El maligno
ha estado presente desde la creación del mundo. Ha actuado como un maestro de
la ilusión para llevarnos lejos de la influencia de Dios. Y sin la necesidad de
mostrarse a sí mismo.
Al punto que últimamente ha quedado relegado de la teología y de la
predicación por parte de los sacerdotes.
Porque se le
considera una idea anticuada, un
resabio medieval. Sin embargo no es así, y veremos por qué.
DIOS
NOS AVISÓ SOBRE QUIÉN ERA SATANÁS DESDE EL PRINCIPIO DE LA CREACIÓN
Desde los primeros capítulos de la Biblia hasta el final hay una persona
que aparece incesantemente: el enemigo de Dios.
Él aparece oponiéndose a Dios y tratando de subvertir a los humanos
contra Él. Realizando una batalla espiritual en todas las épocas en las almas humanas. En el primer capítulo del Génesis en la Biblia vemos cómo Dios
creó todas las cosas y vio que eran buenas. Y con su bendición declaró la vida
como Sagrada. Creó al hombre en la máxima jerarquía de la vida universal, hecho
a Su imagen y semejanza.
Y con dos dones que iba a aprovechar el enemigo: la razón y el libre
albedrío.
La primera cosa que dijo que no era bueno era que el hombre estuviera solo. Y así creó a la familia, cuando le
dio al hombre un ayudante y una compañía, la mujer. La idea primigenia fue que varón y mujer fueran una sola carne, en un
pacto indisoluble entre ellos. Y estableció con ambos, y con esta
unidad, una amistad para toda la eternidad. Dios cuidaría a los humanos en una
relación de amor mutuo. Y previó una
gran descendencia diciéndoles que sean fructíferos y que se
multipliquen, y que dominen en toda la Tierra. Ellos vivían en el Jardín del
Edén y tenían todo para su desarrollo, salvo que no debían comer el árbol del conocimiento del bien y del mal,
porque si no morirían. Esta fue la
primera puesta a prueba del libre albedrío dado a los hombres. Pero el maligno
estaba al acecho y habilidosamente deformó lo que Dios quería y lo que les
ofrecía. Él sugirió a la mujer
que le estaba restringiendo el acceso al poder a la sabiduría y al placer. Porque
si comían del árbol del conocimiento se
les abrirían los ojos y serían como dioses.
En definitiva el maligno llamó a la rebelión contra Dios acusándolo de
mentiroso y déspota.
Y trabajó los sentimientos de codicia y envidia
desde los primeros humanos, mostrándose como alguien compasivo y preocupado por
el desarrollo pleno de los humanos. Pero además desde el inicio siembra la discordia entre hombre y mujer,
hablando solamente con la mujer, para que luego convenza al varón. Es
así como el varón y la mujer sucumben a
las tentaciones del maligno que siempre actúa en las sombras. Y se
descubre su pecado, no aceptan la
culpabilidad e incluso se culpan entre ellos, haciéndose más honda la
diferencia entre hombre y mujer. Este
ha sido el actuar de satanás durante toda la historia, tratando de
engañar de todas las maneras posibles a los hombres, para llevarlos cada vez
más lejos de Dios. Esta presencia del demonio como persona está claramente evidenciada en las enseñanzas
de la Iglesia. El magisterio
papal lo muestra claramente, porque los últimos cuatro papas Pablo VI,
Juan Pablo II, Benedicto XVI y Francisco no han considerado a el demonio como
un símbolo, sino como una persona real. La actividad del demonio puede comprobarse a través de dos corrientes
en la Iglesia. Una es la corriente mística especialmente presente en Santa
Teresa de Ávila y San Juan de la Cruz. Y la otra es la que aportan los
exorcistas, quienes nos dan una visión más cercana a nuestro tiempo de cómo es
la lucha con el maligno.
LAS
VISIONES DE SANTA TERESA DE ÁVILA Y SAN JUAN DE LA CRUZ
Estos doctores de la Iglesia han mencionado innumerables encuentros con
los demonios.
Y de San Juan de la Cruz se dice que era un
exorcista; según Santa Teresa de Ávila. “Juan
de la Cruz tiene un don especial para echar demonios… Y él les ordenó en el
nombre de Dios al decirle sus nombres, y ellos obedecieron de inmediato”. Ambos
se dedicaron a profundizar la acción
del demonio en las almas que tenían un fuerte avance espiritual. Y por
tanto son especialmente útiles para comprender cómo el maligno es capaz de tentar de las maneras más creativas y
sutiles. Lo muestran como un especialista
en poner en riesgo la relación amorosa con Dios, suscitando
desesperación, falsa humildad, falsos temores, acedia, pereza para orar. Ambos
reconocen que hay una serie de tentaciones al ser humano producidas por el
mundo y la carne, pero San Juan de la Cruz dice que sus artimañas son más desconcertantes que las del mundo y las de la carne.
