martes, 5 de octubre de 2021

EL CARDENAL TURKSON DICE QUE NO SE DEBE NEGAR LA COMUNIÓN AL ABORTISTA JOE BIDEN

Ni, por tanto, a ningún político católico abortista

En unas declaraciones que no deben sorprender conociendo la trayectoria de su autor, el cardenal Peter Turkson se ha mostrado contrario a que se niegue la comunión al presidente de EE.UU, Joe Biden, abortista declarado. El cardenal africano dice que no se puede utilizar la Eucaristía como un arma. Lo cierto es que el dogma católico afirma que quien está en pecado mortal no puede comulgar. Y legislar a favor del aborto es pecado mortal y público.

(CNA/InfoCatólica) Turkson fue entrevistado por Mike Allen en HBO. El periodista preguntó directamente por la situación de Joe Biden. Al referirse al debate sobre si a los políticos favorables al derecho al aborto, como el presidente Joe Biden, se les debe negar la comunión. Allen citó sin identificar a un obispo que dijo: «La Eucaristía está siendo usada como arma».

«La Eucaristía no debería convertirse de ninguna manera en un arma», dijo Turkson.

«¿Tienen alguna duda de que el presidente Biden es un católico en regla?» preguntó Allen. «¿Se le debe dar la comunión?»

Turkson respondió: «Si se dice que alguien no puede recibir la Comunión, básicamente se está haciendo un juicio de que está en estado de pecado».

«Parece que usted no cree que eso deba ocurrir en el caso del presidente Biden», dijo el entrevistador.

«No», dijo Turkson. «Si, usted sabe, un sacerdote que está distribuyendo la comunión ve... inesperadamente a alguien que sabe que ha cometido un asesinato, tiene que proteger su dignidad y el respeto de esa persona».

«¿Entonces es para casos extremos

«Sí. Eso, para casos extremos, ¿de acuerdo?» respondió Turkson.

El cardenal Turkson, nacido en Ghana, es prefecto del Dicasterio para la Promoción del Desarrollo Humano Integral.

LO QUE DICE EL MAGISTERIO DE LA IGLESIA CATÓLICA

Tanto la Escritura como la Tradición como el Magisterio legítimo de la Iglesia, indican con claridad que no se debe comulgar en pecado mortal. San Pablo advierte en 1 Cor 11,27-29 que quien comulga en estado de pecado incurre en un nuevo pecado que acarrea condenación. 

El concilio de Trento decreta la excomunión para quienes niegan esa doctrina en sus cánones sobre la Eucaristía:

CAN. XI. Si alguno dijere, que sola la fe es preparación suficiente para recibir el sacramento de la santísima Eucaristía; sea excomulgado. Y para que no se reciba indignamente tan grande Sacramento, y por consecuencia cause muerte y condenación; establece y declara el mismo santo Concilio, que los que se sienten gravados con conciencia de pecado mortal, por contritos que se crean, deben para recibirlo, anticipar necesariamente la confesión sacramental, habiendo confesor. Y si alguno presumiere enseñar, predicar o afirmar con pertinacia lo contrario, o también defenderlo en disputas públicas, quede por el mismo caso excomulgado.

Aunque es el fiel quien debe de abstenerse de ir a comulgar si sabe o sospecha que está en pecado mortal, lo cierto es que cuando los pecados son notorios y públicos, la Iglesia ha indicado que no se les debe admitir a la comunión en caso de que la soliciten. Y Benedicto xVI dejó muy claro que la oposición al aborto es un principio irrenunciable para un políticos católico, pues de lo contrario, necesariamente hay consecuencias a las hora de comulgar. Así lo explicó en la Exhortación apostólica post-sinodal Sacramentum caritatis:

83. Es importante notar lo que los Padres sinodales han denominado coherencia eucarística, a la cual está llamada objetivamente nuestra vida. En efecto, el culto agradable a Dios nunca es un acto meramente privado, sin consecuencias en nuestras relaciones sociales: al contrario, exige el testimonio público de la propia fe. Obviamente, esto vale para todos los bautizados, pero tiene una importancia particular para quienes, por la posición social o política que ocupan, han de tomar decisiones sobre valores fundamentales, como el respeto y la defensa de la vida humana, desde su concepción hasta su fin natural, la familia fundada en el matrimonio entre hombre y mujer, la libertad de educación de los hijos y la promoción del bien común en todas sus formas. Estos valores no son negociables. Así pues, los políticos y los legisladores católicos, conscientes de su grave responsabilidad social, deben sentirse particularmente interpelados por su conciencia, rectamente formada, para presentar y apoyar leyes inspiradas en los valores fundados en la naturaleza humana[231]- Esto tiene además una relación objetiva con la Eucaristía (cf. 1 Co 11,27-29). Los Obispos han de llamar constantemente la atención sobre estos valores. Ello es parte de su responsabilidad para con la grey que se les ha confiado.

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