En el primer Ángelus del año 2021, que presidió este viernes 1 de enero desde el Palacio Apostólico del Vaticano, el Papa Francisco hizo un llamado a la paz mundial que suponga una disminución de los odios y las divisiones que afligen al mundo. Una paz que, aseguró, es posible si se asume “como responsabilidad dada por Dios”.
A pesar de la dolorosa ciática que padece, y que le impidió presidir las
ceremonias Pontificias previstas para la noche del 31 de diciembre y la mañana
del 1 de enero, el Pontífice dirigió el rezo del Ángelus e invitó a comenzar el
nuevo año “poniéndonos bajo la mirada materna y
amorosa de María Santísima, que la liturgia hoy celebra como Madre de Dios”.
En su comentario previo al Ángelus, el Papa señaló que la Jornada
Mundial de la Paz, que se celebra este primero de año, es un momento propicio
para insistir en la cultura del cuidado como camino para la paz, una paz que,
para lograrla, debe implorarse con “incesante
oración”.
Sobre todo al inicio de un nuevo año con el recuerdo de “los dolorosos eventos que han marcado el camino de la
humanidad el año pasado, especialmente la pandemia, nos enseñan lo necesario
que es interesarse por los problemas de los otros y compartir sus
preocupaciones”.
“Esta actitud”, insistió, “representa el camino que
conduce a la paz, porque favorece la construcción de una sociedad fundada en
las relaciones de fraternidad”.
Recordó que “Dios nos da la responsabilidad
de ser trabajadores por la paz” y, como tales, “cada uno de nosotros, hombres y
mujeres de este tiempo, está llamado a traer la paz cada día y en cada ambiente
de vida, sosteniendo la mano al hermano que necesita una palabra de consuelo,
un gesto de ternura, una ayuda solidaria. Esto para nosotros es una
responsabilidad dada por Dios”.
“La paz se puede construir si empezamos a estar en
paz con nosotros mismos y con quien tenemos cerca, quitando los obstáculos que
nos impiden cuidar de quienes se encuentran en necesidad y en la indigencia”, dijo.
Invitó, para ello, a “desarrollar una
mentalidad y una cultura del ‘cuidado’, para derrotar la indiferencia, el
descarte y la rivalidad, que lamentablemente prevalecen”.
Explicó que “la paz no es solo ausencia de
guerra, la paz nunca es aséptica, no existe la paz del quirófano. La paz es en
la vida, no es solo ausencia de guerra, sino que es vida rica de sentido,
configurada y vivida en la realización personal y en el compartir fraterno con
los otros”.
También señaló que para lograr esa ansiada paz “las
solas fuerzas humanas no bastan, porque la paz es, sobre todo, don, un don de
Dios; debe ser implorada con incesante oración, sostenida con un diálogo
paciente y respetuoso, construida con una colaboración abierta a la verdad y a
la justicia y siempre atenta a las legítimas aspiraciones de las personas y de
los pueblos”.
Por ello, el Papa Francisco aseguró que su deseo “es que reine la paz en el corazón de los hombres y en las familias;
en los lugares de trabajo y de ocio; en las comunidades y en las naciones. En
las familias, en el trabajo y en las naciones: paz”.
“En el umbral de este comienzo, dirijo a todos mi
cordial deseo de un feliz y sereno 2021. Que sea un año de fraterna solidaridad
y de paz para todos; un año cargado de confiada espera y de esperanzas, que
encomendamos a la celeste protección de María, madre de Dios y madre nuestra”, concluyó.
Redacción ACI Prensa
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