Katie Campbell tenía apenas 17 años cuando supo que estaba embarazada. Había ganado una beca deportiva y todos le decían que aborte para no “arruinar su vida”.
Ella
ignoró la presión social y dio a luz a su hija, conservó su beca y ahora juega
en la liga universitaria. No se dejó ganar por la vanidad de “arruinar su cuerpo”. Entrenó y hoy tiene no solo
un cuerpo atlético sino que además trabaja como modelo, todo de la mano de su
mayor inspiración: su hija.
El miedo
y la ideología marcan el camino hacia el aborto.
Es
nuestro deber llenarlo de amor, apoyo y una filosofía de vida que disuada de la
muerte como solución.
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