra el Narcotráfico (Sedronar) al
difundir que uno de cada cuatro pacientes en tratamiento en centros
dependientes del organismo esteban siendo rehabilitados por adicción a la
marihuana. Pues bien: una flamante investigación, realizada en Nueva Zelanda,
asegura que su uso persistente, sobre todo en adolescentes, deteriora
significativamente y de forma irreversible las funciones cerebrales.
La investigación es una de las más amplias que se han llevado a cabo sobre los
efectos de la marihuana en el cerebro. Los científicos siguieron durante más de
20 años a un grupo de 1.000 jóvenes y encontraron que los que habían comenzado
a usar marihuana antes de cumplir los 18 años -cuando su cerebro estaba aún
desarrollándose- mostraban una reducción "significativa"
en su coeficiente intelectual.
Un equipo de investigadores, dirigido por la profesora Madeline Meier de la
Universidad de Duke, en Carolina del Norte, Estados Unidos, analizó el impacto
del uso de marihuana en varias funciones neuropsicológicas de 1.037 individuos
nacidos entre 1972 y 1973. Los científicos siguieron a los participantes hasta
que cumplieron 38 años, realizándoles
entrevistas y estudios periódicos. Tomaron en cuenta factores como dependencia
de alcohol y/o al tabaco, uso de otras drogas y nivel de educación.
Al evaluar todos los casos, encontraron que los participantes que habían usado
persistentemente marihuana mostraban un "amplio deterioro" en varias
áreas neuropsicológicas, como funcionamiento cognitivo, la atención y la
memoria. Quienes habían usado la droga al menos cuatro veces a la semana, año
tras año, durante su adolescencia, sus 20 años y, en algunos casos, sus 30
años, mostraron una reducción en su coeficiente intelectual. La relación,
concluyel el estudio, es inapelable: cuanto más fumaba el individuo, mayor la
pérdida en el CI.
Uno de los puntos mas importantes del estudio fue demostrar que el daño era
irreversible. Al dejar de usarla o reducir su uso no lograron restaurar
completamente su pérdida de CI. Es decir, los efectos neurotóxicos son
clarísimos y el daño es permanente.
El estudio fue publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences
(PNAS). Robin Murray, profesor de psiquiatría del King´s College de Londres,
explicó que el estudio es "una investigación
extraordinaria. Es probablemente el grupo de individuos que ha sido más
intensamente estudiado en el mundo y, por lo tanto, los datos son muy buenos.
Hay muchos informes anecdóticos de que los usuarios de marihuana tienden a ser
menos exitosos en sus logros educativos, matrimonios y ocupaciones. Este estudio
ofrece una explicación de por qué puede ocurrir".
FUERTEMENTE ADICTIVA
Según datos del Registro Continuo de Pacientes en Tratamiento de SEDRONAR, en
2005 la marihuana motivó el tratamiento del 25% de los 2.369 pacientes que
estaban siendo rehabilitados en 53 centros de todo el país. "Este alto porcentaje desmiente los discursos
habituales sobre la marihuana, que insisten en instalarla como una droga que no
genera mayores daños sobre la salud. Es mucha la gente que no puede dejarla ni
manejarla y que está padeciendo las consecuencias de su consumo", destacó
Diego Alvarez, que estaba al frente del Observatorio de Drogas del organismo en
ese momento.
"Es un mito que la marihuana no tiene
toxicidad. Es una droga con sustancias psicoactivas muy potentes, que impactan
sobre el sistema nervioso central y el aparato cardiovascular", agregó
la toxicóloga Norma Vallejo. "El uso crónico
genera pérdida de interés y del deseo, fatiga, alteraciones de humor,
disminución de la capacidad de concentración y depresión del sistema
inmunológico. Además, afecta la fertilidad y aumenta las probabilidades de
sufrir cáncer, enfermedades pulmonares y psicosis", subrayó. "Muchos aseguran que el porro es menos dañino que el
tabaco, y no es así. Su toxicidad es mayor porque se fuma distinto: se retiene
más en las vías respiratorias y, en el proceso de fumado, desprende más
monóxido de carbono que un cigarrillo".
Los daños que puede generar la marihuana son múltiples y difieren mucho según
la persona: como dicen en la jerga, "a cada
uno le pega distinto". Pero hay algo que afecta a todos los
consumidores por igual: la adicción. "La
marihuana genera dependencia física y, sobre todo, psicológica. Como otras
drogas, excita y provoca un aparente estado de bienestar porque actúa sobre el
sistema de recompensa del cerebro. El mismo, al ser estimulado, pide más",
destacó la especialista.
En el caso de la marihuana la adicción no está asociada necesariamente a la
frecuencia de consumo. Tiene que ver con las particularidades de cada persona.
Para evaluar si hay dependencia se observa si el consumidor desarrolló
tolerancia (si el organismo se habituó y debe fumar más para lograr el mismo
efecto), si su cotidianidad sufrió cambios (rutinas, hábitos, manejo del
tiempo) y si hay manifestaciones que indiquen síndrome de abstinencia: "Si no puede dejar de fumar, si se pone irritable,
transpira frío o no puede socializarse ni disfrutar cuando no fuma", explican
los expertos.
LOS EFECTOS MENOS CONOCIDOS
DEL CANNABIS
Según diversos estudios de sociedades científicas de gran prestigio
internacional, el uso persistente de marihuana provoca pérdida de memoria,
reduce el rendimiento y altera las capacidades cognitivas. Puede producir
depresión, ansiedad, psicosis y, en el peor de los casos, esquizofrenia
Los poderes psicotrópicos del cannabis son conocidos por el ser humano desde
hace miles de años. Sus ´propiedades embriagadoras´, como decía Herodoto en el
siglo V, se deben fundamentalmente al delta-9-tetrahidrocanabinol (THC), el
cannabinoide responsable de sus efectos en el cerebro. Cuando se inhala esta
sustancia, el THC llega rápidamente al cerebro a través de la sangre. Sus
efectos se sienten a los pocos minutos y pueden durar hasta dos o tres horas.
Una de las consecuencias menos conocidas tienen que ver con los trastornos
psiquiátricos. El consumo de porros multiplica por dos las probabilidades de
sufrir brotes psicóticos (con más riesgo a mayor dosis). Varios estudios
coinciden en que la marihuana podría actuar como desencadenante de estos ataques
en personas con una cierta predisposición genética. El riesgo se acentúa cuando
el consumo se inicia antes de los 15 años.
A su vez, un informe elaborado por expertos de la Oficina de Control de Drogas
de la Casa Blanca (EEUU), advierte de que los adolescentes que fuman marihuana
tienen hasta un 40% más de riesgo de sufrir depresión, ansiedad, psicosis
(alucinaciones) o algún tipo de enfermedad mental; especialmente en el caso de
las chicas. Y aunque no se ha demostrado de una manera estadísticamente significativa
que pueda causar esquizofrenia, sí parece que empeora sus síntomas y agrava los
ataques.
No es lo mismo usar una droga que ser adicto a ella. Muchos consumidores no se
convierten en adictos. Pero vale medir y conocer las consecuencias. Según datos
del 2007, en nuestro país más del 6 por ciento de la población consume
habitualmente marihuana, una cifra que convierte a la Argentina en el país de
mayor consumo de América latina.
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