Porque él aborrece el hecho de que su derrota final
vendrá de la mano de una sierva humilde.
Por: Sam Guzman | Fuente: CatholicGentleman.net // PildorasDeFe.net
Satanás odia a la Santísima Virgen María. De hecho, ha estado haciendo todo lo que está en su poder para desmotivar la devoción hacia ella e inculcar odio hacia ella durante dos milenios. ¿Te has dado cuenta que son los dogmas Marianos y las devociones a la Virgen las que despiertan las más fuertes reacciones en aquellos que rechazan a la Iglesia? Incluso algunos buenos católicos se avergüenzan de la devoción a Nuestra Señora, y sienten que no deberíamos ser tan extremos en nuestra veneración a ella.
Tal vez, te has preguntado porque la Iglesia tiene en tal alta estima a
la Inmaculada Virgen María. Tal vez, te has preguntado porque Dios ha
escogido servirse de ella en la obra redentora. Hoy, me gustaría
echar una mirada al porque el diablo odia tanto a nuestra Santísima Madre, y
porque nosotros deberíamos ser sus fieles siervos.
ELLA APLASTARÁ SU
CABEZA
El escenario es el jardín del Edén. Los personajes son Dios, la
serpiente, Adán y Eva. El diablo se regodea en su triunfo. Acaba de engañar a
Eva, y a través de ella, a Adán. Que orgulloso está de sí mismo. Casi puedes
sentir su orgullo demoniaco en la destrucción, ya que ha podido malograr la
obra de la mano creadora de Dios, y arrastrar a los seres humanos - por quien
Dios tiene un amor especial - a la muerte y la miseria.
Dios aparece en la escena a limpiar el desorden, declarando la trágica
maldición que arrastra el pecado, pero también para proclamar el proto
evangelio, un primer vistazo al Evangelio y la condena del diablo.
Dios comienza por dirigirse a Satanás, diciendo que se arrastrará en el
suelo por el resto de sus días. Luego revela algo que hace que Satanás tiemble
de horror: su derrota final vendrá de las manos de una mujer.
"Haré que tú y la mujer sean enemigas, lo
mismo que tu descendencia y su descendencia. Su descendencia te aplastará la
cabeza, y tú le morderás el talón". (Génesis 3,16)
Ahora los académicos argumentan acerca de si el pronombre en la frase es
o no masculino, "Su descendencia te aplastara
la cabeza" - eso es si se refiere a la Virgen María o a Jesucristo.
Pero voy a contarles un pequeño secreto: eso no
importa. Verán, Jesús aplastará la cabeza de Satanás a través de María. Ella es el instrumento que Jesús utilizará
cuando destruya a su antiguo enemigo.
Con eso en mente, es totalmente legítimo decir “Él
aplastará tu cabeza” tanto como es decir “Ella
aplastará tu cabeza”. Es casi como decirle a un asaltante armado, “Un paso más y te disparo” y “Un paso más y mi magnum .44 te volará la cabeza”. Ambas
afirmaciones son verdaderas.
Entonces, ¿Por qué le duele tanto al diablo
que María sea quien lo derrote? ¿Porque Dios quiso utilizar a María para
derrotar a Satanás? Ahora lo explico.
DERRIBA DEL TRONO A
LOS PODEROSOS
El diablo odia, y me refiero a
que él aborrece el hecho de que su derrota final vendrá de la mano de una
sierva humilde. De alguna forma, su corazón
orgulloso puede manejar el ser derrotado por Dios porque sabe que es Todopoderoso
y Omnipotente. ¿Pero ser destrozado por una pequeña
Dama de Nazaret? La idea es sencillamente humillante. Eso lo vuelve
loco. Porque si hay algo que la creatura más orgullosa de toda la creación
odia, es ser humillada.
Satanás encuentra que su derrota a manos de la Virgen María es tan
humillante porque ella es mujer, y las mujeres son el sexo débil (1 Pedro 3,7),
y él desprecia a los débiles. Él de verdad disfruta ver a las mujeres siendo
abusadas, degradadas y siendo vista como objetos. Eso sin mencionar que nuestra
Bendita Señora es humana, y Satanás odia a los humanos porque tenemos cuerpos y
él es puro espíritu, que desprecia los cuerpos. Pero hay otra muy profunda
razón por la que Satanás odia ser derrotado por la Virgen María: Ella es su reemplazo en el cielo.
Verás, Lucifer fue originalmente la mejor creación de Dios. Él era más
hermoso, más poderoso que todas las otras creaturas que Dios había hecho. Y
como todos sabemos, se le subió a la cabeza. Él era tan hermoso, tan poderoso
que realmente creía que podía ser mejor que Dios. Las marcas indelebles de
Satanás son el orgullo y la envidia del Todopoderoso.