“La tentación de los demonios es más fuerte que
las del mundo y la carne, porque los demonios se refuerzan a sí mismos con
estos otros dos enemigos, el mundo y la carne, con el fin de librar una guerra
robusta”. El maligno engaña,
corrompe, seduce en forma permanente y su acción central y más importante es la
tentación, usando nuestra naturaleza caída desde el pecado original;
dice Santa Teresa. “El diablo sabe muy bien
tomar ventaja de nuestra naturaleza y poca comprensión”. Santa Teresa recibió la aparición excepcional
el demonio y lo describe como. “Una forma
abominable; su boca era horrible… no proyectaba ninguna sombra”. En
otra ocasión vio un demonio más horrible aún. También, con los ojos del alma, vio dos demonios con cuernos alrededor
del cuello de un cura mientras celebraba misa. Y los vio más en directo cuándo fue llevada en espíritu a visitar el
infierno. Ella experimentó que el
agua bendita era el elemento externo que podía expulsar más eficazmente
a los demonios. San Juan de la Cruz habló también de las falsificaciones que producen los demonios. “El diablo a menudo proporciona al sentido de la vista
imágenes de santos y las luces más bellas… Y para el sentido del olfato, los
olores fragantes. Y pone dulzor en la boca de uno, y el placer en el sentido
del tacto”. Y Santa Teresa describe cuando el demonio se presentó a ella haciéndose pasar por el Señor. Ella
se dio cuenta porque su alma se volvió abatida, inquieta e incapaz de orar. El
maligno sabe cómo explotar nuestras
pasiones, debilidades de la carne y nuestro orgullo. Por ejemplo cuando
cosas que suceden como alguna enfermedad o desgracia o preocupación, él trata que sean una fuente que nos induzca
a la desesperación y a la rebelión contra Dios.
Uno de sus trucos favoritos es disfrazar las tentaciones para que no nos
demos cuenta que lo son.
Por ejemplo
Rebecca Konyndyk DeYoung, en su libro El brillar
vicios, nos relata lo que sucedió al asceta Evagrio del Ponto. Este
asceta había desarrollado el impulso de
mirar constantemente hacia las ventanas para salir de su celda para ver el sol.
Y además el demonio le había infundido una aversión por el lugar donde vivía, por su estado de vida y forma de
trabajo manual. Además la insidia le había llegado con la idea de que
había desaparecido el amor entre los hermanos y no había consuelo para él. Estos
son a grandes rasgos lo que han
experimentado personas que están en el camino de la perfección espiritual,
pero que son una rara avis en la humanidad. La mayoría de nosotros nos movemos en una oscuridad para
comprender que hay de cierto en una tentación o una opresión. Y si se mira la
sociedad global el punto central es determinar cuando algo es producto de una enfermedad mental o de
acción del maligno.
¿ENFERMEDAD
MENTAL O ATAQUE DIABÓLICO?
Es un contrasentido actual que la creencia en la existencia del demonio
como una persona está más extendida entre los que no tienen religión que entre
los cristianos.
La
explicación la podemos tener por la popularización
que hicieron las películas sobre casos de posesión. Estás películas han
mostrado la actividad del demonio desde
el punto de vista esotérico, poseyendo a personas y produciendo
fenómenos paranormales en casas. Pero esta
no es la actividad principal del demonio porque sólo en raras
oportunidades el demonio se mete dentro del individuo. La mayoría de las veces lo oprime y sobre todo lo tienta desde
afuera. Numerosos místicos, entre ellos Santa Teresa de Ávila y San Juan
de la Cruz, han tenido este tipo de opresiones e incluso violentas. Hoy la
preocupación que puede existir respecto al demonio es si cosas que nos sucede
que parecen demoníacas realmente son
obra del demonio o causadas por problemas mentales. Un primer signo que
podemos tener para discernir es que una persona bajo ataque cambia rápidamente
de un momento a otro de estado de ánimo; de repente está alegre y amable y al
segundo se muestra violento e hiriente. Un
segundo signo es que cuando suceden estas cosas y alguien reza, aunque
sólo sea mentalmente , invocando el auxilio de Jesucristo o la Santísima virgen
o San Miguel Arcángel, la persona reacciona con más violencia aún. Si una
persona reacciona ante la oración mental de otra, entonces debemos pensar que
hay una lectura de mente, y eso no sucede en los problemas psiquiátricos. Un tercer signo es que cuando una
persona tiene problemas psiquiátricos la medicación hace que los trastornos se
mitiguen o desaparezcan, lo que no sucede cuando el maligno está actuando. Otros signos de ataques son la
excesiva dilatación de las pupilas y el enrojecimiento del blanco del ojo. Además
puede suceder que la voz se vuelva estridente, se produzca el alargamiento y
oscurecimiento de la cara, y la persona muestre una fuerza extraordinaria más
allá de sus posibilidades físicas. También lo son la posibilidad de mover
objetos a distancia, la capacidad de leer la mente, y prever algunas cosas que
pasarán en el futuro. Así como conocer idiomas desconocidos, tener
conocimientos ocultos, y la reacción violenta ante objetos sagrados.
