Naaman
era un hombre muy importante, pero el tenia lepra y en ese tiempo la lepra no
se podía tratar, no tenía cura. La piel es el órgano más grande de nuestro cuerpo,
la piel es el reflejo de nuestro interior, cuando estamos enfermos muchos de
los síntomas se manifiestan en la piel, por ejemplo: la persona que tiene
problemas en el hígado su piel se pone amarilla, una persona con alergia
también se ve en su piel, etc.
Investigaciones
nos dicen que la piel se ve afectada también cuando la gente en su niñez no
recibe amor y cariño, abrazos y caricias es decir la piel se ve afectada por la
falta de esas personas que nos tenían que haber amado, abrazado, contenido, entonces
aquí descubrimos que Naaman estaba pasando por esta situación.
Ahora la
pregunta que me hice al leer esta historia es ¿por
qué siete veces tenia que meterse en el río, porque no una, dos o tres? Naamán
tenía que resolver y sanar siete cosas en su interior, siete situaciones
internas para poder recibir la sanidad en su cuerpo.
Hay siete
situaciones que Naaman necesitaba solucionar, situaciones internas que lo
enfermaban, en cada zambullida una de ellas era sanada, quizás estés pasando
por lo mismo, siete situaciones que no te permiten recibir la sanidad completa
de parte de Dios, y hoy quiero hablarte de estas siete zambullidas que tuvo que
hacer Naamán para ser sano, y que tendrás que vencer en tu vida para que la
sanidad interna y externa venga a ti.
Zambullida
#1 "El orgullo"
Lo
primero que dice la Biblia sobre Naamán es que era un varón grande delante de
su Señor. Era un hombre orgulloso, las personas que son orgullosas terminan
enfermándose, se sienten superiores a los demás y quieren demostrarlo todo el
tiempo, es gente que se afirma en sus logros, en su propia fuerza para
demostrar que son alguien, necesitan mantener una apariencia que terminan
enfermándolos.
Una de
las principales cosas que Dios tiene que sanar es el orgullo. Tienes que renunciar
al orgullo. El orgullo te enferma, este hombre hasta el día que conoció a la
niña que le sugirió ir al profeta, siguió enfermo, él se consideraba una
persona importante, estaba orgulloso de estar al lado del Rey, cuando estas en
esa actitud le pones una traba al Señor. Quitar el orgullo de tu vida hará que
el poder de Dios pueda actuar en ti y puedas recibir la sanidad que estas
necesitando.
Zambullida
#2 "Mala conexión con el dinero"
Cuando
Naaman se enteró que alguien lo podía sanar de una manera sobrenatural, llevo
¡340 kilos de plata 60 kilos de oro y 10 mudas de vestido, sin duda era una
gran riqueza! Tomo ese dinero y se fue a presentar delante del hombre que lo
iba a sanar, él pensaba que podía comprar su sanidad a través del dinero. Pero
no funciona de esa manera. Dios no necesita tu dinero para sanarte, cuando le
ofrendas a Dios le ofrendas para que el reino de Dios se extienda, no para
comprar tu sanidad, la sanidad no se compra, el amor de Dios no se compra. Sino
solo los que tienen dinero se sanarían.
El
problema de Naaman era la mala conexión con el dinero, como esas personas que
creen que porque tienen dinero son más que los demás. El dinero no sirve solo
para comprar bienes y servicios, al dinero a veces, se puede usar como una mala
conexión, las personas lo utilizan para tener amigos, gente que compra
amistades, invitan a cenar y dicen "Ven que te
compro esto, ven que te regalo lo otro". Eso es una mala conexión
porque si no fuese por el dinero estarían solos. El dinero es una bendición de
Dios, pero la biblia dice que "raíz de todos
los males es el amor al dinero" lo malo no es tener dinero sino
adorar al dinero, en vez de adorar a Dios que te da el dinero. Lo que Dios
quiere hacer es sanar tu conexión con el dinero. Desde que Jesús vino a la
tierra todas las bendiciones que recibimos son por gracia, antes de conocer a
Jesús nosotros merecíamos la enfermedad, porque no habíamos recibido la gracia
de Él. Lo que tu recibes no es por tener mucho o poco dinero sino porque Dios
es bueno y aunque no lo merezcamos él nos lo da igual.
Zambullida
#3 "Actitudes de Sabelotodo"
¡El creía
que sabía todo! Esas personas que creen que saben más que todos, cuando les
explicas algo, ellos ya lo sabían. Hay que levantarse todos los días con una
mentalidad de aprendiz. Este hombre creía que sabía todo, cuando la niña le
dice: "En Israel hay un profeta" no le dijo que fuera a ver al Rey,
sino al p-r-o-f-e-t-a. Pero este hombre en
vez de ir a ver al profeta quiso ir a ver al rey. A veces por creer que sabemos
todo, recurrimos a la gente equivocada. Tenemos que levantarnos pensando y
preguntándole a Dios cual es el paso que tengo que dar, Dios te está mirando y
para sanarte quiere que saques la actitud de "lo
sé todo", y la reemplaces por una actitud de aprendiz. Cada día hay
algo nuevo por aprender.
Zambullida
#4: "Demostraciones exageradas de poder"
Cuando
Naaman llega a la casa del profeta, este estaba adentro. Llega a la puerta de Eliseo
en un carro de guerra y rodeado de soldados a caballo, intento meterle presión
al profeta, demostrar quién era. Tú no puedes presionar a Dios para que te
sane, no puedes impresionar a Dios con lo que tienes para que te sane.