¿Y cuáles son las características que definen a
nuestra Señora? Primero y principalmente, ella es supremamente humilde. De hecho, ella
es la más humilde creatura que ha existido. Por cada onza de orgullo que el
diablo tiene, María tiene el doble de humildad. Por cada gota llena de odio y
amargura en el corazón negro de Satanás, el Corazón de María está llena del
doble de alabanza, adoración y amor. Por cada parte de la depravada, pervertida
y deformada alma del diablo, el Corazón de María está lleno de pureza y
fecundidad. Y por gracia, Dios ha hecho de ella la más exquisita y más gloriosa
creatura en el universo, el título que el diablo solía reclamar para sí.
En todas las formas, la Inmaculada es totalmente opuesta a Satanás.
En cada forma, ella es su reemplazo en el Cielo, y él lo sabe. Este Divino
intercambio de Satanás por María se revela en el himno de nuestra Señora, el Magníficat:
"Proclama mi alma la grandeza del Señor, se
alegra mi espíritu en Dios, mi salvador; porque ha mirado la humillación de su
esclava. Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso
ha hecho obras grandes por mí: Su nombre es santo, y su misericordia llega a
sus fieles de generación en generación. Él hace proezas con su brazo: dispersa
a los soberbios de corazón, derriba del trono a los poderosos y enaltece a los
humildes, a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide
vacíos. Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia -como lo
había prometido a nuestros padres- en favor de Abrahán y su descendencia por
siempre".
En el Magníficat, vemos el rol de María en la salvación resumida bellamente:
- La humildad de María “Porque ha mirado la humillación de su
esclava.
- El maravilloso trabajo de la gracia de Dios en ella: “Desde ahora
me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras
grandes por mí”
- Dios reprendiendo a Satanás “dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos”
- Su colocación de María en el lugar de Satanás:” y enaltece a los
humildes”
Lo peor de todo para Satanás, su reemplazo en el cielo no es otra que la
Madre de la Palabra viva, Jesucristo, cuya pasión y muerte redimió a toda la
humanidad a la que él ha tratado tanto de destruir. Su «SÍ»
a Dios deshizo la desobediencia de Eva, labrando del camino para la obra
salvadora del nuevo Adán. La misma debilidad de Eva que Satanás
instigó, fue reemplazada por la debilidad de la obediencia de María, una obediencia a la voluntad de Dios que la ha hecho poderosa
más allá de cualquier límite. Este es el plan Divino para la derrota del
enemigo. Esta es la humillación y condena de Satanás.
HASTA LA VISTA
SATANÁS
Tal vez no lo sepas, pero Satanás te odia. Su amarga
envidia lo lleva a querer destruir la obra de Dios y arrastrarla al abismo del
infierno. A él no le gustaría nada más que tú - hecho a imagen de Dios - lo
acompañaras en las llamas eternas de un lago de fuego, porque a la miseria le
gusta la compañía.
Pero no temas. La antigua serpiente no tiene poder contra la Inmaculada
Virgen, porque en el plan de Dios, ella es el instrumento que Jesús utilizó
para humillar y destruirlo. ¿Quieres aplastar la
cabeza del diablo en tu vida? ¿Quieres pasar con seguridad a través de las
pruebas, tentaciones y tormentas hacia tu hogar eterno? La respuesta es simple, recurre
a María. Ámala,
sé su devota servidora. Se su siervo, su defensor, su apóstol. Consagra tu ser
total y completamente porque nada de lo que le pertenezca se verá perdido. Como
San Juan Damasceno dijo de forma tan hermosa: "Ser
devoto a la, Santísima Virgen María, es un brazo de salvación que Dios nos
entrega a aquellos a los que Él quiere salvar".
Satanás esta todo alborotado, haciendo todo lo que puede
porque sabe que su tiempo se acaba. Está asustado y enojado, porque sabe que un
día muy pronto, él será aplastado por la Mujer que hace que su corazón tiemble,
la mujer que "¿Quién es ésta que se asoma como
el alba, Hermosa como la luna llena, Refulgente como el sol, Imponente como
escuadrones abanderados?" (Cantares 6:10).
ORACIÓN
Majestuosa Reina del Cielo y Reina de los Ángeles,
recibiste de Dios el poder y la comisión de aplastar la cabeza de Satanás; por
lo cual humildemente te suplicamos, enviar a las legiones de los cielos, que,
bajo tu mandato, puedan expulsar a los espíritus malignos, e involucrarlos en
todas partes en la batalla, frenar su insolencia, y lanzar de nuevo en el
abismo del infierno. "¿Quién como Dios?" Oh buena y tierna Madre, has
de ser siempre nuestra esperanza y el objeto de nuestro amor. Oh Madre de Dios,
envía los santos ángeles para defenderme y conducir lejos de mí al cruel
enemigo. Santos Ángeles y Arcángeles, defiéndenos y guárdanos. Amén.
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