¿CUANDO
SUCEDEN ESTAS COSAS?
Según el
doctor Richard Gallagher, un psiquiatra de Nueva York que apoya a los exorcistas
con sus conocimientos psiquiátricos, las
opresiones y posesiones suceden mayoritariamente en cuatro casos.
Uno es relativamente similar a los que han estudiado San Juan de la Cruz
y Santa Teresa de Ávila.
Son personas
fuertemente devotas y caritativas, a las que podría encajar la frase de que son
la “sal de la Tierra”, como dicen los
evangelios. Este tipo de personas son atacadas por su nivel de santidad, que
disgusta al maligno. Un caso
diametralmente opuesto es el de las personas que han recurrido al mal y al
ocultismo para beneficio propio, y en algunos casos para hacer daño a
otras personas. La opresión y la posesión suelen verse en los casos en que esa
persona quiere salirse de la influencia del maligno, y el maligno reacciona
negativamente ante la posibilidad de perder a uno de los suyos. Un tercer caso es el de las personas que
inconscientemente entran en el mundo de lo oculto a través de juzgar por
ejemplo la ouija, hacerse tirar cartas del tarot o que tratan de adivinar el
futuro a través de una bruja. En estos casos el demonio tiene una persona
crédula entre sus manos y puede seguir haciendo su trabajo. Y un cuarto caso es el de las personas que
han sido objeto de un trabajo de brujería por parte de otras personas,
ya sea a través de magia, vudú, etc. De cualquier forma, estos cuatro casos que
mencionamos son mucho más raros que la
actividad constante que despliega el maligno a través de las tentaciones.
¿CUALES
SON LAS TENTACIONES QUE HOY PRODUCE EL MALIGNO AL POR MAYOR?
Una tentación común de nuestra época es negar a Dios.
Se dice que
Dios no existe, que sólo somos fruto de
la casualidad. Y que si aún
existiera Dios no puede ser bueno, de acuerdo a la maldad y los
desastres que pasan en el mundo. Además el maligno lleva a negar la trascendencia del hombre al suscitar
ideas como que el hombre es un animal más, e incluso el feto no es ni
siquiera un animal. Dicen que la humanidad no puede ser fruto de un Dios bueno
porque es depravada y miserable.
Y por lo tanto uno tiene que ser libre para poder dejar la vida cuando quiera. También el maligno impulsa el cambio
de moral hacia una moral posmoderna, poniendo
la tentación de que lo principal es ser feliz y no sufrir. De que no hay verdades universales, y que el
que piensa esto es un fanático, como por ejemplo lo cristianos. Por lo tanto el pecado no existe y si existiera
sería no ser feliz. Entre las verdades que dicen que no existen es que se nace hombre o mujer. Que las leyes morales de
Dios son arbitrarias y tiránicas.
Y además hay una serie de tentaciones relacionados con la familia. Como por
ejemplo que los hijos son una carga,
o que no existe la complementariedad de sexos porque el matrimonio no es
indispensable y el divorcio es una buena opción.
Y luego están las tentaciones que tratan más específicamente sobre la
doctrina católica.
Como por
ejemplo que Dios es tan bueno que no
mandaría nadie al infierno. O que los 10 mandamientos eran para la época de Jesús y a partir de
Jesús el único mandamiento es el del amor, y como dice San Agustín ama y haz lo
que quieras. Obviamente a estas tentaciones tú seguramente le puedes agregar
muchas más, que son el caballito de batalla del maligno en este momento.
Fuentes:
- http://www.thetablet.co.uk/news/8907/easy-access-to-black-magic-and-satanism-via-internet-increases-exorcism-demand-
- https://cruxnow.com/news-analysis/2018/04/18/focus-on-witchcraft-at-exorcists-summit-signifies-a-paradigm-shift/
- http://www.lastampa.it/2018/04/19/vaticaninsider/sandras-story-do-not-leave-me-alone-in-the-battle-against-satan-Cp45eV90cvWJFNr1ZAOCBI/pagina.html
- http://www.renewamerica.com/columns/abbott/180416
- http://www.catholicstand.com/glimpse-satans-playbook/
- http://www.catholicculture.org/culture/library/view.cfm?recnum=8280
- http://feeds.newadvent.org/~r/bestoftheweb/~3/8CthBkd-cjg/how-to-defeat-the-noonday-devil-and-sanctify-your-daily-life
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