Cuando
este hombre llega con todo su ejército y Eliseo en vez de salir a la puerta y
atenderlo, le manda un empleado diciéndole que tenía que: "irse a bañar". Esto nos enseña que de
ninguna manera podemos intimidar con lo que tenemos a Dios, Dios actúa por
gracia, no por presión. Dios busca corazones humildes y sinceros para poder
bendecirlos. Un Naaman moderno llegaría a la puerta de nuestros templos, en una
limusina, con diez vehículos Mercedes Benz de compañía, alardeando, tratando de
impresionar y poniendo presión. Diciendo, "soy
importante, sáname".
Zambullida
#5: "El Enojó"
Dice la
biblia que Naaman se fue enojado. Estadísticamente la gente que se enoja muy
seguido vive menos tiempo. El que se enoja mucho tiene problemas cardiacos,
hepáticos y gastrointestinales. No hay que enojarse más, hay que tomar con
calma los problemas.
El
enojo te enferma y también te aparta de tu sanidad.
Hay
maneras negativas de enojarse, por ejemplo podes expresar el enojo con la otra
persona: gritando, insultando, algunos hasta llegan
al punto de golpear al otro. Hay gente que expresa su enojo en forma
interna, se traga la bronca, en vez de decir todo, se guarda. Cuando guardas
esa bronca se transforma en problemas internos.
Una de
las consecuencias más comunes que encontré es que muchas de las personas con
sobrepeso están así porque tienen problemas guardados, enojos escondidos porque
acumulan problemas en vez de resolverlos de la manera adecuada, también hay
otras personas que quieren tapar el enojo con la droga o con el alcohol.
¿Cómo
sacamos el enojo?
Una
manera seria entregárselo a Dios, de una manera sobrenatural. Al enojo hay que
sacarlo de alguna manera, una manera es encerrarte en tu habitación, no
expresarlo en palabras a una persona, si no hablarlo solo, gritarle a la nada,
y sacarte la bronca. Otra manera es hacer ejercicio físico y gastar esa energía
negativa de forma sana. Tienes que sacar el enojo.
Descargar
todo lo que acumulaste durante tanto tiempo, porque es posible que eso sea lo
que haya traído enfermedad a tu vida.
Zambullida
#6: "Todo se hace como digo yo"
Naaman
decía y trataba de enseñarle a Dios como tenia que hacer el milagro de sanidad.
El creía que todos tenían que hacer las cosas como a él le parecía, es esa
gente que es estructurada y que cree que se hace todo de cierta manera.
Personas inflexibles, que tienen posturas rígidas que no desean cambiar aunque
saben que deberían hacerlo. La rigidez de pensamiento se ve reflejada en
enfermedades en las articulaciones, artritis y artrosis. Hay que abrir la mente
a lo nuevo de Dios, hoy Dios puede ser que te sane de una manera sobrenatural y
sientas un fuego dentro tuyo, o que te unjan con aceite, hay distintas maneras,
porque Dios es multiforme, y no lo podemos encasillar.
Zambullida
#7: "Las Comparaciones"
Naaman
decía "¿cómo me voy a meter y sanar en estos
ríos, si en Siria en la ciudad de Damasco son mejores que los que hay
acá?". La última de las cosas que tenía este hombre era que vivía
de las comparaciones, esa gente que mira que ropa te pusiste hoy, que zapatos,
que vehículo tenéis. Las comparaciones te llevan a la envidia y la envidia te
enferma. Dios tiene que sanar ese espíritu de comparación. No compitas, ni te
compares con nadie, solo con tu mismo para superarte cada día.
Estas 7
cosas que tenía este hombre fueron obstáculos que tenía para llegar a la
bendición, pero Dios lo fue sanando en un espacio de horas. Dios lo fue
tratando, primero, le puso a una niña esclava que le dijo lo que tenía que
hacer, después fue a ver a un Rey que lo saco corriendo, luego le puso a un
profeta que no le dio interés, por otro lado lo atendió un sirviente que le
dijo "anda a bañarte". Dios le fue
rompiendo todos los esquemas mentales, porque Dios sabe que si rompemos los
esquemas mentales negativos nos vamos a sanar, si rompemos los obstáculos que
están en nuestro interior Dios puede sanarnos. A veces Dios nos sana
rápidamente y a veces en un proceso en el cual nos va rompiendo esquemas hasta
llegar a la sanidad.
Dios
quiere sanar esos obstáculos para que llegues a tu sanidad. Hoy es día de
renunciar a ellos. Lo bueno es que todo esto no lo merecíamos, si no que Dios a
través de su misericordia y por medio de su hijo Jesucristo nos regaló la vida
eterna, por gracia, gracia es un regalo que no merecemos. La biblia también nos
enseña que Jesús nos da vida abundante. En lo físico, en lo espiritual, en lo
emocional, en lo material, Dios no solamente piensa en el "más allá" si no también en el "más acá".
Va a
llegar un momento en el que irás al médico y mientras sigas haciendo el tratamiento,
Dios te va a sanar de una manera sobrenatural y cuando vuelvas al médico, él se
va a sorprender y no va a encontrar ninguna enfermedad. No va a haber nada.
Pero sigue con el tratamiento, hasta que llegue el milagro de Dios, y vayas al
médico y no pueda explicarte como de una enfermedad incurable pasaste a ser una
persona sana, y en ese momento podrás decir: ¡¡Fue
mi Dios, mi Dios sanó mi cuerpo, porque primero sanó mi interior!!
César Castets
José Miguel Pajares Clausen
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