Disminuyen
drásticamente los ingresos debido a la pandemia
El P. Juan
Antonio Guerreo, sj, nuevo responsable de la oficina económica de la Santa Sede
dijo ayer miércoles que el Vaticano no corre el riesgo de una quiebra, aún
cuando los informes en los medios italianos indican que las proyecciones de
déficit de la Santa Sede son muy malas.
(CNA/InfoCatólica) En declaraciones a los medios
de comunicación, el P. Guerrero Alves dijo que la Santa Sede sabe que va a
crecer su déficit debido a la pandemia del coronavirus, pero no está en peligro
de declarase en suspensión de pagos.
«Eso no
significa que no estemos reconociendo la crisis tal y como es. Ciertamente
estamos enfrentando años difíciles», dijo el
sacerdote.
De hecho, el
Vaticano afronta una difícil situación económica antes de la pandemia del
coronavirus. En 2018, la
Santa Sede tenía un déficit presupuestario de 70 millones de euros en un presupuesto
de 300 millones de euros.
Parte del déficit
presupuestario de 2018 está relacionado con la cancelación de un controvertido
préstamo que involucra a un hospital italiano en bancarrota. Pero incluso
aparte de ese gasto, los déficits del Vaticano habían hecho saltar las alarmas
entre los líderes de la curia y el consejo de cardenales del Papa antes de que
la pandemia haya dado paso a una crisis económica global.
Antes de la pandemia, los
libros de contabilidad indicaban que los ingresos y los gastos se habían
mantenido «constantes» entre 2016 y 2020, con gastos
que superaban los ingresos en una media de 60 a 70 millones de euros anuales.
Para la Santa Sede, la crisis del coronavirus ha significado la pérdida de ingresos para los
Museos Vaticanos, una importante
fuente de ingresos para la labor curial de la Iglesia, junto con el colapso de
las inversiones de mercado, la incertidumbre de los ingresos de las inversiones
inmobiliarias y la disminución de las contribuciones de la Iglesia en todo el
mundo.
El 10 de mayo, el periódico
italiano Il Messaggero dio noticia sobre un informe interno del Vaticano
que proyecta una reducción de ingresos de al menos 30%, y posiblemente de hasta
80%, en el próximo año fiscal.
Esas proyecciones pronostican aumentos sustanciales en el déficit
presupuestario anual de la Santa Sede.
Respondiendo a dicha información,
Guerrero ofreció cifras diferentes. El sacerdote dijo de las proyecciones
internas que «los más optimistas calculan una disminución
de ingresos de alrededor del 25%; los más pesimistas, alrededor del 45%».
El sacerdote no explicó la
discrepancia entre sus números y los del informe interno, pero aseguró a
Vatican.news que «lo mejor que podemos hacer es ser
diligentes y transparentes. Dependemos del dinero con el que podamos contar. Haremos
un presupuesto base cero para el 2021, empezando por lo esencial para la misión»
El P. Guerrero subrayó que la Santa Sede «no es un negocio», y su «objetivo no es obtener
beneficios», sino estar enfocado a la misión.
De acuerdo con Guerrero, el presupuesto operativo de la Santa Sede es «menor que
el de una universidad americana promedio».
También dijo que el actual
déficit presupuestario «no tiene nada que ver» con
una «mala administración» o una «burocracia inmóvil». El sacerdote añadió que la
colecta Peter's Pence (dinero que se recibe de donaciones de EE.UU) no se
utiliza para controlar el déficit, sino que es una donación destinada a
financiar la misión de la Santa Sede, incluyendo la obra de caridad del Papa.
El 45 por ciento del
presupuesto de la Santa Sede va a pagar sueldos, pero
ni Il Messaggero ni Guerrero plantean la posiblidad de despidos. En su lugar, el informe interno citado por el periódico
italiano hablaba de la formación del personal para poder completar más tareas,
y mencionaba la necesidad de una amplia revisión del enfoque de la Santa Sede
sobre la política de personal, aunque es poco probable que se dé en medio de
las circunstancias actuales.
El sacerdote explicó la
distribución de los gastos de la Santa Sede, declarando que aproximadamente el
45% se destina a sueldos del personal, el 45% va los gastos generales y
administrativos, y el 7,5% es donado.
«Hay un objetivo
detrás de estas cifras», dijo el sacerdote. «Detrás del
balance hay una misión, el servicio que estos gastos hacen posible.
Tal vez necesitemos explicar mejor, contar mejor la
historia. Ciertamente necesitamos ser más claros»
Una parte del presupuesto de
la Santa Sede, el 15%, 48 millones de euros, se utiliza para el funcionamiento
de los medios de comunicación del Vaticano. El diez por ciento va a las
nunciaturas, las embajadas del Vaticano en países extranjeros. Otro 10% va
a apoyar a las iglesias orientales y otro 8,5% a las iglesias misioneras, según
Guerrero. También dijo que el 6% del presupuesto, unos 17 millones, se
paga en impuestos a Italia cada año.
Como medidas, indica el sacerdote,
«hemos pedido a cada dicasterio y organismo
vaticano que haga todo lo posible para reducir los gastos y salvaguardar los
servicios esenciales de su misión
específica. A un nivel más estructural tendremos que centralizar las
inversiones financieras, mejorar la gestión del personal, mejorar la gestión de
las adquisiciones. Las directrices para las adquisiciones están a punto de ser
aprobadas, lo que sin duda permitirá ahorrar. Trabajamos en constante
colaboración con todos los dicasterios, combinando la centralización con la
subsidiariedad; la autonomía con los controles y equilibrios; la
profesionalidad con la vocación».
Y concluyó afirmando que «no somos una gran potencia. Si hay mucha dificultad en
los grandes países europeos, imaginen nosotros. Tenemos que ser humildes. Somos
una familia con un pequeño patrimonio y recibimos la generosa ayuda de muchos.
Lo conseguiremos con nuestra capacidad de administrar bien, con la ayuda de
Dios y de los fieles. Toda la Iglesia se sostiene de esta manera».
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