Se te mueren las ganas de escuchar cosas, de estar con gente y de frecuentar lugares que no te gustan.
Con el
tiempo se te mueren las ganas de reirte de las
gracias de gente que no tiene gracia.
Se
te mueren las ganas de ayudar a quien no te
lo agradece y de querer a quien no se lo merece.
Con el
tiempo se te mueren las ganas de discutir, de
insistir, de pedir disculpas y de esperar nada de nadie.
Con el
tiempo se te mueren las ganas, y si no se te
mueren, tienes que matarlas a sangre fría si es necesario.
Porque
si no las matas...
Te
mueres tú...
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